Por Luisa Salomón
En el más reciente proceso de
inscripción, en el campus de Sartenejas se presentaron menos de 3 mil
estudiantes, cuando históricamente la cifra era superior a 4 mil
La crisis económica que
atraviesa el país se manifiesta de muchas formas: las aulas vacías es una de
ellas. En la Universidad Simón Bolívar (USB) son cada vez menos los estudiantes
que no vuelven a inscribirse para proseguir sus estudios.
Foto: Ernesto García -
Contrapunto
En un foro realizado en la
Universidad Central de Venezuela, con la participación de los secretarios de
cuatro importantes casas de estudios del país, la directora de admisiones de la
USB, Lucy Pires, expuso los resultados de un estudio que realizaron entre los
trimestres de enero-marzo de 2010 y enero-marzo de 2018.
La matrícula anual promedio en
pregrado en las dos sedes de la USB, ubicadas en Sartenejas y Litoral, era de
9.400 estudiantes, distribuidos 67% en carreras largas y 33% en carreras
cortas.
Pero según datos de las
autoridades de esa casa de estudios, que desde su creación en 1967 se ha
destacado por la investigación científica y por tener uno de los campus más
hermosos del país, la cifra de estudiantes que no regresan a inscribirse para
continuar su carrera ha crecido de forma progresiva, desde 8% que se registraba
en 2010, hasta alcanzar 22% en el año 2017.
La directora de admisión de la
USB, Lucy Pires / Foto: Anthony AsCer Aparicio - Contrapunto
Esta cifra supera el promedio
histórico de la universidad, que era de 15% hasta 2017. Y se espera que
aumente, porque en el recientemente cerrado proceso de inscripción de esa casa
de estudios, asistieron más de 3 mil alumnos en la sede de Sartenejas, donde
usualmente se inscribían al menos 4 mil.
Por normas de retiro, pierden
la inscripción los estudiantes que pasen más de cinco trimestres sin
inscribirse. En este sentido, y según los registros actuales de esta
universidad, Pires alertó que esta cifra también ha aumentado.
Durante todo este período
entre 2010 y 2018, 2.987 estudiantes perdieron la inscripción por esta
normativa. El mayor número fue registrado en el trimestre enero-marzo de 2017,
con 363 estudiantes retirados; seguido por septiembre-diciembre con 361
retiros.
De hecho, entre 2016 y 2017 se
perdió 46% del total de los estudiantes por norma de retiro de los últimos
siete años.
La cifra puede subir: para el
trimestre septiembre-diciembre 2017 el promedio de estudiantes que habían
dejado de inscribir cuatro semestres era de 115 (a un semestre de perder la
inscripción por normativa) y los que dejaron de inscribir cinco semestres, era
de 156.
Solo entre enero-marzo de
2018, 378 estudiantes dejaron de inscribir cuatro semestres consecutivos, a
riesgo de perder su inscripción para el próximo trimestre; y 111 ya perderán la
inscripción este mismo trimestre.
Foto: Rafael Briceño -
Contrapunto
Trámites también aumentan
Dejar la universidad no
siempre implica abandonar la carrera académica, pues muchos de los que se
retiran de la casa de estudios esperan continuar su desarrollo intelectual
fuera del país. Para eso, solicitan sus documentos y notas certificadas
firmadas por el rector, para validarlas en el exterior.
Es esta solicitud de la firma
del rector lo que permite saber que los documentos serán utilizados en el
extranjero. Otro indicador que permite conocer la intención potencial de
emigración en los estudiantes.
En el trimestre enero-marzo
2014, 44% de los documentos solicitados requerían firma del rector, frente a
54% simple y 2% firmados por el secretario. Para septiembre-diciembre de 2017
la tendencia se había volteado: 39% de los documentos eran simples (para uso
nacional) y 61% para el exterior, con firma del rector.
El rector de la universidad,
doctor Enrique Planchart / Foto: Rafael Briceño - Contrapunto (Archivo)
El Ministerio de Educación
eliminó la figura de los preparadores, es decir los estudiantes que además de
la beca, recibían ingresos por ayudar en la preparación de otros compañeros. La
beca es el único beneficio económico que la institución puede mantener.
Menos estudiantes en las dos
sedes
Ambas sedes de la Simón
Bolívar se caracterizan por su lejanía de los centros poblados: el campus de
Sartenejas está ubicado en una zona poco poblada del municipio Baruta, en el
sureste de Caracas; y el núcleo del Litoral se localiza en el estado Vargas,
también en una zona poco céntrica. "Por eso los estudiantes dependen del
transporte", explicó Pires.
En este sentido, señaló que
son muchos los factores que han podido identificar que inciden en este aumento
de la deserción. La interrupción de las actividades académicas por huelgas,
paros, protestas o situación-país, es uno de ellos. Entre 2010 y 2018 han estimado
que perdieron –por diferentes protestas o situaciones– el equivalente a tres
trimestres académicos; es decir, un año de carrera.
Foto: Rafael Briceño -
Contrapunto (Archivo)
Los datos demuestran que la
mayoría de los estudiantes que abandonan la carrera suelen tener entre 50 y 100
créditos aprobados –más o menos mitad de carrera– o estar en los primeros
trimestres.
Esto indica, y habría que
analizarlo, afirmó Pires, que el método de ingreso de la OPSU –que eliminó la
prueba interna para ingreso por mérito académico de la USB desde 2015– pudiera
incidir en la inscripción de estudiantes con deficiencias de conocimientos que
han impedido que avancen en la carrera.
Foto: Anthony AsCer Aparicio -
Contrapunto (Archivo)
Aunque el reglamento de la USB
es flexible y no exige a los estudiantes revelar los motivos de su retiro, han
podido consultar a un porcentaje de estudiantes que han formalizado su salida
de la casa de estudios. Pires indicó que estas son las principales causas:
- Emigración 34%.
- Continuar estudios en
universidades en el exterior 33%.
- No es la carrera de su
preferencia 19%.
- Cambio a universidades
privadas 16% (principalmente por pérdidas de clase y paros).
- Necesita trabajar 16%.
- La inseguridad le hace
difícil acudir a clases 15%.
- Condición socioeconómica del
estudiante no le permite estudiar 14%.
"Muchos nos han
manifestado que se retiran con mucho dolor", afirma Pires, quien señaló
que las casas de estudios deben implementar mecanismos para ayudar a estos
estudiantes.
Desde la USB, indicó, buscan
realizar un acercamiento con los estudiantes que han perdido su cupo, y aunque
50% les ha manifestado que no tienen previsto volver, instalaron una comisión
que evalúa alternativas para facilitarles la continuación de sus estudios.
Proseguir la educación a
distancia para aquellos que están en los últimos trimestres, es una de las
posibles propuestas.
18-04-18
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