Por Iván Fernández,
28/08/2015
Por alguna razón y
no me refiero a las políticas, el Libertador hablaba de la Gran Colombia.
Yo, que tuve el privilegio de viajar por
tierra desde Caracas hasta Bogotá, conocí además de bellas ciudades al pueblo
colombiano. Nunca me robaron, ni me extorsionaron, ni me
secuestraron.
Recuerdo que el
único inconveniente lo tuve al regreso, ya en territorio venezolano cuando un grupo de uniformados, cuyo honor ya no se divisaba,
trato infructuosamente de apoderarse de mis compritas legales. Cuarenta años
después, retribuyo a los colombianos con este reconocimiento que hoy hago a ese
noble pueblo.
Muchos pensarán al
leer estas letras: ¿pero bueno, este buhonero no sabe que en Colombia existen
secuestradores, carteristas, traficantes, sicarios y asesinos? Claro que lo sé,
pero también sé que también existen en USA, en Rusia, en Alemania y MAS QUER
NUNCA EXISTEN disfrazados de diputados, gobernadores, magistrones y políticos
en la Venezuela de hoy. Insisto en que la mayor parte de esa gente, mi gente, es
decente, es culta, es bolivariana y es noble.
Para los que no lo
saben, son colombianos la mayor parte de los braseros, los agricultores y la
gente que trabaja o trabajó en nuestras casas y en nuestras haciendas hasta que
las mismas nos fueron arrebatadas. Invadidas o expropiadas. Son colombianos
Santander y Padilla y muchos colombianos que regaron con su sangre nuestro
suelo. Los colombianos hacen bien su trabajo, agradecen y se ganan nuestra
confianza. No es de ahora mi admiración y reconocimiento para La Gran Colombia
porque me consta desde hace mucho tiempo que sus profesionales y su gente, es
tan buena y como la nuestra. Inclusive, me enorgullece saber que algunos de
ellos forman parte de mi parentela.
Por las razones ya
mencionadas y otras que sería largo nombrar, siento vergüenza, pena ajena por
lo que un gobierno hace contra Colombia y su pueblo. Ese gobierno parece
ignorar que en el vecino país, también existen muchos venezolanos que se han
asentado, que han formado familias y que les duele el maltrato de un país agónico,
hambriento y saqueado contra otro con el que siempre hemos convivido.
El único
responsable de la monstruosidad, del maltrato a nuestros hermanos colombianos
es el gobierno venezolano que los usa como un trapo rojo para distraer a
nuestro pueblo de la galopante corrupción, del desabastecimiento, del fraude
electoral y del tráfico de drogas.
Yo, como ciudadano
venezolano quiero a nombre del pueblo decente de Venezuela pedir disculpas al
pueblo colombiano por las tropelías de un gobierno rojo, ignorante y decadente
que lamentablemente ¡por ahora!, nos gobierna. No somos nosotros quienes
destruyen sus casas ni quienes se roban sus enseres y maltratan a sus
connacionales, muchos de ellos integrados a nuestras familias, trabajadores y
honestos cuyo único delito es ser colombianos.
Yo siento pena
ajena por un gobierno que en modo alguno me representa. ¡Viva la Gran Colombia!
¡Vivan los colombianos! ¡Vivan mis amigos de Colombia!
¡Yo soy Colombia!
Iván Fernández
Chicho2512@hotmail.com
@chicho2512
Tomado de:
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