Por Eduardo López Sandoval
Nos visita el viejo amigo
viejo Ramonote Mandefuá, el viejo profesor de Historia de Venezuela, jubilado,
que tan viejo es que votó por primera vez cuando él tras anterior Dictador,
Pérez Jiménez, hizo plebiscito para ganar con trampas. Viene con su nieto
Ramonito, el más larguirucho de la familia Mandefuá. Y no viene a tomar café
porque sabe que la crisis del país erradicó esa vieja costumbre propia del
encuentro y conversa de viejos amigos, un cafecito caliente.
Igual nos reunimos. Con un
libro en la mano izquierda que ostensible marca con el índice de su mano
derecha, nos amenaza con una lectura…
Y rompe:
-¿Por qué tu ausencia en tus
escritos semanales?
Intento explicarle que es
consecuencia de la misma crisis del país,…colas, escasez,…el salario que no
alcanza… e intento seguir, pero por sobre entendido ese discurso, me corta. Me
dice que trae entre manos una página de este libro, "que seguro tú lo vas
a usar como material de tu escrito por venir".
Y comenta:
-Te voy a leer fracción de
la página 57 y 58 de este libro, no intentes leer el título, la idea es que
adivines el personaje. En los espacios de la lectura donde se diga el nombre
del Presidente le ponemos un interrogante o puntos suspensivos…
-Pero ya me dijiste que es
un Presidente, -le observo.
-O fue, eso adivínalo. –Y se
acomoda los lentes bifocales para comenzar:
-Textualmente, leo: “Se
decía que él se aprovechaba de su posición para hacerse millonario. Si es
cierto esto, que de ningún modo ha sido discutido aún por sus partidarios, es,
en todo caso, una falta que con él compartirán sus sucesores.”
-Saltamos unas líneas y
seguimos: “Se decretó multitud de instituciones, se decretó construcciones de
caminos y otras cosas acerca de las cuales los diarios entonaban, antes de que
se hubiera pensado en comenzarlas, himnos triunfales por los progresos
alcanzados”.
-¿Cómo el tren Tinaco Anaco?
Le interrumpo…
-No, no, eso no lo nombra…
Y sigue el viejo jubilado
del Ministerio de Educación, y Ramonito no pierde línea, quiere saber el
resultado del ejercicio de adivinanza…
-Oye esta verdad monumental
que escribe este extranjero: “Se sabe precisamente muy bien en Venezuela que el
papel aguanta lo que le pongan.”
-Por cierto, -observa el
viejo-, mira que te estoy dando datos, ya sabes que es un presidente
venezolano, y se me salió y te dije que el libro lo escribe un no venezolano;
si adivinas te ganas esta tética de café…
Y saca de uno de los cuatro
bolsillos de su guayabera una de esas revolucionarias presentaciones del café
molido, que apenas alcanza para una colada. Igual la veo promisoria…
-“Para mí, el rasgo más
repugnante de la personalidad de (…) es la manera en que él se hacía ofrecer
incienso en los periódicos, principalmente en (…y aquí van otros puntos
suspensivos, es el nombre del periódico), así como en cualquier otra forma
posible. En vano se buscaría en la historia de los peores déspotas ejemplos
semejantes de adulancia y endiosamiento. Calígula hizo cortar la cabeza a la
estatua de Júpiter y poner la suya en su lugar, pero yo creo que ha sido
excedido por (…).
Sigue el jubilado:
-En este espacio habla de
los títulos que se hizo adjudicar el personaje, y… “Pero la mejor ocurrencia
fue la de un literato que estableció del modo más serio una comparación entre
(…) y Jesucristo, llegando a la conclusión de que Cristo ha sido verdaderamente
el más grande benefactor de la humanidad, pero inmediatamente por debajo hay
que poner a (…) en valor e importancia. ¿Puede haber algo más insulso y
desvergonzado?”
-Punto y aparte, y sigue:
“Como ya he dicho, (…) se hizo erigir durante su Presidencia dos estatuas de
bronce en la capital, además de otras en diferentes ciudades. ¡En u país donde
la parte de renta que debe ser empleada efectivamente en interés del Estado ni
siquiera alcanza para las cosa más necesarias, dos costosas estatuas del
mismísimo hombre…”.
-Termino con este párrafo,
del personaje por adivinar, dice que: “tenía la mano fuerte, como se la
necesitaba para mantener la paz en un país continuamente arruinado por las
facciones, afligido por causa de las exageradas ambiciones políticas; y es paz
lo que necesita Venezuela para poder ingresar en las filas de la naciones
cultas.
-¿Adivina el
personaje?-Sonríe el viejo amigo viejo…
-¿Está vivo?.- Pregunto.
-No, no se te puede dar ese
dato, es mucho…
-El Interfecto no puede ser,
que yo sepa no le han hecho estatuas, los gastos para hacer tan inmensa barriga
no los cubre el Arco Minero… –Intento hacer un chiste.
-¿El Golpista? –Intento
ganarme la tética de café…
-No, no, caliente ,
caliente…
Igual ya no estábamos
tomando el café cuando el profesor Ramonote lee:
-Traducción del Dr. José
Izquierdo, del médico alemán Carl Sachs, de la obra DE LOS LLANOS.
Toma un sorbo de café, y:
-La obra es producto de una
visita científica que nos hace este investigador en el año 1877, y el personaje
es Antonio Guzmán Blanco.
25-12-19
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