Por Miguel Velarde,
06/07/2015
Estamos atrapados entre el populismo oficialista y el
populismo opositor. Urge un nuevo discurso, una propuesta diferente
El problema
existencial del país no es nuevo. Hoy sufrimos sus peores consecuencias porque,
los últimos 16 años, los traumas sociales que históricamente se tradujeron en
centralismo, estatismo, demagogia y populismo, se han visto exacerbados. Sin
embargo, si nuestro objetivo es construir una nueva y mejor Venezuela después
de tan dura experiencia, debemos hacerlo todo diferente.
A corto plazo, el
país deberá enfrentar la compleja realidad con lo que tenga a mano. El petróleo
seguirá siendo la palanca para reactivar la economía del país y poner en marcha
el desarrollo de otros sectores productivos para, de esa manera, construir una
economía diversificada y sólida, cuyo mayor valor sea el trabajo de las
personas.
La reconstrucción
de Venezuela debe tener una estrategia clara: desarrollar una nueva relación
Estado – ciudadano, que permita hacer de éste último el pilar más importante de
nuestra sociedad; uno independiente, capacitado, libre, que no deba vivir de
rodillas y con la mano extendida hacia el Estado para recibir migajas.
El primer gran reto
para los que tenemos absoluta confianza en el venezolano es cambiar la forma en
la que cada uno se ve a sí mismo. Debemos comprender que somos capaces de
generar riqueza con nuestro talento, ser dueños del fruto de nuestro esfuerzo y
así, guiados por nuestros valores, construir una sociedad solidaria y exitosa.
No es un reto fácil
y debemos trabajar todos para alcanzarlo. Es por eso que es patético ver a
líderes opositores sumándose al lenguaje demagogo y populista del gobierno.
¿Qué ganan usando la misma neo lengua del oficialismo y sus términos cuyo
objetivo es dividirnos? ¿Qué tienen que ver las mejores políticas públicas a
favor de los más necesitados con que un político se disfrace de la bandera del
país? ¿No es más de lo mismo?
Uno de los
obstáculos más grandes para salir del chavismo es el chavismo de la oposición,
son su mejor escudo. Estamos atrapados entre el populismo oficialista y el
populismo opositor.
Urge un nuevo
discurso, una propuesta diferente. Que vaya más allá de la izquierda o la
derecha. Que sea la alternativa al totalitarismo populista que hoy vivimos.
Uno que nos guíe
hacia la libertad.
Miguel Velarde
@MiguelVelarde
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