José Luis Farías 25 de diciembre de 2019
@fariasjoseluis
La
otra cara:
La
navidad es el momento más hermoso del año. Sirva este regocijo navideño para
fortalecer nuestra fe y esperanza aún en las circunstancias más deplorables a
las cuales nos han sometido separando nuestras familias y destruyendo nuestras
condiciones de vida, celebremos estas pascuas sin olvidar nuestro compromiso de
lucha.
La
represión de la dictadura contra los diputados de la Asamblea Nacional por
medio de amenazas, persecuciones, arrestos y sobornos está claramente dirigida
a impedir la reelección de Juan Guaidó como presidente del poder legislativo el
próximo 5 de enero de 2020.
Su
ferocidad se ha intensificado a medida que se acerca la fecha de marras, como
lo comprueba la detención del diputado Gilber Caro y la extensión de las
persecuciones a otros parlamentarios como Yanet Fermín y Jorge Millán con
asedios directos a sus hogares.
Esta
cruel andanada que ya incluye 30 diputados en el exilio, varios en la
clandestinidad y dos en prisión, ha creado una atmósfera de incertidumbre en
los ciudadanos en torno a la posibilidad de la ratificación de Guaidó al frente
del órgano legislativo.
Actitud
fortalecida por el manejo noticioso del régimen de cuanto sucede para sembrar
las matrices de opinión cocinadas por el G2, difundidas en intimidantes y
cínicas ruedas de prensa de Jorge Rodríguez responsabilizando a los
legisladores de conspiraciones y acciones delictivas.
No
pocos venezolanos, ante la diabólica arremetida de la dictadura para doblegar
el coraje y comprar la dignidad de los parlamentarios, dudan si es posible que
ese día las fuerzas democráticas puedan imponer su mayoría para reelegirlo.
La
vacilación ha sido tal que notorios opinadores y hasta comunicadores sociales
bien informados no ocultan tampoco su recelo, contribuyendo con ello a extender
el manto de perplejidad en toda la sociedad, tal cual suele suceder en las
naciones bajo control hegemónico de las comunicaciones.
En
las redes sociales se multiplican los ataques y los fake news de los bots de la
dictadura destruyendo la confianza en el movimiento democrático y
escandalizando los casos de los legisladores sobornados para fusilar moralmente
a la Asamblea Nacional.
También
se suman a ello muchos sujetos indeseables que, presentándose como opuestos al
régimen, su única labor es intentar destruir a Guaidó y a la Asamblea Nacional,
como si fueran los culpables de la calamidad que azota al país, llegando
incluso al bochorno de hablar del "madurismo-guaidoismo" para igualar
estúpidamente a Guaidó con el dictador.
Algunos
de ellos descaradamente encampañados en defensa de los diputados
"maletineados", porque supuestamente no se han exhibidos pruebas
suficientes que comprueben que vendieron su dignidad por unos cuantos dólares o
euros y los presentan como puros "disidentes" que habría que
respetar.
El
propósito de crear este estado general de duda es abonar el terreno para que
cualquier acción emprendida por la dictadura el 5 de enero impidiendo la
reelección de Guaidó, sea vista por todos como algo natural, un simple producto
de la caída de su popularidad y de la presunta naturaleza corrupta de la
oposición.
Afortunadamente,
el martes 17 de diciembre, la Asamblea Nacional aprobó el voto a distancia de
sus integrantes para obstaculizar cualquier acción delictiva de la dictadura
con el objeto de evitar la reelección de Guaidó y la designación del resto de
la directiva del entente legislativo.
Un
decisivo acto de audacia que tuvo a bien realizar la Asamblea Nacional en medio
de retiros esperados, ausencias inexplicables y ciertos y curiosos refunfuños
de algunos por la comprensible forma sorpresiva -no podía ser de otro modo- en
que se produjo la decisión votada por 93 diputados.
Como
era de esperarse, esta modificación del Reglamento de Interior y Debate fue
objetada ante el TSJ ilegítimo por tres diputados ex-opositores, dos de ellos
acusados de "maletineados", incluido uno al cual se dice que el hampa
le birló veinte mil dólares y otro que nadie le ha conocido una acción en el
parlamento, lo cual permitió una sentencia express del TSJ desconociendo la
decisión, acción rechazada de inmediato por la Asamblea Nacional.
La
decisión tomada por la Asamblea Nacional y el compromiso de lucha de la gran
mayoría de los diputados es un madrugonazo contra la "operación
alacrán" de la dictadura que será garantía suficiente de una nueva
victoria el próximo 5 de enero contra la tiranía.
Resta
esperar una rectificación de la estrategia en boca del presidente Guaidó para
renovar la voluntad ciudadana y seguir librando en la calle las luchas que nos
faltan.
José
Luis Farías
@fariasjoseluis
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