San Josemaría 25 de diciembre de 2019
Navidad.
–Cantan: «venite, venite...» –Vayamos, que El ya ha nacido. Y, después de
contemplar cómo María y José cuidan del Niño, me atrevo a sugerirte: mírale de
nuevo, mírale sin descanso. (Forja, 549)
Se
ha promulgado un edicto de César Augusto, y manda empadronar a todo el mundo.
Cada cual ha de ir, para esto, al pueblo de donde arranca su estirpe. –Como es
José de la casa y familia de David, va con la Virgen María desde Nazaret a la
ciudad llamada Belén, en Judea. (Luc., II, 1–5)
Y
en Belén nace nuestro Dios: ¡Jesucristo! –No hay lugar en la posada: en un
establo. –Y su Madre le envuelve en pañales y le recuesta en el pesebre. (Luc.,
II, 7)
Frío.
–Pobreza. –Soy un esclavito de José. –¡Qué bueno es José! –Me trata como un
padre a su hijo. –¡Hasta me perdona, si cojo en mis brazos al Niño y me quedo,
horas y horas, diciéndole cosas dulces y encendidas!...
Y
le beso –bésale tú–, y le bailo, y le canto, y le llamo Rey, Amor, mi Dios, mi
Unico, mi Todo!... ¡Qué hermoso es el Niño... y qué corta la decena! (Santo
Rosario, 3º Misterio Gozoso)
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