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sábado, 13 de febrero de 2016

La esperanza desconocida


Por Saúl Jimenez



Hoy nuestro país inicia un camino que para muchos parece nuevo como lo es la elección de la Asamblea Nacional, la casa que hace las leyes, ese centro de discusión política que puede permitir libertad o esclavitud, desarrollo o atraso, inclusión o exclusión, política de altura o de arrabales, en fin puede ser el equilibrio o la des balanza y hoy Venezuela apostó por el equilibrio, la inclusión, el respeto, la tolerancia, la Venezuela de todos somos iguales de cuando nuestros abuelos, donde en diciembre nos compartíamos las hallacas, que apostábamos a ser los mejores con creatividad, esa Venezuela de la prosperidad.

Hablaba en estos días con un productor campesino del estado Mérida en La Azulita y le preguntaba, ¿José que te parecieron las elecciones? José con mucha sabiduría me respondió: “Sabes que nosotros estamos viviendo muy angustiados por todo lo que pasa en el pueblo, no conseguimos comida ni para nosotros ni para los animales, una paca de cemento cuando la conseguimos nos cuesta Bs. 2000 y no podemos hacer reparaciones ni en la finca ni en la casa, la comida que llega a Mercal la restringen a ciertas personas, a otras no nos venden porque no militamos en un partido político o no somos amigos, aún con todo eso nosotros seguimos trabajando y le pedimos mucho a Dios para que los gobernantes cambien su forma de actuar y logremos tener un país mejor.

Ahorita en las elecciones yo voté y mucha gente de aquí de la comunidad votó por una mujer que nadie conoce, ella nunca visitó la aldea ni sé cómo se llama, yo no milito en partido político pero venimos desde hace cierto tiempo hablando de un cambio para ver si esto mejora y el otro candidato fue alcalde, es de este pueblo, lo conocemos pero él tiene tiempo allá en Caracas y mas nunca vino a reunirse con nosotros para oír nuestra situación y cómo vamos a votar por él, le dimes la confianza a esa señora ojala lo haga bien y quizás de repente nos venga a conocer y oír nuestra situación, que hable allá de cosas que nos sirvan a nosotros para nuestra vida, ahora nos dijo un funcionario del Gobierno que vino por ahí que las cooperativas tenemos que pagar impuesto, diga usted que nosotros que trabajamos con las uñas y que lo que nos sobra se lo repartimos a los socios, ahora tengamos que entregarle ese dinero al gobierno y pa’ná porque las vías están todas malas, la luz se va a cada rato, ahora el acueducto rural le iban a meter una platica pero no llegó, el alcalde dice que no tiene plata y eso, ahora nos falla el agua, tuvimos que recoger un dinero entre nosotros para reparar unas tuberías y poder mejorar el suministro, entonces para que van a recoger más impuestos, me hubiese gustado que esa candidata por quien voté y muchos aquí lo hicieron hubiese visitado la aldea, le hubiese explicado los planes de la cooperativa y la preocupación por los impuestos pero ella no llegó, ahora vamos a escribirle para que sepa”.

Estas son las realidades que estamos viviendo, muchísima gente votó por candidatos desconocidos, que nunca han visitado esas comunidades que les dieron sus votos pero sólo con la esperanza puesta en que las cosas puedan cambiar para bien, cansados de las falsas promesas que desde el oficialismo les vienen diciendo desde hace varios años y de allí que se arriesgan a votar con la esperanza de un cambio que les permita continuar desarrollando sus iniciativas, organizaciones y que les permita mejorar sus condiciones de vida en el campo y eso permita que los jóvenes se queden allí preparándose técnicamente para continuar trabajando la tierra, procesando sus productos con la seguridad de que las leyes que se aprueben les permita seguir desarrollando sus iniciativas sin la angustia de que todo el esfuerzo se pierda porque los precios que el gobierno pone a los productos están por debajo de su costo de producción porque como dice José: “a nosotros nunca nos han venido a preguntar cuánto nos cuesta producir una pipa de café, nunca se han sentado con nosotros a hacer estudios de costos y después aparece en el periódico que el precio del quintal de café es tanto”.

De allí que esos nuevos Diputados electos a la Asamblea Nacional y que recién empieza en funciones deberían tener como prioridad oír a las pequeñas organizaciones económicas de base como las cooperativas que están arraigadas a lo largo y ancho de Venezuela con experiencias muy exitosas, ONG que se dedican al trabajo comunitario popular como Cesap que por más de 40 años con el padre Armando Janssen a la cabeza vienen dando aportes bien significativos para el desarrollo de esas comunidades atendidas y con una gran experiencia en el trabajo campesino, Aliadas en Cadena con su gran aporte al desarrollo productivo de la mujer venezolana y cantidades inmensas de organizaciones que muy a la calladita hacen sus aportes al desarrollo nacional y que tienen mucho material que aportar para la elaboración de leyes sociales y económicas, no sentarse con ellas es continuar diseñando políticas para los sectores populares y productivos sin conversar con los interesados y los actores de primera línea y de esa forma podemos echar por la borda la esperanza que muchos seres anónimos le entregaron a ustedes. He allí el reto de convertir la esperanza desconocida en políticas y leyes que beneficien a la gran mayoría del pueblo Venezolano que apostó por un cambio.


12-02-16




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