Por Roberto Patiño
En Venezuela vivimos una
crisis humanitaria compleja, producto de un modelo destructivo y criminal
impuesto por la fuerza sobre los ciudadanos. El grupo en el poder ha
secuestrado al Estado, utilizando su estructura para someter a las personas,
así como generar un contexto de caos, colapso y violaciones masivas a los
derechos humanos. Todos los ámbitos de la sociedad, políticos, económicos y
sociales, se ven afectados y violentados.
Una de las consecuencias de
esto es la orfandad institucional de los venezolanos, que deben enfrentar la
emergencia diaria sin el apoyo de entes estatales. Los graves problemas de
salud, alimentación, educación seguridad, servicios, por nombrar solo algunos,
deben ser encarados por las personas desde sus propios recursos y habilidades.
Incluso, bajo la presión y ataque de este Estado opresor y la de los grupos
paramilitares y violentos afectos a este.
En contraparte, la sociedad
civil ha reaccionado desde las organizaciones y grupos articulados de activismo
social, gremios, academias, sector privado y comunidades. Han surgido nuevas
organizaciones abocadas a problemas específicos y se han reforzado y ampliado
la labor de las ya existentes. También se ha intensificado la presencia de los
capítulos nacionales de ONG y organizaciones internacionales.
Provea, Cofavic, Caritas,
Unicef, Foro Penal, Observatorio de la Violencia, El Bus TV, Redes Ayuda,
Acción Solidaria, Cecodap o Convite son algunas de los cientos de
organizaciones que hacen vida en el país, trabajando en áreas tan diversas como
la emergencia alimentaria, la defensa de los derechos humanos, el apoyo legal y
jurídico, el acceso a la información o medicamentos, así como la promoción de
los derechos educativos de niños y jóvenes.
Estas organizaciones también
funcionan como vasos comunicantes, que logran articular a diversos actores
sociales en la generación de esfuerzos conjuntos que tengan un impacto positivo
en la realidad.
En este sentido, desde el
Movimiento Caracas Mi Convive, nos enorgullece formar parte de esta red de
organizaciones y esfuerzos, junto a liderazgos y agrupaciones en las
comunidades al igual que a diferentes grupos y aliados de la sociedad civil.
Desde la iniciativa de Monitor de Víctimas, en conjunto con el portal Runrunes,
por ejemplo, hemos producido un banco de datos que aportó información veraz al
informe de la alta comisionada de los derechos humanos en la ONU, Michele
Bachelet.
Nuestro esfuerzo de Alimenta
la Solidaridad ya funciona en comunidades en 15 estados del país, llegando a
más de 13000 niños.
Reconocer, visibilizar y apoyar
los esfuerzos de estas organizaciones, así como sumar sus conocimientos y
perspectivas, es parte del trabajo que deben hacer los nuevos liderazgos
sociales y políticos. Esto permitir nuevas vías y formas para para
enfrentar los problemas y emergencias de la actual crisis, vinculando a las
personas y generando redes de trabajo y apoyo.
Con igual importancia, deben
ser un factor primordial en la arquitectura de una nueva democracia, en la que
la sociedad civil organizada debe tener un papel protagónico y significativo,
que permitirá superar las taras de asistencialismo, clientelismo y exclusión
exacerbadas por el régimen a los actuales niveles de anomia y colapso.
Esta gran tragedia que
estamos viviendo también debe ser una oportunidad de aprendizaje y valoración
sobre las capacidades de la sociedad civil. Esta será el eje articulador a
partir del cual pueda surgir una nueva Venezuela, democrática, solidaria y
productiva.
robertopatino.com
18-12-19
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