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martes, 9 de febrero de 2016

FMI del siglo XXI: fiera neoliberal o cooperador necesario, @JesusAlexis2020



Por Jesús Alexis González, 08/02/2016

Venezuela, no aprovechó el boom petrolero de los últimos años en especial cuando el precio promedio de nuestro crudo saltó desde $ 7/barril en 1999 a $ 60/b en 2006 para luego mantenerse en un promedio de $ 100/b hasta la penúltima semana de octubre 2015cuando caen a unos $ 40/b para continuar descendiendo hasta $ 24,53 (05/02/16) lapso donde ni siquiera se impulsó la acumulación de reservas internacionales;  y ahora se enfrenta una nueva realidad de precios moderadamente bajos que perdurarán durante un largo tiempo habida cuenta del descubrimiento de nuevas tecnologías así como por la aparición de otras fuentes como el esquisto, lo cual se traduce, por un lado, en un abaratamiento del costo de producción que condiciona en más del 50% la baja del precio, y por otro lado, en un incremento de la oferta impulsada mayoritariamente por el cambio del rol de EEUU de gran comprador a importante vendedor al tiempo que Arabia Saudita mantiene un alto volumen de producción que contribuye significativamente a deteriorar el precio promedio del crudo a nivel mundial; escenario que en conjunto se traduce en una obligación para nuestro país de intentar diversificar las fuentes de ingresos en divisas complementarias a la industria petrolera, que adicionalmente viene presentando un debilitamiento de su capacidad de producción para un promedio en 2016 de 2,5 millones b/d a pesar que en el documento Logros de la Revolución Bolivariana (16/09/06) en lo que se refiere al Plan Siembra Petrolera 2006-2012 se manifestó que la producción nacional de crudo pasaría de 3,3 millones de b/d en 1999 a 5,8 millones en 2012 (¡!), siendo que hoy se produce el 43% de la meta prevista. En general, puede sostenerse que PDVSA está profundamente afectada negativamente en términos operativos por el Primer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social 2007-2013 donde se alteró su Misión medular hasta llevarla a una situación caracterizada por un atraso en sus planes de desarrollo, falta de liquidez financiera, disminución en la calidad y cantidad de personal idóneo y---lo más grave---en una pérdida de sus mercados naturales en favor de una “cancillería petrolera” de ínfimo retorno cualitativo.

Las potenciales exportaciones no tradicionales, que negligentemente tampoco se han logrado materializar al extremo que en los recientes 15 años se han mantenido en un promedio de $ 5.000 millones/añodescendiendo a unos $ 2.500 millones en 2013 y unos $ 2.000 millones en 2014 (ha de suponerse una situación similar o inferior para el 2015-2016), configura un contexto que en muy poco podrá contribuir, en lo inmediato, a contrarrestar la disminución de los ingresos por exportaciones petroleras que conservadoramente se puede estimar en $ 60.000 millones para 2016; es decir las “otras exportaciones” apenas compensarían enun 3%  la disminución total incluida la contribución de otras estrategias consagradas en la citada “siembra petrolera” como el Proyecto para la explotación del oro y la Revolución Gasífera.

A tenor del panorama “descubierto” ante la imposibilidad de continuar financiando ahora con un precio bajo de nuestro crudo el “sueño socialista” apuntalado durante más de 3 lustros con la alta renta petrolera habiéndose despilfarrado y sustraído corruptamente unos $ 2 billones, permite inferir un marco de debilidades en el desenvolvimiento económico nacional cara al 2016 donde se destaca una contracción en un -9% del PIB, una inflación superior al 750%, un déficit fiscal cercano al 22% del PIB, una iliquidez total en reservas internacionales, una brusca caída de las importaciones (soporte de un 70% del consumo nacional), una insuficiencia en ingresos recurrentes de al menos $ 45.000 millones, con el añadido de una pobreza poblacional superior al 75% , una escasez de alimentos básicos regulados por encima del 70% y de un escenario de incertidumbre y riesgo generado por la irresponsable mención gubernamental de una posible cesación en el pago de los compromisos internacionales (default) que propiciaría una cadena de embargos y un bloqueo de nuevas oportunidades de financiamiento externo; facilita concluir con obviedad manifiesta que al Gobierno Nacional (y al tejido empresarial privado) le será arduamente difícil---o casi imposible---procurar créditos a nivel internacional aisladamente o con apoyo de las multilateralesen aras de enfrentar la crisis financiera y desequilibrios macroeconómicos del presente y del futuro inmediato sin que medie una inflexión en su obstinado enfoque ideológico del Modelo Productivo Socialista sustentado en el Sistema Económico Comunal, hasta cambiar su nefasta opinión entre la exclusiva participación del Estado a través del gasto social como estrategia para alcanzar el bienestar, y la presencia del neoliberalismo donde asumen solo la presencia de los desgastados mercados abiertos y desregulados a diferencia del actual  Mercado  convertido en un ente propulsor de la producción y en un socializador de lo producido.

Emana una interrogante: ¿Podría el FMI cooperar en la búsqueda de soluciones? El Fondo se creó en julio de 1944 con 47 países (hoy suman 188), con el fin de evitar las devaluaciones competitivas que se suscitaron luego de la Gran Depresión de los años 30, habiendo actualizado en 2012 su cometido orientándose a la atención de la problemática de macroeconomía y del sector financiero a la luz de supervisar la estabilidad del sistema monetario internacional, para lo cual asesora en las políticas económicas aplicadas por los países así como en lo referente a su situación económica y financiera incluida la posibilidad de suscribir Acuerdos de Cooperación ajustados a las reformas profundas introducidas en 2009-2010 y 2011 en materia de asistencia financiera a efectos de brindar herramientas flexibles para la prevención de crisis en aquellos países miembros que muestren solidez en sus parámetros económicos fundamentales y en sus políticas económicas, en el entendido que el FMI no financia proyectos específicos y su asistencia financiera se centra en prestar colaboración a los miembros en sus esfuerzos para restituir sus reservas internacionales, estabilizar la moneda, pagar las importaciones y para restablecer las condiciones para un firme crecimiento económico. Es de destacar, que el 13/03/13 el FMI afirmó tener relaciones “activas” con Venezuela aun cuando desde el 2007 rechaza nuestro país cualquier evaluación de su economía por parte del Fondo, lo cual no impidió que retirara recursos por cerca de $ 2.000 millones en 2015 hecho que evidencia que no se retiró en 2007 como vociferó el Presidente de la República.

En fin, las puertas están abiertas.

Economista Jesús Alexis González
@jesusalexis2020


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