Omar Barboza Gutiérrez 23 de agosto de 2015
De
esta etapa tan crítica que está viviendo Venezuela, solo puede surgir una cosa
positiva para el futuro del país, y es la decisión para siempre del pueblo
venezolano de no apoyar jamás ninguna propuesta como modelo para conducir
nuestra nación, que se parezca a la combinación de Maduro y Cabello conduciendo
al gobierno para beneficio de una Macolla cívico-militar, la cual condena a la
inmensa mayoría de los ciudadanos a la inseguridad con impunidad, junto al alto
costo de la vida con escasez, y somete a millones de personas a la humillación
de largas colas para poder comer o comprar las medicinas, mientras que la
corrupción sigue galopante llena de lujos y privilegios a los que ejercen el
poder o a sus testaferros.
Todos
debemos unirnos para producir un cambio que impida el triste espectáculo de ver
a muchos de nuestros jóvenes, a destacados profesionales, o a simples
ciudadanos desesperados, irse del país porque las condiciones en las cuales
vivimos no les permiten desarrollar su proyecto de vida en Venezuela.
Respetamos las razones por las cuales lo hacen, pero a los que nos quedamos nos
corresponde la inmensa responsabilidad histórica de crear las condiciones en
nuestra patria para que los que se han ido regresen, porque seamos capaces de
hacer renacer la fe y la esperanza en relación al futuro de Venezuela.
Una
oportunidad definitiva se nos presenta con las próximas elecciones
parlamentarias nacionales, las cuales deben convertirse por decisión de la gran
mayoría de los venezolanos que queremos cambiar esta situación, en el inicio y
precipitación del cambio político, económico y social en nuestro país. Ese
logro será consecuencia directa del hecho histórico de que por encima del
ventajismo y la conducta tramposa, se imponga la voluntad popular irreversible
de hacer indetenible el cambio que se iniciará a partir del mes de diciembre,
el cual, además de demostrar que una gran mayoría decidió cambiar este modelo,
pondrá a la Asamblea Nacional en ejercicio pleno de sus facultades
constitucionales de legislar y controlar el gasto público en beneficio de la
mayoría, sustituyendo profundamente la actual orientación del Poder Legislativo
Nacional de poner la soberanía popular que debería representar dignamente, al
servicio de la Macolla que gobierna, porque nosotros la pondremos al servicio
de los intereses legítimos del pueblo venezolano que debemos representar y
defender.
Quienes
hoy ejercen el poder, saben que ya esa decisión está tomada en el corazón y la
mente de la gran mayoría del pueblo, y quieren evitar que esa voluntad se
exprese haciendo uso de los recursos que la desesperación y la falta de
escrúpulos le aconsejan, como el irresponsable y fallido intento de utilizar la
mentira falaz y falta de ética para atribuir a líderes de la oposición algún
tipo de participación en la ejecución de crímenes horrendos. Como no tienen
argumentos ciertos para defender su desastrosa gestión, recurren a extremos
viles para confundir a la opinión pública, desconociendo la inteligencia del
pueblo venezolano que cada día más los identifica como actores de la farsa y el
intento de engañar.
Con
ello además, pretenden distraer la atención de los ciudadanos que los están
observando desnudos en una sala de cristal, mostrando cómo han destruido la
economía nacional, cómo han desprestigiado los poderes públicos, cómo han
destrozado la capacidad adquisitiva de nuestra moneda y siguen imprimiendo
billetes sin respaldo para aparentar que quienes trabajan reciben un salario
justo, cuando la realidad es que tienen los precios dolarizados, y por tanto,
son víctimas de una escandalosa estafa social y humana por parte de este
gobierno en combinación con un irresponsable Directorio del Banco Central de
Venezuela.
Creen
que con esas falsedades, los ciudadanos no se acordarán que ellos destruyeron
la producción nacional para beneficiar con los dólares provenientes de nuestro
petróleo a los productores extranjeros a través de las importaciones, además de
los beneficios que han recibido los testaferros de los macolleros por las
comisiones y sobreprecios.
Pero a
pesar del daño que han hecho, Venezuela saldrá adelante mediante la unidad de
sus mejores hombres y mujeres, haciendo un uso honesto de sus riquezas
naturales. La esperanza del cambio hoy tiene más sustento que nunca, para su
construcción invitamos también a buena parte del pueblo que de buena fe creyó
en los que hoy gobiernan, pero que ante la realidad están dispuestos a
rectificar.
El
próximo 6 de diciembre todas las víctimas de la crisis derrotaremos para
siempre a la Macolla que hoy utiliza el poder para beneficio de unos pocos y
que en nombre de una supuesta revolución saquea los dineros públicos y
traiciona a la parte del pueblo que creyó en ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico