Por Jaime Merrick
Reducir la descentralización a
la transferencia de competencias desde el Poder Nacional hacia los Estados y
Municipios es una visión incompleta de un proceso que va mucho más allá de la
concepción de regiones y gobiernos locales autónomos. Es cierto que la
descentralización en Venezuela debe comportar una reforma financiera para dotar
a los Estados y Municipios de más recursos económicos, así como debe existir un
proceso de transferencia de competencias de servicios públicos hacia los
niveles intermedio y primario de gobierno. Pero el tema no se agota ahí.
El título de este artículo
pretende plantear una reflexión en torno al rol de nuestros dirigentes sobre
las reformas descentralizadoras en Venezuela, pues son ellos, los operadores
políticos, el dirigente, el Gobernador, el Alcalde, los responsables de
concretar la descentralización en nuestro país. Y para ello, necesariamente
deben estar preparados. No sólo como políticos, sino también como gerentes
públicos.
Venezuela está devastada en
todos sus órdenes: institucionalmente es paquidérmica, corrupta y sin
independencia de poderes públicos; económicamente no contamos con ingresos, no
producimos, somos el país con la inflación más alta de América Latina, todo lo
importamos; y socialmente, somos un país con desabastecimiento de productos
esenciales, con el índice de criminalidad más alto de la región… es la
Venezuela de las Casas Muertas.
A ese país se enfrentarán
nuestros dirigentes, y frente a un escenario tan trágico, con tantas
prioridades y tan pocos recursos, el fortalecimiento de los Estados y
Municipios a través de la descentralización debería estar en manos de
servidores públicos plenamente capacitados, conocedores de su región y su
municipio.
Más
allá de la necesaria Reforma de la Ley Orgánica de Descentralización ¿Quién ha
hablado seriamente de planes para el desarrollo de los Estados Aragua, Delta
Amacuro, Carabobo, Yaracuy, Barinas? por ejemplo.
¿Quién ha resaltado la
necesidad de desarrollar a las regiones para que dejen de ser entidades
territoriales suplicantes del situado constitucional?
El centralismo en Venezuela no
sólo generó una excesiva concentración de competencias a favor del Poder Nacional,
sino que también creó una forma de relación entre el ciudadano y el Estado
venezolano: Por un lado es la organización estatal repartidora y exclusiva
distribuidora de nuestra riqueza petrolera; y por el otro, nosotros, los
ciudadanos y el dirigente, quienes habiéndonos acostumbrado a esa relación
paternalista con el Estado todopoderoso, no hemos entendido el valor de las
regiones y los municipios como agentes desarrollo económico.
Reitero la pregunta: ¿están
preparados nuestros dirigentes para la descentralización?
08-02-16
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