Por Ruben Contreras, 11/05/2015
Gracias a la hegemonía comunicacional que instrumento el gobierno comunista dirigido
primero por el felón de Sabaneta y ahora por el inmaduro heredero, este ha
podido desplegar toda una ofensiva a traves de los medios y también por el
abuso de las cadenas de radio y televisión, pretendiéndole hacerle creer a los venezolanos que la
situación económica que atraviesa el país, es producto de una guerra económica impulsada
por el empresariado y productores independientes, que no quieren producir
bienes y servicios para el pueblo venezolano.
Lo lamentable de la esto es que, debido a ese cerco
comunicacional impuesto por el gobierno, asi como también por la flojera de
muchos de nosotros de no leer y enterarnos de los problemas que acontecen en el
país, es que posiblemente desconozcamos las causas de dicha situación, motivo
por el cual me voy a permitir refrescar a quien lea este artículo, los orígenes
de la guerra económica.
Cuando el felón de Sabaneta, utilizando la ley
habilitante en el año 2001, impuso su ley de tierras, allí se inició la debacle
de la agricultura venezolana.
Cuando expropio las fincas La Marquesena, El Charcote,
El Frio, La Vergarena, El Baúl y otras, destruyo la producción agropecuaria, ya
que los Aizpurúa, LosZinng, Los Branger y otros dueños de hatos, no se tomaban ni comían
los millones de litros de leche que generaban diariamente, asi como las miles de toneladas de carne que producían
dichos hatos y haciendas. Eso iba para la industria láctea y los frigoríficos.
El gobierno pretendió suplir esa producción con importaciones provenientes de
Argentina, Brasil, Uruguay y Nicaragua entre otros países, para contribuir al
desarrollo endógeno de sus fincas y fábricas y alimentar a sus empresarios con
recursos venezolanos, los cuales deberían ser dirigidos a estimular la
producción del campo y a la compra de rebaños de ganado para mejorar la cría en
nuestro país.
Cuando expropio las tierras del Valle del Turbio en el
Edo. Lara, acabo con la producción de varios rubros como hortalizas y cebollas.
Cuando expropio las tierras en el Edo. Yaracuy, en las
cuales se sembraba caña de azúcar, que generaban la producción del 20% del azúcar que se consumía en el país, para
dársela a los fundos zamoranos y círculos bolivarianos, se destruyó dicha
producción.
Cuando le quito los fértiles Valles de Aragua a los
Vollmer, para dárselos también a fundos zamoranos y círculos bolivarianos,
destruyo la producción de azúcar de la empresa Montalbán.
Esa infeliz decisión de expropiar las haciendas
plataneras ubicadas al sur del lago de Maracaibo y que para entregarla a
empresas rusas que se iban a dedicar a la siembra de dicho producto, significo
la debacle de la producción platanera en el país.
La fábrica para
producir pulpa de Tomates ubicada en Caicara del Orinoco, está en las mismas
condiciones que El Complejo
Agroindustrial y Azucarero Ezequiel Zamora en Sabaneta, ya han consumido algo
asi como un billón de bolívares y hasta ahora ni una botella de pulpa ni un
kilo de azúcar, han salido de allí.
La expropiación de las diversas fabricas para producir harina de maíz, de trigo, para enlatar sardinas y atún, Lacteos Los Andes, Café fama de América, El Peñón, Aceite Diana
y los Centrales Azucareros, son la mejor muestra del monopolio que tiene el
gobierno en la producción y distribución de alimentos, en los cuales ha
demostrado una total incompetencia en su manejo y administración, al extremo de
que la mayoría de las mismas tienen una producción ínfima que no se ve en los
anaqueles de los establecimientos y supermercados del país.
Los millones de toneladas de comida importada por
Pudreval, que enriqueció a unos cuantos boli burgueses, sin que ningún
organismo contralor del estado actuase para
asignar responsabilidades a esos delincuentes de cuello rojo.
