Editorial Tal Cual
Santiago Boccanegra
El pasado domingo entre las
tres y la seis de la mañana en el Hospital Ruíz y Páez de Ciudad Bolívar
vivieron momentos de terror. La información aparece en el diario El
Nacional y da cuenta de que en esas tres horas, unos delincuentes
irrumpieron a este centro de salud para rematar a unos rivales, pero también
estaban dispuestos a pasar por las armas a los médicos que allí encontraran.
Los sujetos blandían armas de fuego y botellas de ron y no encontraron ninguna
oposición para recorrer el hospital. Es bueno recordar que a esas horas, el
país, se encontraba bajo el ejercicio militar que había ordenado el comandante
en jefe el hijo del difunto "eterno", Nicolás Maduro, para enfrentar
la amenaza del imperio yanqui de aplicar la opción militar contra Venezuela. Un
hospital, decimos nosotros que no somos expertos en el tema, debe ser un lugar
que la Fuerza Armada Nacional (FAN) debe tener bajo control cuando se hacen
unas maniobras, pues hasta allí serían remitidas las bajas que las fuerzas
invasoras pudieran provocar. Pero como nos dice El Nacional, allí,
también, mandó el hampa y no lo hizo por un ratico, sino que estuvo tres horas
merodeando por el lugar y dispuestos a aplicar la pena de muerte a los enemigos
que encontraran.
Es una muestra más del dominio que la delincuencia ejerce sobre la vida del país.
Dominio que es permitido y, ¿aupado, alcahueteado, tolerado? por el Gobierno desde el año 1999. Dominio que ha cogido vuelo en la casi totalidad del país. Es algo que ocurre mucho antes de las amenzas de Donald Trump o de las sanciones que el Gobierno gringo le ha impuesto a los altos jerarcas de la revolución. Es una de las principales preocupaciones de los venezolanos que no pueden salir tranquilos a la calle sin correr el riesgo de un atraco, un secuestro o de ser asesinados.
Desde el Gobierno han implementado más de 20 planes, según dicen, para frenar a los delincuentes, pero que, evidentemente, han fracasado rotundamente.
La nota del El Nacional culmina señalando que la policía hizo presencia en el hospital, a las ocho de la mañana, dos horas después de que los delincuentes se habían retirado. Si a esa velocidad responden ante el hampa, cómo lo harían si los marines aparecen en la costa.
Es una muestra más del dominio que la delincuencia ejerce sobre la vida del país.
Dominio que es permitido y, ¿aupado, alcahueteado, tolerado? por el Gobierno desde el año 1999. Dominio que ha cogido vuelo en la casi totalidad del país. Es algo que ocurre mucho antes de las amenzas de Donald Trump o de las sanciones que el Gobierno gringo le ha impuesto a los altos jerarcas de la revolución. Es una de las principales preocupaciones de los venezolanos que no pueden salir tranquilos a la calle sin correr el riesgo de un atraco, un secuestro o de ser asesinados.
Desde el Gobierno han implementado más de 20 planes, según dicen, para frenar a los delincuentes, pero que, evidentemente, han fracasado rotundamente.
La nota del El Nacional culmina señalando que la policía hizo presencia en el hospital, a las ocho de la mañana, dos horas después de que los delincuentes se habían retirado. Si a esa velocidad responden ante el hampa, cómo lo harían si los marines aparecen en la costa.
03-09-17
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