Páginas

miércoles, 12 de febrero de 2020

Coincidencias y contrastes, para @lmesculpi




Luis Manuel Esculpi 11 de febrero de 2020

No es para nada casual. Andan desesperadamente buscando oxigenarse. Necesitan neutralizar, hasta donde sea posible, los efectos de la gira. Apelan a dos de sus principales aliados. Uno de ellos se ufana de conocer mucho a Venezuela porque ha viajado cerca de cuarenta veces a nuestro país. Ya no juega al papel de mediador, no disimula su acuerdo con el régimen.

La oposición democrática nunca se engañó con el personaje. En su último viaje el gobierno español se desmarcó evitando hacer comentarios porque según lo realizó: "Estrictamente en su condición de ciudadano particular sin ostentar ningún cargo de representación y sin mandato alguno del gobierno de España".

Está claro que nos referimos a Rodríguez Zapatero, quien se reunió en Miraflores con Maduro y Delcy Rodríguez, la protagonista del famoso incidente en el aeropuerto de Barajas junto al ministro de Transporte, por coincidencia, otro José Luis, pero de apellido Ábalos. La peripecia de Delcy en Madrid ha traído larga cola hasta el día de hoy, cuando se mantienen las solicitudes de investigación sobre la presunta violación a normas de la Unión Europea (UE).

Casi, simultáneamente, estuvo en Venezuela el canciller ruso Serguéi Lavrov quien, además de reunirse en Miraflores con los mismos personajes, asistió a la denominada "mesita" (después también lo haría Zapatero). Aunque al encuentro de la Casa Amarilla no asistieron todos sus integrantes, el principal vocero sugirió, entre otras cosas, "el acompañamiento de Rusia y la UE, esto en la búsqueda de condiciones para procesos electorales".

No se puede ignorar que Rusia no es precisamente un modelo en cuanto a realización de elecciones limpias y competitivas, por el contrario, las denuncias de irregularidades son reiteradas hasta por observadores independientes.

El "acompañamiento" es lo que el régimen acepta, negándose a admitir la observación internacional con su protocolo y las normas aceptadas por organismos especializados.

La coincidencia de ambos viajeros no es fortuita. Esta obedeció a gestiones de Nicolás con dos propósitos definidos: el primero intentar disminuir los efectos de la exitosa gira de Guaidó (será inútil, diría Moisés Moleiro) y el segundo, darle un espaldarazo a las conversaciones con la mesita para acelerar los preparativos de elecciones parlamentarias, desconociendo la exigencia de elecciones presidenciales; de allí, las reuniones en la Casa Amarilla con los visitantes.

Se rumora con insistencia que próximamente el TSJ designará el Consejo Nacional Electoral (CNE), un cercano amigo de Zapatero como Timoteo Zambrano declaró al salir del encuentro: "Estamos a punto de llegar a un acuerdo para un nuevo CNE". Acuerdo que como se sabe, no cuenta con el respaldo de la oposición democrática representada en la Asamblea Nacional (AN) presidida por Juan Guaidó.

Mientras seguía con atención estas coincidencias, me tomé el tiempo para ver el video completo de la comparecencia ante un tribunal de Aida Merlano, la ex parlamentaria colombiana detenida en Venezuela. Más que el contenido de su extensa declaración, llama particularmente la atención el inmenso contraste en el trato prodigado a esta dama con los atropellos y violaciones a que son sometidos los presos políticos venezolanos.

Ojalá Juan Requesens, Roberto Marrero y los centenares de presos políticos civiles pudieran grabar con esa misma libertad videos en sus audiencias ante los tribunales, igual los presos políticos militares, como los generales Hernández Da Costa, Rodríguez Torres y Raúl Baduel.

Estos contrastes demuestran, una vez más, el carácter mendaz y falaz del régimen más allá del propósito junto a sus aliados nacionales e internacionales de presentar una falsa fachada democrática; intentando -de nuevo inútilmente- disipar los rasgos autoritarios y dictatoriales de su imagen. Definitivamente, no tienen remedio.

Luis Manuel Esculpi


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico