Por Janet Queffelec Padrón
"De alguna manera el
revocatorio, en la práctica, comenzó el 6 de diciembre porque esa fue una
manifestación de la voluntad del pueblo de tener un cambio en el país”, expresó
Diego Padrón
“La democracia en Venezuela
está resquebrajada”, expresó sin ambages monseñor Diego Padrón, presidente de
la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), durante la 106 Asamblea Ordinaria
Plenaria de la institución.
Al evaluar la situación
nacional, señaló que en estos momentos existe la necesidad de escuchar y de
consultar al pueblo a través del referendo revocatorio. “Nosotros tenemos, en
nuestra Constitución, un modo de consultar al pueblo que es el revocatorio, como
también son las elecciones. De alguna manera el revocatorio, en la práctica,
comenzó el 6 de diciembre porque esa fue una manifestación de la voluntad del
pueblo de tener un cambio en el país”, manifestó.
Para el episcopado
venezolano el sistema político “que nos gobierna está agotado” y “los actuales
gobernantes manifiestan su incapacidad para solucionar los urgentes problemas
del país”. Padrón consideró que los intereses del Gobierno “no son los
intereses del país, de su gente y de sus instituciones”.
En el comunicado emitido por
la CEV se indica que “la ingobernabilidad, aparte de la brutal represión y la
carencia de respuestas serias y estables que superen la improvisación y la
provisionalidad, genera la percepción de que la crisis se agudiza y se prolonga
sin límites”, mientras que la incertidumbre provoca rabia y violencia social.
Sobre las protestas
generalizadas por alimentos, Padrón apuntó “que pareciera que una nueva edición
del Caracazo se desarrolla por capítulos”.
El diálogo inútil del
Gobierno
El presidente de la CEV
estimó que el Gobierno no tiene “autoridad moral para llamar al diálogo y a la
paz” porque no ha podido derrotar la guerra económica, garantizar alimentos y
medicinas al pueblo, y se ha negado “a permitir que instituciones religiosas y
sociales presten su concurso para aliviar las penurias y dolencias del pueblo”.
Además, para el prelado “un
diálogo político, sin metas precisas y sin objetivos concretos, es inútil”.
En cuanto a la ayuda
humanitaria, monseñor Padrón señaló que es impostergable y que deben
aprovecharse las ofertas del exterior. “Cáritas, una organización de la Iglesia
Católica que no tiene color ni hace discriminación, ha recibido ofertas, no de
los gobiernos, no del imperio, sino de instituciones católicas que están dispuestas
a un gesto de solidaridad”, indicó.
07-07-16
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