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domingo, 3 de julio de 2016

¿Diálogo y reconciliación?, por @felixpalazzi



FÉLIX PALAZZI 02 de julio de 2016
@felixpalazzi

Durante años los venezolanos hemos vivido bajo el influjo de una lógica del poder basada en la polarización y el enfrentamiento, acompañada de una narrativa diaria de guerra. El Gobierno apuesta por una sociedad fracturada, enfrentada entre sí, ocupada en hacer largas colas para poder conseguir productos básicos e indiferente ante la realidad del otro. Tal vez piensan que en el caos nacional la división entre grupos y personas se hará más fuerte y así podrán controlar mejor el poder político. Sin embargo, la crisis que estamos viviendo parece estar teniendo un efecto contrario a lo que el Gobierno piensa o desea. Más bien, está uniendo de nuevo a los venezolanos en un rechazo mayoritario al oficialismo y a su ideología. Los venezolanos pedimos hoy una resolución pronta y pacífica al drama humanitario que vivimos. Este clima se puede percibir a diario en las largas colas cotidianas para conseguir alimentos o medicinas.


Tarea urgente

La tarea de reconciliarnos como país es hoy más urgente que nunca y podemos decir que, sin pensarlo, el país se ha ido reconciliando en medio de esta carestía que nos afecta a todos. Sin embargo, llevar esto mismo al terreno de lo político sigue siendo el gran reto. Y esto pasa por reconstruir una narrativa civil y democrática, donde todo aquel que piensa distinto no sea visto como un enemigo o un traidor, sino como un ciudadano con derechos y deberes. Una narrativa donde podamos reconocernos mutuamente en nuestras diferencias, valores, aspiraciones y justos derechos. En fin, se trata de recuperar de nuevo la lógica del “bien común” que tanto habla el papa Francisco en sus visitas apostólicas a países en conflicto.

Hay quienes confunden la reconciliación con el indulto de las responsabilidades penales en materia de corrupción o derechos humanos. Evidentemente ningún proceso de reconciliación puede dejar detrás de sí a la justicia. Sería un contrasentido. Tampoco puede darse un diálogo sin condiciones mínimas que persigan el bien común, y no el de un partido. No existen diálogos neutros. Los procesos de diálogo llevan a la reconciliación solo cuando buscan el bien común de todo el pueblo.

Sembrar conciencia

Nuestra crisis empezará a ser superada cuando logremos sembrar conciencia, en cada uno con quien conversemos, lo irracional e infructífero que es el actual proceso de discriminación sociopolítica; cuando ayudemos a entender, en todos los niveles de la sociedad, que las actuales políticas económicas no funcionan.

Para que una reconciliación sirva, debe ser parte de un diseño de políticas socioeconómicas que transformen efectivamente los factores que fueron el caldo de cultivo y sirvieron como excusas para sembrar la rivalidad y el odio existentes. Esto es uno de los puntos que debe estar en cualquier diálogo serio que hagamos como país. Un proceso que no favorezca la superación de las desigualdades sociales estará destinado al fracaso y la historia se repetirá. Para aquellos que no creen en el diálogo como camino hacia una reconciliación nacional, habría que preguntarles si es que desean una guerra que lleve a un enfrentamiento de la población indefensa contra grupos muy bien armados.

Países que han vivido procesos similares al nuestro entendieron la urgencia de crear una comisión plural e imparcial que busque la verdad, pero con árbitros internacionales imparciales y respetados. Solo así se podrán ver los diferentes factores que participaron y que han sido responsables de lo que hoy padecemos como país.

Félix Palazzi
 felixpalazzi@hotmail.com
@felixpalazzi

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