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No señor
Presidente, la frontera no está podrida.
La Frontera está
dolida, golpeada y resistiéndose a ser sometida por un régimen socialista que
se dice humanista, pero que ha echado con el Poder Militar, a hombres y
mujeres, niños y ancianos, de nuestro territorio amable y noble, como si ellos
fueran los paramilitares, los paracos, narcotraficantes que tanto usted
menciona.
Cuando en el 2014
enfrentó las “guarimbas” acusó a los paramilitares y a un supuesto movimiento
de separación del territorio nacional, esa actuación sirvió para echar de su
cargo, a espaldas de la voluntad del pueblo soberano al Alcalde Daniel
Ceballos. Ahora aplica el Estado de Excepción, bochornoso y vergonzoso, porque
todo el poder del Estado tuvo que imponerse para sacar a más de 1.000 hermanos
colombianos, y para sembrar una Autoridad Única que carece de cualquier
legitimidad, desplazando a quienes son las autoridades naturales y legítimas de
nuestros municipios: los alcaldes y concejales.
A usted señor
Presidente debemos responder como sociedad civil organizada, con estas palabras
de un ilustre tachirense llamado Pedro Maria Morantes, que bajo el seudónimo de
Pio Gil, escribió:
“Los responsables del desastre nacional sois vosotros,
los que habéis conquistado el tremendo privilegio de representar la patria en
todos los casos y de ejercer el patriotismo en todas sus formas; vosotros, los
denodados generales, los incorruptibles periodistas, los historiadores y
literatos por cuenta del erario público; vosotros, los mentores de la política,
los mentores de la sociedad, los mecenas de la inteligencia. Vosotros los
estadistas insignes, los doctores sapientísimos, los arengadores en los
congresos y en los festines, merced de una propina tan costosa como secreta;
vosotros los austeros magistrados de portamonedas repletos que os emborrachaís,
que os hartáis y que os divertís entre los clamores de los hambrientos que
piden pan, los presos que piden libertad y de los perseguidos que piden
justicia; vosotros, los inamovibles empleados que, desde hace tantos años,
venís haciendo la felicidad de esta patria que se está muriendo en vuestras
manos; vosotros, los pastores vitalicios del rebaño nacional y los agentes
fiscales que os enriquecéis con las deudas que echáis sobre los hombros del
país; vosotros los jueces y jurados que absolvéis a los asesinos para fomentar
el cáncer más disolvente del orden social; la impunidad del crimen; vosotros,
únicamente vosotros, y no el pueblo, sois los responsables del envilecimiento
de Venezuela.”
La frontera no se
pudrió, así como en su momento lo dijo Pio Gil, nos corresponde señalarlo a Ud.
Como el responsable de que nuestro país se haya arruinado y su conducta, como
Jefe de Estado, ha generado, para siempre, la mayor vergüenza de nuestra
nacionalidad venezolana.
Pretender que un
tachirense ofenda y agreda a un colombiano, no resulta y no resultará fácil,
porque nosotros, los tachirenses, si sabemos de tolerancia, si respetamos la
diversidad, si reconocemos que somos hermanos y que nos debemos respeto mutuo
para convivir en paz, una clave de progreso y desarrollo.
Por último e
inspirándonos en nuestros ancestros y sus valores, recordamos estrofas de
nuestro himno tachirense:
Somos libres. Las férreas cadenas
del esclavo rompiéndose ya;
el hogar tachirense sonríe
bajo un sol todo luz: La igualdad.
Extinguidos los odios añejos
perseguimos un solo ideal:
Que prospere la tierra nativa
bajo un cielo de amor y de paz.
El trabajo es la fuerza suprema
que nos lleva cual nuevo Titán
a la meta sublime y gloriosa
de los pueblos que saben triunfar.
Que en el Táchira ondule por siempre
como enseña de honor regional,
con la unión y altivez de sus hijos,
el trabajo, la paz, la igualdad.
La paz, la igualdad
y el trabajo, son nuestros valores y a ellos acudimos para reclamar Respeto al
gentilicio Tachirense.
Agosto 2015.
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