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domingo, 30 de agosto de 2015

En defensa del Tachira, por @CarlosCasanovaL


Por Carlos Casanova Leal, 29/08/2015

La pasión por el Táchira la heredé de mis padres, soy fundamentalmente tachirense, y en razón de esa pasión regional he dirigido mis pasos en política, servir al Táchira y a su pueblo culto y civilizado. La historia del Táchira es la historia de la integración de Venezuela, de la lucha por la democracia. Hablar del Táchira es hablar de la grandeza de sus pioneros y constructores, de presidentes, de políticos, poetas, pintores, músicos, escritores e historiadores. Es la referencia de los grandes propósitos, de la insurgencia de la civilidad. Nuestro gentilicio, nuestra manera de ser tachiranos, de esa manera de ser conocidos como el espíritu de tachiraneidad, como también se le dice, nos viene desde antes de ser nación. Esta es la razón por la cual el tachirense es distinto al resto del país. El que nace aquí, nace con su sello y se hace heredero de la historia de los tachirenses, que nos hace famosos en el país y fuera de sus fronteras.

La frontera guarda muchas historias, es aquí donde Bolívar comenzó su gesta, es el lugar donde comenzó la Revolución Liberal de Castro, de ambos lados lugar de refugio político a la hora de la historia de dictaduras y persecuciones a los demócratas. Serían muchas páginas por escribir sobre este punto. Lo cierto es que como pueblos hemos visto cómo el desarrollo nos llevó de ser línea de frontera, a frontera de tensión, luego a zona fronteriza, región fronteriza, integración fronteriza y desde hace dos años vengo sosteniendo que estamos en presencia de un proceso de desintegración fronteriza, tesis que he sostenido en el foro binacional de la Escuela Superior de Administración Pública de Colombia, adonde presenté una exposición sobre este punto.

La relación primero y la integración después, tienen como punto fundamental garantizar un marco jurídico de actuación de los pueblos que interactúan en los distintos ámbitos comerciales, industriales, educativos, culturales, deportivos, académicos, educativos, científicos, médicos, de circulación y estadía de los ciudadanos en los dos países.

La frontera ha traído ventajas y problemas, que en tiempos de integración se resolvían en la Comisión Binacional, adonde se evaluaban y se proponían fórmulas de solución. Esta comisión (Combifron) dejó sus funciones con el comienzo del gobierno de Chávez; aquí comienza el proceso de desintegración, ya no existe punto de encuentro para llevar el seguimiento de la agenda de frontera y sus problemas.

Las políticas de seguridad fueron las primeras adonde se presentó la asimetría entre Colombia y Venezuela, ya que la primara consideraba a la guerrilla de las FARC y ELN como terroristas y Chávez las consideró no enemigas del gobierno, esto le permitió a la guerrilla no ser perseguida en suelo patrio y pasó a ser lugar de descanso. Con este episodio se permitía también a la narcoguerrilla montar operaciones no perseguidas desde Venezuela. Detrás del negocio de la coca está la guerrilla y detrás de la guerrilla los paracos.

La política económica venezolana dejó de ser complementaria con la política económica colombiana, las decisiones en materia monetaria y fiscal, la decisión del gobierno de monopolizar el dólar controlando su entrega, convertir la economía venezolana en puerto de recepción de importaciones liquidando la producción nacional encontró los desniveles necesarios para que se impulsara la oportunidad económica para paliar la crisis social venezolana, pero estimuló el contrabando.

El gobierno crea la distorsión, lleva al venezolano al delito del que después lo acusará y lo expone como excusa de su propósito político, es bueno recordar que liquidó el derecho de acceder de forma libre a los dólares, luego estableció cantidades por persona y cuando el venezolano lo usó, los acusó de cadivistas, como si no le hubiese establecido primero el derecho que convirtió en delito. Así sucede en la frontera, todo lo que a ella llegue y se almacene es porque la GNB lo permitió, las relaciones legales se mantienen, pero las ilegales crecieron con la corrupción que así lo facilitó. El gobierno crea el caos a propósito de sus asimétricas políticas, para luego exhibir sus soluciones que están ubicadas en el marco ideológico de cambiar todo y eliminar toda actividad privada.

Cuando reviso la agenda de trabajo de las cancilleres, me percato que en modo alguno se debió cerrar la frontera y dictar el estado de excepción. El propósito es la fundación de la nueva frontera, que no será distinta a las fronteras comunistas, cerradas. El planteamiento del gobierno de Maduro de solicitar el cierre de las casas de cambio en Colombia va en este sentido, eliminar toda actividad de intercambio migratorio eliminando el acceso a las monedas y de esta manera prácticamente eliminar ese intercambio, sin monedas cómo pasas de un lado al otro. El propósito del gobierno es mantener definitivamente la frontera cerrada sin intercambio de ninguna naturaleza, no es suspender elecciones, que puede no haber, es montar su modelo de frontera comunista cerrada y la humillación de la deportación por el río Táchira una provocación al gobierno de Colombia.

Tomado de: 


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