Hoy nuestro país inicia un
camino que para muchos parece nuevo como lo es la elección de la Asamblea
Nacional, la casa que hace las leyes, ese centro de discusión política que
puede permitir libertad o esclavitud, desarrollo o atraso, inclusión o
exclusión, política de altura o de arrabales, en fin puede ser el equilibrio o
la des balanza y hoy Venezuela apostó por el equilibrio, la inclusión, el
respeto, la tolerancia, la Venezuela de todos somos iguales de cuando nuestros
abuelos, donde en diciembre nos compartíamos las hallacas, que apostábamos a
ser los mejores con creatividad, esa Venezuela de la prosperidad.
Hablaba en estos días con un
productor campesino del estado Mérida en La Azulita y le preguntaba, ¿José que
te parecieron las elecciones? José con mucha sabiduría me respondió: “Sabes que
nosotros estamos viviendo muy angustiados por todo lo que pasa en el pueblo, no
conseguimos comida ni para nosotros ni para los animales, una paca de cemento
cuando la conseguimos nos cuesta Bs. 2000 y no podemos hacer reparaciones ni en
la finca ni en la casa, la comida que llega a Mercal la restringen a
ciertas personas, a otras no nos venden porque no militamos en un partido
político o no somos amigos, aún con todo eso nosotros seguimos trabajando y le
pedimos mucho a Dios para que los gobernantes cambien su forma de actuar y
logremos tener un país mejor.
Ahorita en las elecciones yo
voté y mucha gente de aquí de la comunidad votó por una mujer que nadie conoce,
ella nunca visitó la aldea ni sé cómo se llama, yo no milito en partido
político pero venimos desde hace cierto tiempo hablando de un cambio para ver
si esto mejora y el otro candidato fue alcalde, es de este pueblo, lo conocemos
pero él tiene tiempo allá en Caracas y mas nunca vino a reunirse con nosotros
para oír nuestra situación y cómo vamos a votar por él, le dimes la confianza a
esa señora ojala lo haga bien y quizás de repente nos venga a conocer y oír
nuestra situación, que hable allá de cosas que nos sirvan a nosotros para
nuestra vida, ahora nos dijo un funcionario del Gobierno que vino por ahí que
las cooperativas tenemos que pagar impuesto, diga usted que nosotros que
trabajamos con las uñas y que lo que nos sobra se lo repartimos a los socios,
ahora tengamos que entregarle ese dinero al gobierno y pa’ná porque las vías
están todas malas, la luz se va a cada rato, ahora el acueducto rural le iban a
meter una platica pero no llegó, el alcalde dice que no tiene plata y eso,
ahora nos falla el agua, tuvimos que recoger un dinero entre nosotros para
reparar unas tuberías y poder mejorar el suministro, entonces para que van a
recoger más impuestos, me hubiese gustado que esa candidata por quien voté y
muchos aquí lo hicieron hubiese visitado la aldea, le hubiese explicado los
planes de la cooperativa y la preocupación por los impuestos pero ella no
llegó, ahora vamos a escribirle para que sepa”.
Estas son las realidades que
estamos viviendo, muchísima gente votó por candidatos desconocidos, que nunca
han visitado esas comunidades que les dieron sus votos pero sólo con la
esperanza puesta en que las cosas puedan cambiar para bien, cansados de las
falsas promesas que desde el oficialismo les vienen diciendo desde hace varios
años y de allí que se arriesgan a votar con la esperanza de un cambio que les
permita continuar desarrollando sus iniciativas, organizaciones y que les
permita mejorar sus condiciones de vida en el campo y eso permita que los
jóvenes se queden allí preparándose técnicamente para continuar trabajando la
tierra, procesando sus productos con la seguridad de que las leyes que se
aprueben les permita seguir desarrollando sus iniciativas sin la angustia de
que todo el esfuerzo se pierda porque los precios que el gobierno pone a los
productos están por debajo de su costo de producción porque como dice José: “a
nosotros nunca nos han venido a preguntar cuánto nos cuesta producir una pipa
de café, nunca se han sentado con nosotros a hacer estudios de costos y después
aparece en el periódico que el precio del quintal de café es tanto”.
De allí que esos nuevos
Diputados electos a la Asamblea Nacional y que recién empieza en funciones
deberían tener como prioridad oír a las pequeñas organizaciones económicas de
base como las cooperativas que están arraigadas a lo largo y ancho de Venezuela
con experiencias muy exitosas, ONG que se dedican al trabajo comunitario
popular como Cesap que por más de 40 años con el padre Armando
Janssen a la cabeza vienen dando aportes bien significativos para el desarrollo
de esas comunidades atendidas y con una gran experiencia en el trabajo
campesino, Aliadas en Cadena con su gran aporte al desarrollo productivo de la
mujer venezolana y cantidades inmensas de organizaciones que muy a la calladita
hacen sus aportes al desarrollo nacional y que tienen mucho material que
aportar para la elaboración de leyes sociales y económicas, no sentarse con
ellas es continuar diseñando políticas para los sectores populares y
productivos sin conversar con los interesados y los actores de primera línea y
de esa forma podemos echar por la borda la esperanza que muchos seres anónimos
le entregaron a ustedes. He allí el reto de convertir la esperanza desconocida
en políticas y leyes que beneficien a la gran mayoría del pueblo Venezolano que
apostó por un cambio.
12-02-16

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