David Alandete 07 de febrero de 2020
@alandete
La
líder demócrata Nancy Pelosi recibe al presidente encargado de Venezuela en el
Capitolio e insta a todos los países a que le apoyen
Juan Guaidó mantuvo
ayer una serie de reuniones de alto nivel en Washington durante las cuales
coordinó con el Gobierno de Donald Trump una serie de medidas
para retomar la campaña de presión para forzar la caída del régimen de Nicolás
Maduro en Venezuela. El presidente encargado de Venezuela, presidente también
de la Asamblea Nacional, fue recibido por el jefe de la diplomacia
norteamericana, Mike Pompeo, con quien trató sobre la creciente
injerencia de Rusia en Venezuela, y con el director de la Agencia de EE.UU.
para el Desarrollo Internacional (Usaid), Mark Green, que le detalló planes
para incrementar la ayuda humanitaria para los refugiados en el continente y
los desplazados internos.
El apoyo al cambio en Venezuela no es una cuestión
partidista, y existe un amplio consenso sobre la necesidad de destituir a
Maduro para forzar una transición a la democracia en el país
caribeño. Por eso, en medio de la guerra del «impeachment» y sus efectos
inmediatos, la presidenta de la Cámara de Representantes y líder
demócrata, Nancy Pelosi, recibió ayer personalmente a Guaidó en el
Capitolio para debatir también sobre qué medidas puede tomar el poder
legislativo para apoyar el cambio en Venezuela. «El sufrimiento del pueblo de
Venezuela es algo que debe preocupar a todos los países del mundo. Todos aquí
le apoyamos en su lucha, señor presidente», dijo Pelosi. Guaidó, a su lado,
indicó que había tratado también con la líder demócrata «qué hacer para acabar
con este régimen de terror, que destruyó Venezuela, que alberga a miembros del
ELN (guerrilla colombiana), que promueve el terrorismo internacional y que
inunda de narcotráfico las calles de EE.UU.».
El de ayer fue el segundo encuentro en dos semanas de
Guaidó con el secretario de Estado, Pompeo, quien tras la reunión dijo en un
comunicado que trabajará para que el apoyo al cambio en Venezuela se mantenga
firme. «El secretario Pompeo y el presidente interino Guaidó hablaron sobre las
vías en que las fuerzas democráticas y sus socios internacionales pueden abrir
juntos el camino a un Gobierno de transición responsable de supervisar una
elecciones libres y justas a la Asamblea Presidencial y a la presidencia. Ambos
acordaron redoblar los esfuerzos para proporcionar al pueblo venezolano lo que
han estado exigiendo durante años: el fin de la dictadura de Maduro y el
restablecimiento de la democracia, la prosperidad económica y la dignidad del
pueblo de Venezuela».
Ayuda a los refugiados
La jornada la comenzó Guaidó con una visita a la sede
de Usaid, que en apenas dos años ha dedicado a la crisis venezolana más
de 650 millones de dólares (590 millones de euros). Una gran parte
ha sido dedicada a ayudar con alimentos y medicinas a los cinco millones de
refugiados venezolanos que viven en otros países, especialmente en Colombia. No
hay de momento programas de Usaid, con sus partidas presupuestarias
correspondientes, que administre directamente el Gobierno interino de
Venezuela. Sí que costea esa agencia norteamericana de sus fondos de asistencia
los viajes y otros gastos de manutención a asesores de la Asamblea Nacional y
el Gobierno de transición. Según dijo ayer Green, el director de Usaid, «estas
ayudas se emplearán para restaurar la paz y la democracia» en Venezuela.
Después, Guaidó fue recibido por el Secretario General
de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro,
al que acompañaron miembros del Consejo Permanente de esa institución. Almagro
fue crucial en el reconocimiento internacional de Guaidó como presidente
encargado de Venezuela hace un año. La última vez en que Guaidó estuvo en
Washington, en diciembre de 2018, ya se reunió en la misma sede de la OEA en
Washington. Según Almagro, «el presidente encargado Guaidó ha tenido una
actuación encomiable en resistir a los embates del régimen». «Tenemos la
responsabilidad en la comunidad internacional de apoyarle y trabajar
conjuntamente con él para que siga afirmándose», añadió.
En su frenética agenda de reuniones, Guaidó sí tuvo
tiempo de revelar que pronto regresará a Venezuela, tras este cierre de gira,
«para hacer lo que sea posible para acabar esta crisis y esta tragedia». El
presidente de EE.UU., Donald Trump, ha sido muy claro en sus advertencias de
que si el régimen de Maduro se atreve a detener a Guaidó a su regreso,
«sufrirá muy graves consecuencias», según dijo un alto funcionario de la Casa
Blanca en una conversación con periodistas.
Según dicen a ABC fuentes conocedoras de la reunión
que mantuvo Guaidó
con Trump en el Despacho Oval el miércoles, el encuentro, celebrado a
puerta cerrada, se alargó más de lo previsto, y en él se trató de ayuda
diplomática a Venezuela, sanciones, el apoyo de Rusia a Maduro y
una estrategia para forzar la caída del régimen. Según esas fuentes, Trump
preguntó por qué esa visita no se había producido antes y expresó su firme
compromiso con seguir peleando por la caída de Maduro. El pasado 30 de abril,
un pronunciamiento cívico-militar de los opositores, apoyado por una parte del
Gobierno de EE.UU., acabó fracasando estrepitosamente. Después de defender
repetidamente la necesidad de un cambio de régimen en Venezuela, Trump dejó que
el asunto pasara a un segundo plano durante unos meses. Con esta visita,
Venezuela vuelve a la primera fila de los problemas internacionales en la
agenda de Trump y la Casa Blanca.
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