Por Saúl Jiménez
En el año 1992 insurge Hugo
Chávez argumentando la situación económica que vivía la gran mayoría de los
sectores populares del país, especialmente los más alejados de las grandes
capitales, además de denunciar la grave crisis de valores por la creciente corrupción
en diferentes áreas, especialmente en las FAN, de hecho, se atrevieron a
denunciar a la empresa que estaba contratada para la modernización de los
tanques de guerra del Ejército.
Después de estar detenido en
Yare durante dos años, por decreto lo dejan libre y vuelva a la calle e inicia
un recorrido por todo el país con un discurso de redención social y que de
llegar a la Presidencia de la República iniciarían toda una transformación del
país para que los pobres recuperaran su dignidad social y pudieran tener
alimentación, salud, vivienda y todos los elementos necesarios para un mejor
vivir, es así como logra, bajo un manto de reivindicaciones sociales y
populismo, superar en las elecciones de 1998 a Henrique Salas Römer.
Se inicia en 1999 un gobierno
que traía un diagnóstico de la situación económica y social del país, con altas
tasas de desempleo, pobreza, problemas de salud y deserción escolar. Chávez ya
como presidente de la República decreta el “Plan Bolívar 2000”, en febrero
del año 1999, acción dirigida directamente por él y ejecutada fundamentalmente
por el Ministerio de la Defensa, y es a través de ese Proyecto-Programa como se
inicia la asistencia social y la entrega de toda clase de dádivas a la
población más desposeída del país, pero también con ello se inicia la
“reivindicación” a la oficialidad venezolana, ya que el programa no contaba con
ningún tipo de controles, con lo cual conseguíamos a los oficiales de las FAN
manejando bolsas de dinero en efectivo, comprando desde medicinas hasta materiales
de construcción y es así como un programa de redención social se convirtió en
poco tiempo en un gran acto de corrupción colectiva e individual que conllevó
que a los pocos años se le abriera investigación y fuese juzgado el general
Víctor Cruz Weffer, por malversación de fondos, al no poder justificar el gran
caudal de activos acumulado, es allí donde se inicia la gran corruptela del
chavismo, el mismo programa con el que Chávez dijo “en este plan me juego la
vida”.
Si bien es cierto que las
condiciones sociales de los más pobres fueron mejorando con su aplicación y los
ulteriores programas sociales que se fueron implementando producto de la gran
masa de dinero que empezó a ingresar al país producto del incremento
internacional del petróleo y que en un momento determinado logró bajar las
tasas de pobreza, la deserción escolar y la asistencia en materia de salud, no
menos cierto es, que se inició la era de la corrupción más grande y colectiva
de la historia de Venezuela, ya que esos recursos que pudieron servir para
sembrar el desarrollo sostenible del país y romper con la dependencia exterior,
resultó ser lo contrario, por cuanto se dedicaron a cerrar empresas productivas
y sustituirlas con la denominada “economía de puertos”, es así como en los principales
puertos del país se iban acumulando barcos en espera para ser descargados con
cuanto producto había, en detrimento de los productores nacionales.
Por otro lado, se fue
descubriendo cómo se importaban productos con una data de vencimiento muy cercano,
que conllevó a que legisladores denunciaran ante la Contraloría General de la
República esta situación y que todavía siguen sus cursos normales las
investigaciones pero muy adormecidas.
Esa historia nos fue
llevando a la nueva historia, y es que el petróleo fue bajando de precio a
escala internacional y por ende empezaron a languidecer los programas sociales
y la atención a los más necesitados, de hecho 40% de los denominados Barrio
Adentro están cerrados, los CDI y hospitales públicos sin medicinas y más
adelante las clínicas privadas; así como las industrias nacionales dejaron de
recibir divisas para comprar materia prima, comenzaron a escasear los
alimentos, medicinas, insumos médicos, la calidad de vida comenzó a
deteriorarse cada día más, los Mercales y Pdvales empiezan a cerrar, el
Gobierno intenta crear mecanismos de distribución de alimentos en cadenas
privadas, no obstante, la cantidad de alimentos que llegan es cada día menor y
por lo tanto hay menos que distribuir, por su parte, el Gobierno la única
respuesta que tiene es la campaña de la guerra económica, que si en un
principio le funcionó como marketing, ya hoy no tiene cabida.
En diciembre de 2015 se
eligió una nueva Asamblea Nacional, en la que el Gobierno quedó en minoría y
allí inició una lucha política que apartó el aspecto social hacia un lado,
comienza el proceso por el revocatorio, en el que el Gobierno está contra la
pared y la desesperación de la población por un kilo de harina de maíz es
preocupante, se inician saqueos en pequeña escala en diferentes estados del
país y se oyen frase como esta: “Me he sentado a llorar cuando mis hijos me
dicen que tienen hambre, como les digo que no hay comida?”, esto es señal que
vamos hacia una hambruna lo reconozca el Gobierno o no y esa situación va
progresivamente en aumento e indudablemente el Ejecutivo pierde la
mayoría en los sectores populares, no porque se comprometieron con otros
partidos, sino porque se sienten engañados y en este momento se registra en
esos sectores, tradicionalmente seguidores del gobierno, y en los demás
sectores del país, la desesperanza y la necesidad de protestar, lo que
indudablemente nos ira llevando de manera progresiva a la rebelión social.
08-07-16
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