Por Américo Martín
UNO
Ha suscitado angustia
compulsiva en el madurismo el problema del hambre o hambruna que abate a
Venezuela. No es coyuntural y pasajero. Es sistémico y no puede ser mitigado
con alzas hasta de 60% o más de la cotización internacional del petróleo ni con
aumentos bruscos de la producción aurífera, diamantífera y de coltán, que sin
consideraciones ambientales envenenan la cuenca hídrica del Orinoco, la más
importante fuente de agua del país. Es posible aprovechar las reservas de oro
respetando las estrictas medidas ambientales postuladas por el Decreto Ley de
Minas Nro 295, GO 36687 de abril 26 1999. Su artículo 5 es de vistosa claridad,
aunque no se haya aplicado nunca. Dice así:
Las actividades mineras… se
llevarán a cabo… con arreglo al principio de desarrollo sostenible,
conservación del ambiente y ordenación del territorio.
La acometida para arrancarle
oro a los yacimientos prescinde de estudios de impacto ambiental. Un clamor
crítico condena la intoxicación de las aguas de la Cuenca del Orinoco. El
mercurio y el cianuro las dañan severamente. La supuesta “salvación” fiscal o
cambiaria depositada en el oro, sería grave hasta el bochorno, si no se aplican
cambios muy profundos, que no se ven.
DOS
¿Renunciará Maduro a la
presidencia antes o con motivo de la negociación del 12 de enero? Vista la
trágica crisis del país, las profundas cicatrices en el Gobierno y el PSUV, el
persistente fracaso de la salida represiva, el nuevo estallido social en todo
el territorio nacional contra el hambre y promesas falaces para calmarla, y la
inminencia de una cesación de pagos (default) pari passu con posibles
sanciones que en su estado serían letales, han fortalecido el rumor de la
renuncia consensuada en términos dignos y al amparo de la Constitución, si
fuera factible. Siempre será mejor negociar conforme al espíritu y letra
de la Carta Magna que violentarla de cara a la opinión universal.
La noticia cobró fuerza con
motivo de la reunión de Gorrín, presidente de Globovisión y amigo de Maduro,
con el vicepresidente de EEUU, sobre todo por el despliegue que le dio El Nuevo
Herald. En manos de Gorrín, la emisora ha mantenido un cierto equilibrio lo que
le daría libertad para hacer diplomacia personal a lo Kissinger. Por otra
parte, si inventó el asunto a sabiendas de que sería desmentido, sería de
aconsejarle que se haga ver por un especialista en ciencias de la conducta. La
otra posibilidad es que Maduro estuviera al tanto.
No lo sé.
Personalmente no percibo
salidas fuera de la agenda elaborada por el presidente dominicano Danilo Medina
y los cancilleres facilitadores. Alzarse contra la Constitución y la fuerza
internacional que se metió de lleno en el problema venezolano sería suicida de
veras. Quizá la encolerizada reacción del diputado Diosdado Cabello contra
Gorrín sea ilustrativa ¿Habrá en la entente cordial Pence-Gorrín algo que los
menos interesados no quieran o no puedan aceptar?
Están en su derecho, pero
librar a Venezuela de desenlaces sangrientos es una obligación moral que exige
coraje. Entre el coraje y el miedo bascula el atrapado Poder. ¿Atrapado sin
salida? Díganlo ustedes, señores.
31-12-17
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