Por Brian Fincheltub
Ustedes dirán que me volví
loco diciendo que en los próximos años pudiéramos extrañar estas navidades,
sobre todo si consideramos que este es el peor diciembre que hemos tenido en
las ultimas décadas, pero lo mismo pudiéramos decir del diciembre pasado y del
antepasado también. Si algo tiene el chavismo es que siempre se supera y la
destrucción lejos de detenerse se profundiza, ya no con el pasar de los meses,
sino en un lapso de semanas lo que fue malo pasa a ser peor.
Lo que cuesta hoy irse a casa
en camionetica era el sueldo promedio de un venezolano en 2013, año en el que
recibimos la herencia chavista “clara como la luna llena” y comenzamos a
padecer lo que significa el socialismo sin plata: miseria y hambre. Mientras
hubo dólares no solo fue posible el nacimiento de una nueva élite económica
gracias a la corrupción, sino que fue posible para población vivir en una
burbuja auspiciada por controles que nos alejaron cada vez más del punto de
equilibrio entre una economía real y una ficticia financiada no solo con los
astronómicos ingresos petroleros sino también por el aumento de la deuda.
Pasamos del abrazo en familia
al feliz año por Skype. Pasamos de la tradición de pintar y adornar nuestras
casas a una navidad oscura con fachadas que muestras bien la cara de un país
que se cae a pedazos como sus edificios. Pasamos de las navidades donde los
estrenos no faltaban a unas navidades donde comer es un lujo.
Solo los venezolanos seremos
capaces de salir de esto, entendiendo que no nos podemos ir todos y que se
trata de nuestra supervivencia, pero vivir para ser libres, porque quien vive
humillado no tiene vida ni mucho menos libertad.
23-12-17
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico