Por JOSÉ A. PUGLISI - ene 2, 2015
El primero de enero es la oportunidad
idónea para renovar los propósitos anuales. Con el cese de las 12 campanadas, comienza
un nuevo período en el que cada persona se promete luchar por un objetivo
específico, ya sea cambiar de empleo, bajar de peso, realizar más ejercicio o
mejorar las relaciones personales. Unos deseos que, sin embargo, deberían
saltar la frontera de lo individual y sumar metas colectivas.
Los venezolanos, de cara al 2015,
deberían establecer propósitos comunes. Por ejemplo, la reducción de la
criminalidad en el país. Conscientes de que las fuerzas de seguridad son
incapaces de solventar la grave situación (donde son asesinadas más de 25.000
personas al año), los ciudadanos deberían reforzar los lazos de unión con sus
compatriotas y ayudarles ante situaciones de peligro (en la medida de lo
posible), creando un frente común que logre contrarrestar una problemática que
desconoce de clases sociales o tendencia política.
El comienzo del nuevo año también es una
oportunidad para abandonar el conformismo. El venezolano ha sido,
tradicionalmente, una persona capaz de adaptarse a las dificultades y seguir
con su rutina. Lamentablemente, lo que parecía una virtud se ha convertido en
una debilidad, ya que se ha acostumbrado tanto a las carencias que ha adoptado
una postura de carácter conformista.
Es decir, en lugar de exigir sus
derechos básicos, se resigna a pasar horas en una cola para comprar alimentos a
precios exagerados, a la ausencia de insumos médicos, al miedo a la
criminalidad y a la falta de todo tipo de productos que en el pasado encontraba
en abundancia.
Sin el conformismo, la sociedad
comenzaría un proceso natural de cambio. Lejos quedaría el silencio cómplice o
la necesidad de improvisar soluciones para encontrar alimentos, por lo que
comenzaría la organización y planteamiento de nuevas ideas que sean capaces de
dar a los venezolanos aquello que les pertenece. No se trata del famoso barril
petrolero por cada familia, sino el derecho a un poder adquisitivo suficiente
para acceder a todos los productos que desee, sin limitaciones de cantidad,
costes o colas.
El año 2015 ha comenzado. Los venezolanos
ya tienen listos sus propósitos personales que intentarán cumplir a lo largo de
los próximos 12 meses, sólo quedar sumarle unos cuantos más para garantizar
que, entre la fuerza de todos, se enciendan los motores del país y se dé un
cambio que resulta imprescindible para la supervivencia nacional. Un nuevo
capítulo del futuro de Venezuela está por escribirse, pongamos entre todos la
tinta necesaria para que sea un capítulo diferente.
Tomado de: http://www.elcolumnero.com/jpuglisi/3298
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