Así como actuado el gobierno en el manejo de
los rubros alimentarios, observamos la debacle de la industria petrolera, de la
industria del hierro y del aluminio, al extremo que Sidor y Los Pijiguaos,
están en una fase terminal por su poca producción, lo cual ha incidido en la
merma de la producción de cabillas y por ende en la construcción de viviendas,
dado que las plantas cementeras también fueron esquilmadas a sus dueños y ahora
apreciamos cuánto vale un saco de cemento, en virtud que los militares que
manejan la industria han creado una mafia al mejor estilo del cartel de los
soles, liderada entre otros por los Cabello, García Carneiro, Rangel Silva,
Gómez Rangel, los Alcalá Cordones, Rodríguez Chacín y otros, encargada de distribuir dicho producto a sus
amigos mediante el pago de vacunas, razón por la cual el pueblo llano y comerciantes
medios, no tienen acceso al producto, impidiéndole al ciudadano común la
construcción o reparación de su vivienda.
La paralización de la industria gasífera en el país, a lo cual lo único que hicieron fue
cambiarle el nombre al proyecto, de Cristóbal Colon por Antonio José de Sucre,
con una maqueta bien explicativa, en lo que queda del aeropuerto de Guiria,
nada más. Recuerdan el gasoducto del sur
que iría desde el estado Sucre hasta Argentina, en la pampa todavía lo están
esperando.
Otro caso patético es el manejo de la industria
eléctrica, en la cual La represa de Guri presenta problemas de mantenimiento de
sus turbinas por el descuidode los técnicos robolucionarios, al igual que las
represas Uribante Caparo y La Vueltosa,
en el estado Táchira, asi como la represa El Diluvio en el estado Zulia y la José
Antonio Páez entre Mérida y Barinas, por mencionar algunas de las más
importantes. En ese sentido los varguenses añoramos la gestión de quienes
manejaron La Electricidad de Caracas, dado que la planta generadora de energía eléctrica
Ricardo Zuloaga, ubicada en Arrecifes y Picure siempre era mantenida
eficientemente y ahora constantemente
tiene problemas, al igual que planta Centro y todas las termoeléctricas.
Pero el gobierno muy hábil en atosigar al pueblo en
cuanto a que hay una guerra económica, ha logrado mantener todavía su afecto
hacia un sector de la población, en cuanto a la supuesta guerra, con un discurso agresivo y expoliador, pretendiéndole
decir pueblo y al resentido social que
hace cola todos los días para comprar un kilo de harina pan o de azúcar, que
eso es culpa de los oligarcas venezolanos que no quieren producir o esconden el
producto para repartirlo entre sus amigos, como si acaso el que tiene una fábrica,
una compañía o cualquier medio de producción, la quiere tener de adorno y
también, basándose en el reparto de la
dadiva misionera, exprimiendo la ubre del presupuesto nacional, sin escatimar esfuerzos en tratar de cambiar
el rumbo de lo acontecido con medidas que tiendan a revertir esta situación.
En fin el gobierno venezolano está en un callejón sin
salida, porque no puede seguir escurriendo la arruga de su incompetencia en el
manejo de la cosa pública, al extremo que el Inmaduro en su discurso dado con
motivo del 1 de mayo en el pequeño recinto de la Plaza O’Leary, en una recriminatoria
a los obreros quienes le reclamaban que el 30% de aumento de sueldo es
insuficiente dada la inflación galopante que sufrimos los venezolanos, reconoció
que la clase obrera venezolana, todavía no está capacitada para dirigir las
empresas de producción, lo cual fue un escupitajo de marca mayor, ya que al que
escupe para arriba le cae la saliva, y a él lo llaman el presidente obrero. He
ahí la razón primordial de lo que acontece en Venezuela, al tener como gobernante a un ciudadano que reconoce
su escasa formación para dirigir una empresa.
Pudiéramos decir entonces que si sigue gobernando el
inmaduro, la clase obrera venezolana no ira ni vera el paraíso. Esa es la mayor
afrenta para los trabajadores, porque Venezuela supuestamente tiene una
guerra económica, porque quien dirige transitoriamente a nuestro país tiene una
guerra en otra galaxia, la de la incompetencia.
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