Por Lorenzo Figallo Calzadilla, 10/02/2016
La lavadora
Maya y su esposo son profesores universitarios con
títulos de doctorado, el sueldo no les alcanza en lo absoluto para cubrir la
cesta básica de bienes y servicios. Ella, incluso, hace jabones artesanales con
el fin de complementar el ingreso del hogar, pero dada la devastadora situación
económica del país ni siquiera el material para elaborar dicho producto se
consigue. Por otra parte, ha realizado tortas para la venta, desde hace tiempo también
los ingredientes desaparecieron de los mercados. Recientemente, se le echó a
perder la lavadora, no se encuentra el repuesto y de aparecer el costo e
instalación del mismo es inalcanzable. Maya, en su angustia resolvió el asunto,
decidió buscar un balde viejo, le echa agua y jabón luego se introduce en la
palangana y empieza a machacarla ropa con los pies. Ha convertido sus piernas
en aspas de lavadora. Agotada, muy cansada de lo duro del día a día, señala estar sacando músculos en sus
extremidades, además manifiesta que los pies le quedan limpiecitos. Algo de
humor en medio de la dificultad. Para finalizar la historia enfatiza: el agua y
jabón escasean intensamente en el sector lo cual complica aún más la
situación.
Rufino
Ha trabajado durante toda su vida. Tiene 82 años. Vive
de la pensión de vejez del Seguro Social y como es lógico el monto de la misma no
le alcanza para vivir. Las medicinas, comida y movilización en transporte, se
llevan en segundos la cantidad depositada. Consiguió una oportunidad de cuidar
un apartamento en la playa, allí vive y le pagan por dicho trabajo. Mantiene
impecable dicho lugar. Anteriormente, ese conjunto residencial era para pasar
vacaciones, ahora por la crisis socioeconómica, familias enteras lo tienen como
vivienda principal. Un drama del sector es que el agua escasea durante días o
semanas. La decisión de todos los habitantes del edificio ha sido bajar con
tobos a recoger directamente de un chorro que hay ubicado en la calle el
necesario líquido para bañarse o cocinar. A Rufino con su bastón en mano, le
sale bajar y subir 8 pisos con su tobo, los ascensores no funcionan porque tampoco
hay repuestos. Igualmente, término ocurriendo con la bomba del tanque de agua, se
descompuso repitiéndosela eterna historia ya hecha costumbre en el país: no hay
material y si aparece el costo será…
Irene
Donde vive cuando hay agua viene sucia y mal oliente.
Hierve el agua constantemente para beber en la casa. Inclusive, también lo hace
para bañarse. Pese a ello, siempre queda al final de la olla un sedimento de
tierra. Tiene miedo, los muchachos se han enfermado y a cada rato presentan
dolor de estómago. Ha hecho denuncias por radio o ante las autoridades
“competentes”, nadie escucha, todo sigue igual, peor quizás. Está convencida de
que a los representantes del sistema poco les interesa el bienestar de las
personas.
Conclusión
A la casta gobernante, la autodenominada socialista o
revolucionaria, habitante de Miraflores, propietaria de negocios, grandes casas,
carros y cubierta con espalderos por doquier, nada le falta. Tienen agua,
comida, empleo, las mejores vestimentas, medicinas, servicios de salud
disponibles, familiares becados en las grandes ciudades del exterior y realizan
paseos internacionales en comandita. Pueblo, es una palabra utilizada
únicamente con el fin de generar expectativas. Un medio estudiado en
laboratorios psicosociales o salas situacionales con la finalidad de tocar la
sensibilidad y necesidad humana. Ahora, después de la gran derrota electoral
producto del descontento de la sociedad con sus políticas, no aceptan la
pérdida. Inventan artilugios o escenarios de toda índole para justificar el
fracaso. Hoy los jerarcas insisten en activar motores. En paralelo realizan
arengas para la movilización o rebelión popular. Los motores no encienden. La rebeliones
en función de obtener un escudo humano que sirva de muro de contención para proteger
el poder y los bienes de fortuna acumulados. Trabajancomo núcleo cerrado
solamente en sí y para sí. Una farsa a gran escala, un engaño universal.
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