Por Jesús Alexis González, 24/08/2015
Sostener, que China ha venido devaluando su moneda frente al dólar (3,2% este
mes) solo para fomentar sus exportaciones (al hacer más competitivos sus
productos) en función de sostener un permanente crecimiento económico superior
al10%, es un reduccionismo analítico que
se descontextualiza de una práctica cambiaria que vienen aplicando China en el
marco de un sistema de flotación impuesto en el año 1994 ¡hace más de 20 años!
La crisis China 2015, tiene unas
complejidades difíciles de incorporar a un “modelo” que facilite interpretar
los fenómenos relevantes que en mucho están afectados por la innovación financiera y la creación de
instrumentos—sumamente complejos—para la diversificación
de los riesgos los cuales resultan de poca utilidad para estimular la economía real habida cuenta que la política monetaria no crea empleo ni
crecimiento económico; tal y como quedó demostrado al momento del “rescate”
de la banca privada emprendido por los bancos centrales al derrumbarse en 2008-2009 el sistema financiero(el más peligroso
acontecimiento económico mundial)tras la crisis de las hipotecas inmobiliarias,
en correspondencia histórica con la economía
de las burbujas financieras impulsada en los 90, con tránsito posterior por
la burbuja de demanda agregada del
2004. En lo particular de EEUU, (la primera economía del mundo) el plan alcanzó
unos ¡16 billones de $! (16.000.000.000.000),
que a la postre los bancos destinaron a
la especulación habida cuenta de la impropia desconexión entre el sistema
financiero y la economía real; hecho que indujo la aceleración de malas
inversiones que mediante las burbujas alcanzaron una capitalización de unos ¡75 billones de $! (todo el PIB
mundial), al tiempo de controlar un mercado
de derivados financieros por el orden de los ¡700 billones de $! propiciador de un desequilibrio en el precio de
los activos financieros comprimiendo, a nivel mundial, los mercados de renta
fija en favor de los de renta variable
que persiguen la ganancia a corto plazo; hasta dejar al mundo sin proyectos de futuro con evidente
efecto negativo sobre el precio de las
materias primas y por ende sobre las economías emergentes.
Resulta comprensible, que en la
actualidad los países más industrializados del mundo estén enfrentando las
secuelas de la gran crisis de deuda provocada por el quiebre del crédito en 2008 (explosión de la burbuja de crédito),
impulsada dicha deuda por el dinero creado por los bancos en forma de préstamos en virtud a la oferta monetaria (base monetaria)
generada por los bancos centrales (dinero de alto poder expansivo), en un
escenario donde la tasa de encaje (reservas mínimas) quedaba a la
discrecionalidad de la banca privada a raíz de la desregulación financiera promovida en los años 80 que “permitió”
bajar las reservas desde un 15% en promedio hasta un 0,001%, es decir que por
cada millón de $ en depósito real se creaban 1.000 millones de la nada. A
tenor de lo expuesto, vale destacar que en julio 2014 la presidenta de la
Reserva Federal estadounidense señaló—al tiempo de limitar la impresión de
dinero—que la política monetaria debe
centrarse en asegurar la estabilidad de precios y el máximo empleo;
argumento que en la actualidad avalan las circunstancias en razón a que las
perspectivas económicas globales se muestran moderadas para los próximos años,
a la luz del comportamiento esperado para las 4 grandes zonas económicas:
Estados Unidos, China, Europa y Japón; donde sus proyecciones de crecimiento se
visualizan rebajadas, salvo USA que
adicionalmente se beneficiará de la tercerización asiática de suproducción; al tiempo que China
ha comenzado a verse inestable y su crecimiento se está desacelerando (su
economía creció un 7,4% en 2014 y lasexportaciones bajaron un 8 %) en simultaneidad con una caída en los precios de las acciones en los
mercados de valores induciendo una “pérdida de papel” para sus dueños
superior a unos tres mil millones de
dólares con altas probabilidades de incrementarse al convertirse en una “pérdida
real” si la acción se compró financiada (comprar al margen) ya que el titular
deberá pagar al banco prestamista el monto correspondiente a la caída de su
valor (que respalda el préstamo) determinado por el % del financiamiento que
queda al “descubierto” al bajar el precio (como p.ej: valor original de la
acción: $6.000; financiamiento bancario: $3.000; caída del precio: 15%; monto a
pagar por el titular para mantener “inalterable” las condiciones del crédito: $
900). La compra al margen es una
modalidad muy utilizada por los bancos chinos con obvio efecto sobre la subida
de precios de las acciones desligada de
las utilidades, que al detenerse como en el caso que nos ocupa, está
afectando la solvencia de los bancos en un monto equivalente a un ¡33% del PIB chino! (US$ 9,24 millones
de millones) y a un 80% de las reservas
internacionales del país, ambiente que obligó a que recientemente se
inyectaran unos US$ 100.000 millones a
dos bancos públicos, al igual que bajar las reservas para los bancos;Europa crecerá marginalmente en
positivo, mientras que Japón no ha
arrancado significativamente y se encuentra en su tercera década de crecimiento
cero.
En fin, de no revertirse la
indeseable tendencia de crecimiento de la
economía del Gigante Asiático,
puede conducir a una crisis financiera
mundialque pondrá de nuevo en tela de juicio la eficiencia de la subordinación
de la economía a la Planificación Central del Estado bajo la “visión de futuro” de un partido comunista.
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