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viernes, 4 de septiembre de 2020

Acontecimientos recientes en Venezuela, por @SecPompeo





MICHAEL R. POMPEO, SECRETARIO DE ESTADO 03 de septiembre de 2020
@SecPompeo

El anuncio del régimen de Maduro de la desestimación condicional de los cargos penales contra aproximadamente un tercio de los presos políticos que tiene no resuelve, ni siquiera aborda, la crisis política subyacente de Venezuela. Quedan cientos de presos políticos y, al igual que a los que ahora se les ofrece arresto domiciliario o poner fin (por el momento) a sus causas penales, ninguno de estos venezolanos debería haber sido encarcelado ni un solo día.

Para los presos que fueron liberados, regresar a casa es un día para celebrar. Estados Unidos se une en respeto y admiración por estos patriotas y por los sacrificios que han hecho para liberar a su país.

Aún así, la condición de la democracia en Venezuela sigue siendo terrible. Estas desestimaciones de los cargos son condicionales, y los funcionarios amenazan con rescindir el beneficio si alguna persona “vuelve a cometer cualquier acto de terrorismo, violencia o golpista”, según lo determine arbitrariamente el régimen. Entre los que aún siguen amenazados, acosados y acusados por el régimen se encuentran líderes venezolanos como Juan Guaidó, Leopoldo López y Julio Borges, así como el embajador de Venezuela en Estados Unidos Carlos Vecchio y muchos otros luchadores por la democracia venezolana. Además, no se incluyó a ningún líder chavista o sindical destacado preso; ni ningún miembro del ejército, a pesar de su desproporcionado número entre los presos políticos. La mayoría de los líderes políticos democráticos venezolanos exiliados no podrán regresar, porque saben que podrían ser encarcelados instantáneamente; hay cero garantías para su seguridad. Los cargos contra el diputado Juan Requesens no fueron desestimados y permanece bajo arresto domiciliario. El mismo día que Requesens fue liberado, la madre del diputado de la Asamblea Nacional Armando Armas fue detenida arbitrariamente, recordándonos que el régimen mantiene una puerta giratoria de encarcelamiento e intimidación para extorsionar la participación en la farsa electoral de Maduro del 6 de diciembre.

En Venezuela no existen condiciones para unas elecciones libres y justas y la liberación de varios presos políticos no cambia eso. Ninguno de los partidos políticos cuyo liderazgo fue removido y sus nombres, símbolos y bienes robados por el régimen han sido restaurados, incluidos los partidos de izquierda que desafían el control del régimen sobre el legado político de Chávez. Muchos opositores políticos del régimen aún tienen prohibido postularse para cargos públicos y siguen sin derechos políticos. La Comisión Nacional Electoral (CNE) designada ilegalmente permanece bajo un estricto control del régimen, un hecho que se volverá crítico porque en sus manos se encuentran complejos procesos de registro. La libertad de prensa no existe. La libertad de expresión no existe. La libertad de reunión no existe.

Instamos a todos los actores democráticos, tanto dentro como fuera de Venezuela, a continuar insistiendo en las condiciones necesarias, internacionalmente aceptadas, para unas elecciones libres y justas. Nosotros, y nuestros socios democráticos en Venezuela y la comunidad internacional, no contribuiremos a legitimar otro fraude electoral más llevado a cabo por el régimen de Maduro. Los ciudadanos venezolanos merecen nuestra continua solidaridad en su lucha por restaurar la democracia en su país.


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