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viernes, 8 de julio de 2016

De la redención a la rebelión social


Por Saúl Jiménez


En el año 1992 insurge Hugo Chávez argumentando la situación económica que vivía la gran mayoría de los sectores populares del país, especialmente los más alejados de las grandes capitales, además de denunciar la grave crisis de valores por la creciente corrupción en diferentes áreas, especialmente en las FAN, de hecho, se atrevieron a denunciar a la empresa que estaba contratada para la modernización de los tanques de guerra del Ejército.

Después de estar detenido en Yare durante dos años, por decreto lo dejan libre y vuelva a la calle e inicia un recorrido por todo el país con un discurso de redención social y que de llegar a la Presidencia de la República iniciarían toda una transformación del país para que los pobres recuperaran su dignidad social y pudieran tener alimentación, salud, vivienda y todos los elementos necesarios para un mejor vivir, es así como logra, bajo un manto de reivindicaciones sociales y populismo, superar en las elecciones de 1998 a Henrique Salas Römer.


Se inicia en 1999 un gobierno que traía un diagnóstico de la situación económica y social del país, con altas tasas de desempleo, pobreza, problemas de salud y deserción escolar. Chávez ya como presidente de la República decreta el “Plan Bolívar 2000”, en febrero del año 1999, acción dirigida directamente por él y ejecutada fundamentalmente por el Ministerio de la Defensa, y es a través de ese Proyecto-Programa como se inicia la asistencia social y la entrega de toda clase de dádivas a la población más desposeída del país, pero también con ello se inicia la “reivindicación” a la oficialidad venezolana, ya que el programa no contaba con ningún tipo de controles, con lo cual conseguíamos a los oficiales de las FAN manejando bolsas de dinero en efectivo, comprando desde medicinas hasta materiales de construcción y es así como un programa de redención social se convirtió en poco tiempo en un gran acto de corrupción colectiva e individual que conllevó que a los pocos años se le abriera investigación y fuese juzgado el general Víctor Cruz Weffer, por malversación de fondos, al no poder justificar el gran caudal de activos acumulado, es allí donde se inicia la gran corruptela del chavismo, el mismo programa con el que Chávez dijo “en este plan me juego la vida”. 

Si bien es cierto que las condiciones sociales de los más pobres fueron mejorando con su aplicación y los ulteriores programas sociales que se fueron implementando producto de la gran masa de dinero que empezó a ingresar al país  producto del incremento internacional del petróleo y que en un momento determinado logró bajar las tasas de pobreza, la deserción escolar y la asistencia en materia de salud, no menos cierto es, que se inició la era de la corrupción más grande y colectiva de la historia de Venezuela, ya que esos recursos que pudieron servir para sembrar el desarrollo sostenible del país y romper con la dependencia exterior, resultó ser lo contrario, por cuanto se dedicaron a cerrar empresas productivas y sustituirlas con la denominada “economía de puertos”, es así como en los principales puertos del país se iban acumulando barcos en espera para ser descargados con cuanto producto había, en detrimento de los productores nacionales.

Por otro lado, se fue descubriendo cómo se importaban productos con una data de vencimiento muy cercano, que conllevó a que legisladores denunciaran ante la Contraloría General de la República esta situación y que todavía siguen sus cursos normales las investigaciones pero muy adormecidas.

Esa historia nos fue llevando a la nueva historia, y es que el petróleo fue bajando de precio a escala internacional y por ende empezaron a languidecer los programas sociales y la atención a los más necesitados, de hecho 40% de los denominados Barrio Adentro están cerrados, los CDI y hospitales públicos sin medicinas y más adelante las clínicas privadas; así como las industrias nacionales dejaron de recibir divisas para comprar materia prima, comenzaron a escasear los alimentos, medicinas, insumos médicos, la calidad de vida comenzó a deteriorarse cada día más, los Mercales y Pdvales empiezan a cerrar, el Gobierno intenta crear mecanismos de distribución de alimentos en cadenas privadas, no obstante, la cantidad de alimentos que llegan es cada día menor y por lo tanto hay menos que distribuir, por su parte, el Gobierno la única respuesta que tiene es la campaña de la guerra económica, que si en un principio le funcionó como marketing, ya hoy no tiene cabida.

En diciembre de 2015 se eligió una nueva Asamblea Nacional, en la que el Gobierno quedó en minoría y allí inició una lucha política que apartó el aspecto social hacia un lado, comienza el proceso por el revocatorio, en el que el Gobierno está contra la pared y la desesperación de la población por un kilo de harina de maíz es preocupante, se inician saqueos en pequeña escala en diferentes estados del país y se oyen frase como esta: “Me he sentado a llorar cuando mis hijos me dicen que tienen hambre, como les digo que no hay comida?”, esto es señal que vamos hacia una hambruna lo reconozca el Gobierno o no y esa situación va  progresivamente  en aumento e indudablemente el Ejecutivo pierde la mayoría en los sectores populares, no porque se comprometieron con otros partidos, sino porque se sienten engañados y en este momento se registra en esos sectores, tradicionalmente seguidores del gobierno, y en los demás sectores del país, la desesperanza y la necesidad de protestar, lo que indudablemente nos ira llevando de manera progresiva a la rebelión social.


08-07-16




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