José Toro Hardy 20 de diciembre de 2017
PDVSA
parece estar entrando en una espiral de destrucción. De acuerdo con Petroleum
Intelligence Weekly para 1996 era la segunda mayor empresa petrolera del mundo.
Era la mayor empresa de cualquier tipo de la América Latina (hoy ocupa la
posición número 59).
Contaba
PDVSA con 6 refinerías en Venezuela, dotadas con la más moderna tecnología y
procesos de conversión profunda para transformar los crudos de mala calidad
venezolanos en derivados de alto valor.
Para
1998 la empresa estaba produciendo 3.600.000 b/d. Éramos el primer abastecedor
extranjero de petróleo a los EEUU donde enviábamos 1.800.000 b/d y contábamos
con nuestra filial CITGO -100% perteneciente a PDVSA- dueña total o parcial de
7 grandes refinerías.
Esas
refinerías estaban diseñadas como un traje a la medida para procesar los crudos
ácidos y pesados de Venezuela.
Teníamos
oleoductos que atravesaban a los EEUU de sur a norte, 66 terminales y 15,270
estaciones de servicio abanderadas con la marco CITGO. Controlábamos a través
de CITGO el 10% del mercado de gasolina más grande del mundo, el de los EEUU.
Habíamos
logrado una integración vertical perfecta. Éramos capaces de extraer el crudo
de nuestro subsuelo y despacharlo en los tanques de gasolina de los
automovilistas americanos, después de transportarlos y procesarlos en
instalaciones únicamente venezolanas: pozos, oleoductos, refinerías, puertos,
terminales, súper tanqueros, etc.
Durante
un tiempo tuvimos limitaciones para repatriar dividendos de CITGO a Venezuela
hasta cancelar los financiamientos obtenidos (sin aval del Estado) para comprar
y reformar aquella red de refinerías pero, para 1997, PDVSA ya había pagado
todas las deudas y podíamos ya repatriar dividendos sin limitaciones a la casa
matriz.
También
contábamos cuatro refinerías en Alemania, dos en Suecia, dos en Inglaterra una
en Bélgica, una en Saint Croix y una en Curazao. En total disponíamos de 20
refinerías con capacidad total para refinar 3 millones de b/d.
En
Venezuela se adelantaba el proceso de Apertura Petrolera. La Corte Suprema de
Justicia había definido los mecanismos que, ajustados al artículo 5to de la ley
de reversión, permitían la incorporación de capitales privados a la industria
petrolera venezolana.
Definidos
tales mecanismos (que siempre dejaban en manos de PDVSA el control y la
decisión final en todas las operaciones), se procedió a pedirle al Congreso
Nacional fijar las Bases Mínimas de Negociación.
Se
procedió a la licitación internacional y transparente de cada uno de los
Contratos y, después de suscritos, se enviaron al Congreso Nacional para su
ratificación.
Aquel
proceso de Apertura Petrolera implicaba una inversión conjunta de más de 65.000
millones de dólares, gracias a las cuales nuestra producción petrolera ha
debido superar los 5 millones de barriles diarios ... Pero ...
Hoy
PDVSA está semi destruida, endeudada, en default selectivo. Sólo producimos 1,8
millones de b/d. Hemos perdido o vendido numerosas refinerías, inclusive la de
Cienfuegos en Cuba donde se había realizado una cuantiosa inversión.
Sólo
en los dos últimos meses nuestra producción cayó en 250.000 b/d y apenas operan
40 taladros, contra 120 en 1998. Contando con más del 20% de las reservas
probadas mundiales de petróleo aportamos sólo el 2% de la producción. Uno tras
otro se vienen perdiendo arbitrajes internacionales.
De
40.000 trabajadores PDVSA pasó a tener 160.000. De un sistema de meritocracia
pasó a uno de “corruptocracia”. La empresa se encuentra sumida en un carnaval
de abyectas y asombrosas acusaciones de corrupción.
De ser
la empresa que más riqueza creaba en el país, es ahora la que más pobreza
genera, ya que el financiamiento del déficit de su flujo de caja mediante
dinero inorgánico creado por el BCV es la mayor causa de la hiperinflación en
que se ha hundido Venezuela. Nada empobrece más a la gente que la inflación. A
la vez los excedentes monetarios provenientes de los auxilios financieros a
PDVSA, al no encontrar que comprar en el país, se desvían a la compra de
dólares en el mercado paralelo, siendo por tanto responsables de la acelerada
devaluación del Bolívar en ese mercado.
José
Toro Hardy
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico