Curadas 19 de diciembre de 2019
@CuradasVE
LA REINA PEPIADA
Historia de la Arepa «Reina Pepiada»
(también se escribe y se dice «pepeada» y «pepiá»)
Una historia simpática.
La Reina Pepiada es la arepa más famosa de Venezuela y
una de las primeras arepas en tener nombre propio. Su receta original dice que
es una tostada rellena de pollo guisado y luego horneado, acompañado de lonjas
de aguacate y granos de petit pois.
Actualmente, los establecimientos la rellenan con
ensalada de gallina, mayonesa y aguacate.
Su creador aún está vivo, se llama Heriberto Álvarez,
tiene 83 años y es nativo de Las Araujas, una población del estado Trujillo.
«La autoría de la Reina Pepiada no es sólo mía sino también de mis seis
hermanos ya fallecidos y, por supuesto, de mi ingeniosa madre: María de los
Santos Álvarez, que en paz descanse.
Todo comenzó cuando mi papá murió, estando nosotros
muy jóvenes. Mi mamá nos trasladó desde Trujillo para Caracas en un camión de
estacas. Nos instalamos en la Esquina de Cola e’ Pato, en El Guarataro. Allí
montamos un negocio de empanadas. Se hicieron tan famosas que la gente se venía
desde El Paraíso, expresamente, a probarlas.
Como nos fue tan bien pudimos abrir otro local de
Maderero a Bucare, cerca de la Plaza Miranda. Mis hermanos y yo le pusimos
Tostadas El Chance. Fue allí donde vendimos las primeras tostadas.
Nuestro primer cliente se acercó a las 8:30 de la
mañana, en octubre del año 49. Nos preguntó: «Muchachos, ¿qué es eso de
Tostadas?» Le explicamos que así se le decía a la arepa rellenita en Trujillo.
Pidió una de queso de mano y se la devoró gustosamente.
En ese momento se llamaba Alfredo Sánchez, vivía a una
cuadra del negocio y era un aficionado al canto. Después se convirtió en
Alfredo Sadel. Imagínese qué suerte nos dio ese señor de ser el primero que se
comiera una de nuestras arepas».
El origen del nombre (y el apellido) de la arepa
«Reina Pepiada».
Con el tiempo fuimos creciendo y, en el año 55, abrimos
Los Hermanos Álvarez, en La Gran Avenida, la que comunica Plaza Venezuela con
Sabana Grande.
Estábamos en un punto estratégico, porque teníamos al
lado la hermosa floristería de las hermanas Belloso y un negocio muy visitado
que se llamaba Todo París. Nuestros clientes fijos eran Aquiles Nazoa, Oscar
Yanes, Billo Frómeta y Abelardo Raidi, entre otros.
Ese mismo año, la señorita Susana Duijm ganó el Miss
Mundo. Para rendirle homenaje, vestimos de reina a una de nuestras sobrinas,
que tenía apenas 12 años. La sentamos como en un altarcito para que la gente la
viera en el establecimiento.
Entonces pasó un señor y nos preguntó por qué teníamos
a esa niña allí. Le explicamos que era un homenaje a la nueva soberana de la
belleza. Nos dijo: «¡Pero si yo soy el papá de Susana! Se las voy a traer para
acá».
Y así fue. Un viernes, como a las 10:00 de la noche se
apareció la señorita Susana con su papá. Yo le di una tostada en sus manos y le
dije: «Mire, esta tostadita se la preparó mi mamá especialmente y se va a
llamar La Reina, así como lo es usted». Ella me dijo: «Muchas gracias, mijo», y
se la comió con un juguito. Y como en esa época, a las mujeres de buenas
curvas, así como Susana, se les llamaba «pepiadas», le pusimos ese apellido a
la arepa.
Mantuvimos el negocio hasta el año 68.
Otro que nos promocionó incondicionalmente fue Renny
Ottolina. ¡Cómo se portó ese señor con nosotros!»
Sobre la preparación original.
«Se amasaba muy bien la mezcla y se le incorporaba una
cucharadita de mantequilla. En aquella época se conseguía la marca Alfa, que
era muy buena y salía barata. Así, la masa adquiría una textura más flexible y
perdurable.
Una vez que se les daba forma, las arepas iban al budare por cinco minutos, luego al fogón hasta que se les levantaba la conchita, lo cual indicaba que estaban listas.
El relleno, originalmente, es un pollo macerado: mi
mamá primero lo sancochaba, le ponía bastante aliño y lo dejaba hasta el día
siguiente en la nevera. Después lo horneaba y posteriormente era que le sacaba
las lonjitas para rellenar la arepa. Una ocurrencia de ella fue ponerle
aguacate. Y como en el negocio teníamos petit pois, porque a la gente le
encantaba, entonces los añadimos a la arepa».
Alrededor del reinado.
«Después de La Reina vino otra arepa que también se
hizo famosa. Era La Multisápida. La llamamos así porque Rómulo Betancourt
hablaba, en los cincuenta, del surgimiento de una política multisápida.
Queríamos hacer alusión a algo que estaba sobre el tapete. La nuestra tenía un
poquito de queso, otro poquito de chicharrón, otro de pollo… Bien bonita, eso sí…
No menos famosa fue La Prohibitiva. Era una tostada
rellena de caviar, un invento de uno de mis hermanos como estrategia de ventas.
La Reina costaba un bolívar y la gente se quejaba de
que era muy cara, ya que las demás no pasaban de real y medio o real y
cuartillo… Entonces pusimos La Prohibitiva a 27 bolívares para que La Reina
luciera mucho más barata. Pero el venezolano siempre ha sido muy pantallero.
Nunca faltaba alguno que llegara y dijera a todo gañote: «¡Álvarez, dame una
prohibitiva!», y en secreto te susurraba: «de queso de mano». Todo era para
aparentar que podían pagar una cosa que nunca se vendió.
Otro de nuestros productos principales lo llamamos
«Sistema Nervioso». No era más que el mondongo. Le pusimos así por un
borrachito maracucho que siempre nos visitaba y pedía: «Dame un nervioso».
Según él, era lo único que le quitaba el malestar.
Pero el cliente, quizás, más importante que tuvimos
fue el señor Luis Caballero Mejías. Una noche se presentó con una bolsita de
harina y nos dijo: «Muchachos, yo preparé esta mezcla a ver si las arepas me
quedan igual a las de ustedes». Nos pidió que la probáramos y nos explicó que
eran dos kilos de maíz, primero sancochados, luego molidos y posteriormente
secados. Nos fue muy bien con esa mezcla. Y cómo no, si lo que nos estaba dando
era la fórmula de la Harina Pan. Un día se presentó un señor llamado Lorenzo
Mendoza (POLAR) y le compró la receta. Lo demás es historia…»
Otras arepas con nombre propio:
La sifrina: Reina Pepiada con queso amarillo.
La pelúa: Carne mechada y queso amarillo.
La viuda: Es la arepa sola, sin relleno. En algunas
areperas sirven una viuda con la sopa.
La catira: Pollo mechado y queso amarillo.
La rumbera: Pernil con queso amarillo.
La dominó: Caraotas negras y queso blanco.
La llanera: Carne de res, tomate, aguacate
y queso guayanés.
Generalmente el queso para las arepas se sirve
rallado.
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