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lunes, 17 de febrero de 2020

Las contradicciones del centro con el interior de Venezuela por @polis360



Por Piero Trepiccione


Quizás muchos caraqueños no lo sepan, pero las diferencias en las condiciones de vida que ofrece la capital del país con la gran mayoría de ciudades y pueblos del interior son absolutamente escalofriantes. Si bien es cierto la crisis económica profunda que atraviesa Venezuela es transversal a toda la ciudadanía independientemente de su ubicación territorial, también lo son los agravantes que impactan en mucho mayor grado a quienes habitan fuera de Caracas.

La gran mayoría de venezolanos del interior padecen diariamente entre tres y cuatro horas de racionamiento eléctrico, las más de las veces, sin un cronograma oficial que indique unos horarios establecidos como para que la gente pueda medianamente planificar sus actividades cotidianas. Y hay que aclarar que también existen determinados sectores del país cuyo promedio diario sin electricidad es bastante superior, sin que existan explicaciones de las autoridades más allá de arengas políticas. Además de ello, poder poner combustible a los vehículos es una tarea que va desde una hasta más de setenta y dos horas en promedio según sea el lugar. Mientras más cerca de la frontera el promedio aumenta bárbaramente.

Y sin embargo, en Estados como Lara, Portuguesa y Yaracuy de la zona central a veces los promedios en las colas se elevan simultáneamente perjudicando considerablemente la dinámica de trabajo de la población en general. La escasez de agua es otro ingrediente que se agrega a este cocktail. En las últimas semanas se aprecia con mayor agudeza este fenómeno que afecta la vida de las personas de manera singular. Para cerrar la fórmula, los problemas de conectividad en internet y telefonía celular son muy distintos en el interior del país donde arrecian estos problemas que lentifican los procesos de trabajo y vida de la ciudadanía.

En Caracas la cosa es totalmente distinta. Hay gasolina sin colas, la electricidad difícilmente falla en cortes programados. Mal que bien, la telefonía y la internet funcionan mucho mejor que en el interior del país. El gobierno nacional interviene sin pudor para discriminar a los venezolanos del interior del país en favor de los que habitan en la capital. Es algo que pudiera entenderse desde el punto de vista de la lógica política.

A Caracas siempre se le ha tenido miedo por sus dimensiones geográficas y demográficas. Sus sectores populares cuando han estallado han generado consecuencias políticas y sociales de gran envergadura. Pero, ¿es este el trasfondo de la discriminación? No hay duda que desde el gobierno de Maduro se opera con mucha cautela y con fórmulas de estrategia política muy bien soportadas. Su gerencia de la política le ha permitido hasta ahora surfear la crisis y el cerco internacional a su cuestionada legitimidad.


La política discriminatoria orientada a mantener la capital tranquila en desmedro del interior del país ha sido en gran medida efectiva por la neutralización de las protestas y los conflictos con mano dura. El tema es que, con el rediseño de la presión internacional y los factores políticos opositores luego del análisis de lo ocurrido en 2019, bien un cuatrimestre marzo-junio con una multidimensionalidad exacerbada que pudiera trascender esta política de carácter discriminatorio llevada a cabo hasta ahora. Pudiéramos ver a una Venezuela del interior ser más protagonista que la gran Caracas.

16-02-20




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