Por Carlos Casanova
Leal, 29/08/2015
La pasión por el
Táchira la heredé de mis padres, soy fundamentalmente tachirense, y en razón de
esa pasión regional he dirigido mis pasos en política, servir al Táchira y a su
pueblo culto y civilizado. La historia del Táchira es la historia de la integración
de Venezuela, de la lucha por la democracia. Hablar del Táchira es hablar de la
grandeza de sus pioneros y constructores, de presidentes, de políticos, poetas,
pintores, músicos, escritores e historiadores. Es la referencia de los grandes
propósitos, de la insurgencia de la civilidad. Nuestro gentilicio, nuestra
manera de ser tachiranos, de esa manera de ser conocidos como el espíritu de
tachiraneidad, como también se le dice, nos viene desde antes de ser nación.
Esta es la razón por la cual el tachirense es distinto al resto del país. El
que nace aquí, nace con su sello y se hace heredero de la historia de los
tachirenses, que nos hace famosos en el país y fuera de sus fronteras.
La frontera guarda
muchas historias, es aquí donde Bolívar comenzó su gesta, es el lugar donde
comenzó la Revolución Liberal de Castro, de ambos lados lugar de refugio
político a la hora de la historia de dictaduras y persecuciones a los
demócratas. Serían muchas páginas por escribir sobre este punto. Lo cierto es
que como pueblos hemos visto cómo el desarrollo nos llevó de ser línea de
frontera, a frontera de tensión, luego a zona fronteriza, región fronteriza,
integración fronteriza y desde hace dos años vengo sosteniendo que estamos en
presencia de un proceso de desintegración fronteriza, tesis que he sostenido en
el foro binacional de la Escuela Superior de Administración Pública de
Colombia, adonde presenté una exposición sobre este punto.
La relación primero
y la integración después, tienen como punto fundamental garantizar un marco
jurídico de actuación de los pueblos que interactúan en los distintos ámbitos
comerciales, industriales, educativos, culturales, deportivos, académicos,
educativos, científicos, médicos, de circulación y estadía de los ciudadanos en
los dos países.
La frontera ha
traído ventajas y problemas, que en tiempos de integración se resolvían en la
Comisión Binacional, adonde se evaluaban y se proponían fórmulas de solución.
Esta comisión (Combifron) dejó sus funciones con el comienzo del gobierno de
Chávez; aquí comienza el proceso de desintegración, ya no existe punto de
encuentro para llevar el seguimiento de la agenda de frontera y sus problemas.
Las políticas de
seguridad fueron las primeras adonde se presentó la asimetría entre Colombia y
Venezuela, ya que la primara consideraba a la guerrilla de las FARC y ELN como
terroristas y Chávez las consideró no enemigas del gobierno, esto le permitió a
la guerrilla no ser perseguida en suelo patrio y pasó a ser lugar de descanso.
Con este episodio se permitía también a la narcoguerrilla montar operaciones no
perseguidas desde Venezuela. Detrás del negocio de la coca está la guerrilla y
detrás de la guerrilla los paracos.
La política
económica venezolana dejó de ser complementaria con la política económica
colombiana, las decisiones en materia monetaria y fiscal, la decisión del
gobierno de monopolizar el dólar controlando su entrega, convertir la economía
venezolana en puerto de recepción de importaciones liquidando la producción
nacional encontró los desniveles necesarios para que se impulsara la
oportunidad económica para paliar la crisis social venezolana, pero estimuló el
contrabando.
El gobierno crea la
distorsión, lleva al venezolano al delito del que después lo acusará y lo
expone como excusa de su propósito político, es bueno recordar que liquidó el
derecho de acceder de forma libre a los dólares, luego estableció cantidades
por persona y cuando el venezolano lo usó, los acusó de cadivistas, como si no
le hubiese establecido primero el derecho que convirtió en delito. Así sucede
en la frontera, todo lo que a ella llegue y se almacene es porque la GNB lo
permitió, las relaciones legales se mantienen, pero las ilegales crecieron con
la corrupción que así lo facilitó. El gobierno crea el caos a propósito de sus
asimétricas políticas, para luego exhibir sus soluciones que están ubicadas en el
marco ideológico de cambiar todo y eliminar toda actividad privada.
Cuando reviso la
agenda de trabajo de las cancilleres, me percato que en modo alguno se debió
cerrar la frontera y dictar el estado de excepción. El propósito es la
fundación de la nueva frontera, que no será distinta a las fronteras
comunistas, cerradas. El planteamiento del gobierno de Maduro de solicitar el
cierre de las casas de cambio en Colombia va en este sentido, eliminar toda
actividad de intercambio migratorio eliminando el acceso a las monedas y de
esta manera prácticamente eliminar ese intercambio, sin monedas cómo pasas de
un lado al otro. El propósito del gobierno es mantener definitivamente la
frontera cerrada sin intercambio de ninguna naturaleza, no es suspender
elecciones, que puede no haber, es montar su modelo de frontera comunista
cerrada y la humillación de la deportación por el río Táchira una provocación
al gobierno de Colombia.
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