Lester Toledo 05 de diciembre de 2019
@LesterToledo
Hoy
es uno de esos días en los que comprobamos lo rápido que pasan los años y al
mismo tiempo, cuando miramos por el retrovisor y apreciamos lo que nos ha
costado esta lucha.
Desde
su inicio nuestro partido, no ha transitado un camino tradicional, empezando
porque nacimos en dictadura y eso muy relevante, pero sobre todo por cada uno
de los episodios donde nos hemos tenido que graduar como ese partido de
vanguardia que los venezolanos esperaban, dispuesto a poner por delante de
cualquier aspiración la libertad de Venezuela y a sacrificar lo que hubiese que
sacrificar, y vaya que hemos sacrificado…
Voluntad
Popular ha sido el único partido en la historia de Venezuela que nació
convocando un proceso de elecciones abiertas aquel 5 de Diciembre del 2009,
desde el Fórum de Valencia, lo que abrió la posibilidad para que dirigentes de
base, líderes populares de la sociedad civil, jóvenes que venían de la lucha
estudiantil y mujeres guerreras, que hasta ese momento no habían tenido la
oportunidad de tener roles protagónicos en la política pudieran demostrar su
vocación de servicio. A lo largo de estos años hemos seguido sumando activistas
valiosos que hoy siguen ocupando puestos importantes de dirección a nivel
parroquial, municipal, regional, nacional e internacional.
En
este camino, hemos levantado con gallardía nuestras banderas de lucha y hemos
pagado el precio. Por un lado, el reconocimiento y acompañamiento a nuestro
espíritu de lucha que se ha visto reflejado en gremios, sindicatos,
universidades y diversas esferas de la sociedad civil; pero por otro, hemos
sido la organización política más perseguida por la dictadura de Chávez y
Maduro y sin embargo, nunca paramos.
Hoy
escribo estas líneas para reivindicar nuestro trabajo, y decir que me siento
MUY ORGULLOSO de formar parte de un partido que ha estado a la vanguardia en
todos y cada uno de los momentos en que se ha tambaleado la dictadura y que a
pesar de que eso nos ha costado cárcel, persecución, muerte, dolor y exilio,
todo vale la pena por recuperar el mejor país del mundo: Venezuela.
–
En el 2014, fue Leopoldo López, quien despertó al pueblo y revivió la tesis de
que es en la calle donde debemos y tenemos que luchar por nuestros derechos,
eso costó su encarcelamiento y el de decenas de compañeros, líderes regionales,
alcaldes y jóvenes que asumieron con valentía la resistencia. Con nuestro
Coordinador Nacional preso, lejos de venirnos abajo, multiplicamos su garra por
miles y mantuvimos el ritmo de la lucha por meses.
–
En el 2016, asumimos de frente una cruzada contra la corrupción e hicimos del
conocimiento mundial que estos malandros eran una amenaza para la región entera
y logramos que comenzaran a activarse las alarmas de la comunidad
internacional. Batallamos contra PDVSA, Odebretch, PUDREVAL y decenas de corruptos
en todo el país. En mi caso, contra la casta que desde el Zulia y con Francisco
Arias Cárdenas a la cabeza estaba saqueando nuestro estado. Eso me costó una
injusta orden de aprehensión, que hoy la veo como un diploma de graduación
moral y no como un lamento, porque si te persigue una dictadura férrea como la
que sufrimos, es porque hiciste lo correcto.
–
En el 2017, asumimos de nuevo la calle junto al pueblo de Venezuela y en cada
manifestación, ahí estuvo siempre nuestra impronta naranja. Cientos de dirigentes
perseguidos, heridos, presos y torturados y seguían dando la cara otros miles,
demostrando de nuevo que jamás han logrado ni lograrán quebrarnos en nuestras
convicciones. Alcaldes, diputados y líderes fundamentales de nuestro equipo
tuvieron que trasladar al exilio o a una cárcel su lucha como consecuencia de
estos más de cien días en las calles de Venezuela, a ellos y a todos quienes
han luchado, tenemos que reivindicarlos.
–
Y en este 2019, cuando renace la esperanza de cambio y se configura después de
muchos años una ruta política única: “Cese de la usurpación, Gobierno de
transición y elecciones libres” nuevamente está allí nuestra impronta naranja
encabezando el Gobierno Interino con el Presidente Juan Guaidó, un fundador de
Voluntad Popular, que conoció el trabajo local como coordinador regional en
Vargas, que maneja al detalle el funcionamiento interno y cada rincón de
nuestro partido como responsable nacional de organización, que aprendió como
diputado a luchar en el terreno de las instituciones adversando a Diosdado
Cabello y compañía y que hoy bajo su liderazgo se ha logrado construir no solo
un proceso de cambio en el país, sino la coalición internacional de lucha más
grande que se ha visto desde la segunda guerra mundial enfilada hacia un cambio
de régimen en Venezuela.
A
pesar de los errores naturales que como novel organización podamos haber
cometido, el mundo entero hoy reconoce la trascendencia que hemos tenido en
esta etapa y eso es gracias también a quienes nos han representado a nivel
internacional cuando nadie volteaba a ver la crisis venezolana , empezando por
Lilian Tintori e Isadora Zubillaga, quienes abrieron las puertas para que hoy
tengamos también una especie de “redes populares diplomáticas” en prácticamente
todos los países claves en el mundo.
Debemos
reivindicar nuestras luchas hermanos, las historias de nuestros líderes,
reivindicar el rol de nuestras parejas y familiares y muchos detalles que la gente
no conoce de cómo hemos vivido esta década.
Este
cumpleaños número 10 también debe ser una oportunidad para reafirmar nuestros
valores originales, para depurar, para renovar nuestra fe en ese proyecto que
hemos llamado La Mejor Venezuela y que es el sueño que nos mueve, para seguir
combatiendo la corrupción que en los últimos días viene tocándonos también la
puerta en casos puntuales, para revisar cada espacio de participación y
garantizar que después de diez años no se hayan instalado vicios que históricamente
hemos combatido, para aprender de la experiencia que no hay que ser
excluyentes, pero sí selectivos a la hora de escoger y aceptar a políticos que
nos tocan la puerta y que en nada se parecen a este proyecto, para renovar
espacios donde tenemos jóvenes que quieren comerse el mundo pidiendo una
oportunidad, para escuchar y para seguir diferenciándonos en nuestros actos de
una vieja clase política que dejó de representar la irreverencia y la esencia
del bravo pueblo de Venezuela hace mucho tiempo.
Cierro
esta reflexión ratificando que estoy convencido de que vamos a salir de esta
pesadilla mucho antes de lo que algunos piensan y en nuestra próxima década el
balance que tendremos que hacer será acerca de nuestra actuación en la
Venezuela democrática. Momentos más terribles vivieron otras naciones, se
levantaron y prosperaron. Venezuela es el mejor país del mundo y su gente
dentro o fuera del país en este momento, no tolerará esta dictadura asesina por
mucho tiempo más.
Estemos
a la altura de las circunstancias que ya viene… ¡Ya viene La Mejor Venezuela!
Fuerza y Fe.
Lester
Toledo
@LesterToledo
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