1.
La lucha por construir una sociedad justa, democrática, de respeto a las
diferencias, apegada al Estado de Derecho y a una nueva cultura del trabajo
honesto, es muy compleja pues partimos de la sociedad actual que queremos
transformar, con un gobierno de facto que fomenta la descomposición, las
divisiones y la desmoralización del pueblo. Es inevitable que en esta larga
lucha haya desviaciones, tropiezos, traiciones, divergencias y conflictos.
2.
Lo verdaderamente importante es cómo tratamos las desviaciones y las
contradicciones; si las señalamos críticamente, si le hablamos con franqueza al
país de los errores cometidos, si nos tratamos con respeto y desde el debate
fraterno y amplio pero implacable ante las desviaciones, corregimos y
avanzamos; o si, por el contrario, tapamos esas desviaciones, guardamos
silencio o echamos por la borda con críticas terminales, ofensivas y
destructivas todo lo avanzado y acumulado en unidad, experiencias, organización
y proyectos.
3.
En el Frente Amplio Venezuela Libre, como instancia unitaria de los
principales partidos políticos democráticos y de factores organizados de la
sociedad civil, deploramos cualquier acto delictivo y corrupto pues reproduce
la cultura que queremos erradicar y destruye las esperanzas que el pueblo ha
puesto en la Asamblea Nacional y en su dirigencia opositora.
4.
Entendemos que se han cometido errores en la conducción política de esta
lucha en lo que va de año, que se han debido hacer balances y correcciones
públicas, y que se plantearon metas y plazos que no logramos concretar en las
fechas que nos establecimos, porque además el régimen también utilizó sus
mecanismos de desarticulación. Pero igualmente es cierto que se realizaron
importantes avances internacionales, organizativos y de desenmascaramiento de
la tiranía madurista. No todo está bien, pero hemos avanzado y cada día estamos
más cerca de lograr una solución para Venezuela. Debemos por tanto hacer un
balance equilibrado y sincero.
5.
En medio de toda esta tormenta y enfrentando a polos extremistas que
pregonan el exterminio del contrario, el Frente Amplio Venezuela Libre ha
avanzado en encontrar a los diferentes, al que piensa distinto, al trabajador,
a las amas de casas, a los profesionales, a los estudiantes, a los empresarios,
a los gremios y a los ciudadanos de a pie, en la construcción de la unidad
superior de la Venezuela Democrática. Conscientes estamos que aún nos falta
para lograr la unidad entera de la nación venezolana para la salida pacífica y
democrática de la tragedia nacional, pero no podemos perder si hacemos las
cosas bien, sin atajos. Por eso lo avanzado debemos protegerlo, corregirlo,
ampliarlo, perfeccionarlo, sin sectarismo, sin fracturas en base a cálculos
políticos personales, y sin que implique guardar silencio frente a
desviaciones.
6.
Ratificamos y le recordamos al país que estamos en esta gravísima crisis
porque hay un pequeño grupo mafioso que persiste en tratar de imponerle a
Venezuela la muerte. A la cabeza de este grupo se encuentra Nicolás Maduro. Él
es el adversario principal que debemos desnudar y confrontar, es en contra suya
que nos hemos unido, a pesar de las diferencias que tenemos y seguiremos
teniendo. No perdamos pues el objetivo de la lucha.
7.
Hagamos las críticas que haya que hacer, confrontemos ejemplarmente la
corrupción, el sectarismo, las desviaciones, pero hagámoslo militando en la
unidad, sin generalizaciones irresponsables (muchas de ellas de clara
intencionalidad politiquera), en la crítica fraterna y educativa que nos hace crecer
a todos. Ese es el comportamiento responsable y serio que nos exige estos
tiempos.
8.
Maduro es fácilmente derrotable si la nación se une y moviliza
pacíficamente en una lucha responsable, amplia, con objetivos alcanzables,
posibles, que generen certidumbre y confianza en que el futuro será mejor para
toda Venezuela, y no solo para un pequeño grupo.
9.
Nuestra lucha por reestablecer la democracia y la plena vigencia de la
Constitución no cesa. En consecuencia, de cara al 5 de enero de 2020,
ratificamos el compromiso unitario de preservar la Asamblea Nacional bajo la
conducción de las fuerzas democráticas opositoras, tal y como lo decidió
mayoritariamente el pueblo venezolano en 2015. La Asamblea Nacional seguirá
siendo trinchera de la esperanza por el cambio político.
10. Todas las tiranías, por más
fuertes que han sido, terminan cayendo porque el poder más importante de una
nación es el de un pueblo unido, consciente y movilizado con dignidad por un
futuro mejor. Maduro no es la excepción, pero queda en manos de los
venezolanos, sin salidas mágicas y caminos verdes, concretar esa salida
soberana para el bien de todo el pueblo.
Caracas, 5 de diciembre de 2019.
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