Papa Francisco 30 de diciembre de 2017
Evangelio
según San Lucas 2,36-40
La
profecía de Ana: En aquel tiempo, al momento de presentar a
Jesús al templo, había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel,
de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud,
había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda,
y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios
noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso
a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la
redención de Jerusalén." Palabra del Señor.
Reflexión
del Papa Francisco
Podemos
imaginar a esta pequeña familia, en medio de tanta gente, en los grandes patios
del templo. No salta a la vista, no se distingue... Y, sin embargo, no pasa
desapercibida.
Dos
ancianos, Simeón y Ana, movidos por el Espíritu Santo, se acercan y empiezan a
alabar a Dios por ese niño en el que reconocen al Mesías, luz de las gentes y
salvación de Israel.
Es un
momento sencillo, pero rico de profecía: el encuentro entre dos jóvenes esposos,
llenos de alegría y fe por la gracia del Señor y dos ancianos, ellos también
llenos de alegría y de fe por la acción del Espíritu. ¿Quien hace que se
encuentren?: Jesús. Es Jesús quien hace que se encuentren los jóvenes y los
ancianos.
Jesús
es Aquel que acerca a las generaciones. Es la fuente de ese amor que
une a las familias y a las personas, venciendo cualquier desconfianza,
cualquier aislamiento, cualquier lejanía...
La
buena relación entre los jóvenes y los ancianos es decisiva para el camino de la
comunidad civil y eclesial. Y mirando a estos dos ancianos, a estos dos
abuelos, a Simeón y a Ana saludamos desde aquí con un aplauso a todos los
abuelos del mundo.
El
mensaje que procede de la Sagrada Familia es ante todo un mensaje de fe... Por
eso la Familia de Nazaret es santa, porque está centrada en Jesús.
Cuando
los padres y los hijos respiran juntos este clima de fe tienen una energía que
les permite hacer frente a pruebas difíciles como demuestra la experiencia de
la Sagrada Familia... en el evento dramático de la huida a Egipto.
El
Niño Jesús con su madre María y con san José son un icono familiar tan sencillo
como luminoso. La luz que despide la Sagrada Familia nos alienta a ofrecer
calor humano en las situaciones familiares en las que, por varios motivos,
falta la paz, falta la armonía, falta el perdón.
¡Que
no falte nuestra solidaridad concreta sobre todo con esas familias que
atraviesan por situaciones difíciles como las enfermedades, la falta de
trabajo, la discriminación, la necesidad de emigrar!... (Reflexión antes
del rezo del Ángelus, 28 de diciembre de 2014)
Oración
de sanación
Dios
de mi vida, quiero entregarte hoy mi corazón para que lo restaures y lo hagas
florecer, obres en él y lo moldees según tu conveniencia.
Siguiendo
tus pasos, nada puede causarme dolor, porque Tú me fortaleces y llenas mi
espíritu de ánimos para luchar con todas las fuerzas de mi corazón.
Quiero
descubrirte en mi pequeñez y darte a conocer, no con grandes discursos, sino
con pequeños actos de amor que muestran tu compasión.
Irrumpe
amorosamente con todo tu poder en mi vida y haz que arda en deseo profundo de
darte a conocer y alegrarme de tus maravillas.
Sintiéndome
acogido por la ternura del Niño a Dios, quiero llevar su mensaje de salvación
con alegría, dando esperanzas a los corazones entristecidos
Acepto
tu propuesta de felicidad y tu deseo de germinar en mi vida. Estoy seguro de
que, tomado de tu mano, nada podrá hacerme desfallecer.
Te
pido que vengas y cuides de los míos, llénalos de tu alegría, esa alegría que
rompe las dificultades y hace superar las divisiones y diferencias.
Abro
mi vida y mi corazón a tantas cosas buenas que provienen de Ti. Gracias mi
Dios. Confío en Ti y en la frescura de tu dulce amor. Amén
Propósito
para hoy
Prepararme
espiritualmente para realizar, lo más pronto posible, una buena confesión,
haciendo un examen de conciencia sobre mis acciones con los demás
Frase
de reflexión
"No
podemos ser cristianos por instantes. Busquemos vivir nuestra fe en cada
momento, cada día". Papa Francisco
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