Iván Freites 13 de septiembre de 2020
@IvanRFreites
Febrero
de 1989, Carlos Andrés Pérez asume su segunda presidencia de Venezuela, eran
momentos que se empezaba a sentir las consecuencias de la corrupción y la
inmoralidad en las instituciones del Estado y de los partidos políticos. El
presidente Pérez sabía que sobre sus hombros recae una gran responsabilidad de
lo que sucedía en Venezuela, y su segunda elección de manera abrumadora no la
va a desaprovechar para corregir dónde tenga que corregir. A días de asumir la
presidencia, anunció una serie de ajustes socioeconómicos que los denominó “ el
gran viraje”. Atrás había quedado el CAP que “nacionalizó” el petróleo y el
hierro, atrás había quedado el CAP populista y compañero. Se convirtió en el
CAP estadista. Sus medidas llevaron a la apertura de la industria petrolera en
Venezuela, el regreso de las trasnacionales petroleras a Venezuela después de
14 años de haber abandonado el país, y se anunció el aumento escalonado y modesto
del precio la gasolina, adecuado a los costos de producción del momento.
Son
los tiempos cuando la renta petrolera era el tesoro más preciado para la casta
política y neoempresarial en Venezuela. “Dejarnos quitar la renta?…eso no
pasará..” eran los rumores en los ambientes de las altas esferas caraqueñas, y
se formó el paranpanpán, saqueos, “bajaron” los cerros es lo que se dice en el
mundo, con la gasolina como el gran detonante de la “reacción popular”. Un
presidente que dos meses antes fue electo abrumadoramente por un pueblo ansioso
de bienestar, fue llevado a la calle a exigir su salida. Inexplicable, pero
sucedió para desgracia de las próximas generaciones.
Ahora
todos saben lo obvio, que el llamado “Caracazo” fue un plan para bloquear que
en Venezuela se aplicara un modelo de desarrollo y de bienestar social. Y en
las altas esferas de la sociedad caraqueña predominó más el odio y los
resentimientos hacia CAP que la sensatez.
Fue
lamentable e inexcusable que hasta los propios compañeros de Carlos Andrés
Pérez actuaron en su contra y participaron en componendas para sacarlo de la
presidencia.
Llega
1998 y Hugo Chávez gana la presidencia apoyado por altas personalidades y
corporaciones, montado en un discurso de cambio y anticorrupción. HC asume en
febrero del 1999 la presidencia, una decada después del “Caracazo”, e
inmediatamente plantea el cambio de la Constitución Nacional de 1961, salen a
su paso algunos venezolanos conocedores de lo que esto significa, entre otros,
el historiador Jorge Olavarría, uno de los más acerrimos mentores de Chávez.
En
2000 Chávez asume nuevamente como un presidente habilitado por la Asamblea
Nacional para crear y elaborar leyes, entre otras la Ley Orgánica de
Hidrocarburos, hasta ahí llegó la PDVSA S.A., PDVSA deja de ser un ente
comercial, y se da en Venezuela un caso inédito en el mundo petrolero, los
empleados de PDVSA se rebelan, encabezados por sus gerentes, exigiendo la salida
de Chávez del poder, lo logran, y fatales errores políticos traen a Chávez de
regreso.
Sin
embargo, la rebeldía sigue en aumento. En diciembre de 2002 se paraliza la
industria petrolera en Venezuela, lo que trajo como consecuencia la salida de
mas de 20 mil trabajadores de PDVSA. Chávez logra un objetivo inmenso que no lo
había logrado ningún presidente de Venezuela, manejar a sus anchas el principal
recurso del país, su industria petrolera. En mi opinión y lo exprese en su
momento, esta acción de paralizar y abandonar las instalaciones de PDVSA fue un
error, ya que se permitió que Chávez tuviera el dominio total de la renta
petrolera e introducir personas descalificadas para gerenciar una corporación
como PDVSA.
Para
2000 la producción de petróleo en Venezuela estaba en 3.200.000 barriles
diarios, nuestras refinerías producían mas de 500 mil barriles diarios de
gasolina. Se exportaban 2.200.000 barriles de petróleo y más de 250 mil
barriles diarios de gasolina.
El
despido de los 20 mil trabajadores de PDVSA trae consigo la destrucción de la
industria petrolera, convirtiendo la empresa en un antro de delincuencia
organizada y donde se aplica la orden de “es más negocio importar que
producir”, esta nueva política de PDVSA es dirigida desde Cuba. En la medida que
cae la producción petrolera venezolana, PDVSA es desplazada progresivamente por
sus competidores en el mercado petrolero. PDVSA perdió sus mercados, Chavéz
vendió la mayor parte de las refinerías y terminales de PDVSA en el exterior,
donde el crudo venezolano tenía una colocación segura y de largo plazo.
El
resultado es patético. La producción petrolera ha retrocedido un siglo. No hay
producción de combustibles en Venezuela, no hay gasolina en Venezuela,
regresamos a 1940 cuando el país importaba gasolina a precios internacionales.
A falta de gas natural se regresó a las épocas de cocinar con leña. Nos
llevaron a la quiebra de nuestra principal empresa, quebraron la columna que
sostenía la economía, siendo el país con una de las más grandes reservas de petróleo
y gas natural del mundo. No hay justificación, pero estamos viviendo las
consecuencias de una estrategia diseñada y ejecutada para empobrecernos.
La
destrucción de PDVSA conlleva a la destrucción de Venezuela. Hoy es importante
que asumamos con responsabilidad los errores cometidos y que aprendamos de esos
errores. Hoy Venezuela requiere del compromiso de todos. Un compromiso que pasa
por dejar de lado las apetencias personales.
Como
venezolano, padre de familia, abuelo, trabajador de PDVSA, dirigente sindical,
asumo el compromiso con mi Venezuela, con mi familia y con mis compañeros
trabajadores, los venezolanos. Volveremos a tener trabajadores con salarios
dignos, que puedan tener la nevera full, la despensa llena de alimentos, que
nuestra familia tenga tranquilidad, paz, bienestar, que nuestros hijos se
gradúen y tengan trabajos con salarios que le garanticen tener sus familia con
casas dignas, que puedan comprar su carro y viajar en vacaciones con sus
parejas e hijos, eso lo tuvimos los trabajadores en Venezuela y lo vamos a
recuperar con Dios por delante.
Dios
nos bendiga y proteja. Dios bendiga a Venezuela.
Ivan
Freites
@IvanRFreites
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