Freddy Paz 29 de diciembre de 2017
@freddyspaz
Joel
fue un mensajero de Dios alrededor del año 600 antes de Cristo. Joel le
comunicó al pueblo de Israel: ¡Cuatro plagas de saltamontes han venido sobre
nuestra tierra y han acabado con nuestra siembra!.
El
libro bíblico de Joel, relata que en nuestra propia cara nos quitaron la
comida; nos quitaron la alegría… “Estos saltamontes parecen una banda de
ladrones, son como un ejército que ataca por sorpresa la ciudad, y siempre
ataca de frente.
Patria
mía, ¡no tengas miedo! Pues Dios hace grandes maravillas. En el momento justo
nos enviará lluvia de bendiciones; buena cosecha, y tendremos gran abundancia.
Dios habrá de devolvernos todo lo que perdimos estos años por culpa de los
saltamontes.”
La
historia está llena de experiencias duras como la nuestra; pero un pueblo
arrepentido, dispuesto a cambiar su manera de vivir, volviendo a confiar y
adorar a Dios de todo corazón, con voluntad de trabajo y deseo de superación,
han podido recuperarse en corto tiempo.
Que
hubiese sido de los Estados Unidos, después de la caída de Wall Street en 1929,
o de la España pos guerra en el 36 y después de la férrea dictadura de Franco;
o de la Europa y el Japón luego de la gran guerra, sí sus ciudadanos
sencillamente ante el hambre y la devastación hubiesen dejado de luchar por
salir adelante.
Más
cercano aún, tenemos el episodio del crack argentino entre los años 1998 y 2002
durante los cuales, por la aplicación de políticas económicas erradas, malos
manejos y la corrupción desmedida llegó a vivir una hiperinflación de hasta el
5.000 %.
Sencillamente
los ciudadanos de estas sociedades entendieron el rol determinante que jugaban
en la búsqueda de las soluciones necesarias para revertir sus calamidades y
jamás doblegaron su voluntad de progreso y sus ganas inquebrantables a tener
una vida mejor.
Es
cierto que en nuestro país existe una gravísima crisis política que amerita un
cambio urgente, de un modelo que fracasó y que tiene a la nación al borde del
colapso económico y social, a muy pocos pasos de una crisis humanitaria sin
precedentes en nuestra historia, pero no es menos cierto, que la crisis es
también una crisis moral, de inversión de valores, de conciencia, inducida
desde el aparato propagandístico de un gobierno que quiere y necesita
ciudadanos cada vez más sumisos y dependientes de sus dádivas, es decir “el
hombre nuevo”; aquel que el gobierno le rompe las piernas, le presta unas
muletas y sí no lo sigue; le quita nuevamente las muletas para tenerlo siempre
sometido a su voluntad.
Somos
una tierra grande y generosa, rica en recursos naturales y con un capital
humano valioso, no nos dejemos arropar por la desesperanza y el conformismo
porque las oportunidades de salir adelante y recuperar nuestra patria están
cerca, y donde la justicia de Dios y la ley podrán castigar al culpable y
defender al inocente. Feliz y Bendecido año 2018.
Freddy Paz
@freddyspaz
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