Veintidós de noviembre de 2016
Nota: 35 organizaciones civiles y mas de 700 ciudadanos suscriben este documento, entre ellas la Red de Organizaciones Vecinales de Baruta
UNA
PROPUESTA CIUDADANA
Cambio de modelo y de gobierno
- El
cambio de gobierno y del actual modelo económico y político de dominación y
exclusión es urgente. Los venezolanos, sin distinción entre opositores y
partidarios del gobierno, no merecemos seguir sufriendo. Si el gobierno de
Maduro y su modelo continúan, estaremos condenados a convertirnos dentro de
poco en la nación más pobre de América Latina, y en uno de los últimos reductos
de las dictaduras militaristas del planeta. Cambiar de gobierno es hoy una
necesidad impostergable, y es una condición necesaria para atender las
necesidades de la gente que hoy no tiene acceso a los alimentos y medicinas,
que vive en la angustia permanente de la violencia y la inseguridad, que no ve
oportunidades para los jóvenes y los trabajadores, que no le alcanza su salario
para mantener a sus familias y progresar, y que le han cerrado sus
posibilidades de expresarse y elegir. Este es un grito que retumba en todas las
calles y rincones de nuestras ciudades, pueblos, barriadas y caseríos.
- Para
cambiar la presente situación sólo existen dos caminos, el de la política y el
de la violencia. La violencia es excluyente y se reduce a destruir. Y detrás de
ella sólo hay dolor, al que luego sigue una inmensa y generalizada frustración,
ya que la violencia no resuelve ninguno de los problemas que pretende remediar,
pero sí agrava los que existen. Es injusto que el destino de un pueblo
sufriente sea más dolor y daño. Venezuela no puede estar condenada a ello.
- El
camino de la política, por el contrario, es complejo porque supone construir. Y
en el campo de la política existe un amplio rango de herramientas de lucha
cívica: organización popular, presión internacional, movilizaciones, protestas,
diálogo con el adversario, trabajo electoral, huelgas, negociaciones, docencia
social e incorporación de la ciudadanía, por nombrar sólo las más importantes.
Todas ellas son complementarias e incluyentes, y ninguna puede ser dejada de
lado. Hacerlo puede significar el debilitamiento y eventual fracaso de la
opción política y, en consecuencia, correr el inmenso riesgo de que en su lugar
irrumpa la opción violenta.
- La
lucha por superar la actual crisis, para lo cual el cambio de gobierno y de
modelo es condición imprescindible, debe aprovechar todos los instrumentos de
la Política. Debe entonces, en consecuencia, combinar la necesaria presión
popular y la organización de la ciudadanía, con una estrategia agresiva,
consensuada e inteligente en la mesa de diálogo. Estos instrumentos no son
excluyentes, sino por el contrario, complementarios.
- Haber
obligado al gobierno a sentarse a dialogar es un triunfo innegable del pueblo
democrático. Nuestra intención es reforzar la alternativa del diálogo. Es
necesario afrontar esta complicada y desigual fase de la batalla política,
luego del cierre de las salidas electorales, acompañados de un testigo de
excepción y de ascendencia insuperable, como es el Vaticano, con gran confianza
en la fuerza de la ciudadanía organizada y activada.
- El
trabajo político en la mesa de diálogo presidida por la Santa Sede es difícil.
La negociación será siempre asimétrica, porque el poder institucional y de
fuerza está en manos de la contraparte oficialista. Para que el país
democrático alcance logros y resultados concretos, hace falta en principio
unidad de criterio y de acción.
- La
unidad política es ahora más necesaria e imprescindible que nunca. La unidad
política es unidad social, es concordia, pero es, sobre todo, unidad de
objetivos y trasparencia en las decisiones. No sólo unidad de nuestro liderazgo
democrático, sino la de todos los venezolanos descontentos. Unidad en la
movilización, en la perseverancia y en la estrategia, que implica entre otras
cosas enfrentar a la oligarquía gobernante con todas las herramientas de la
política. Se requiere un trabajo unitario para maximizar y darle
direccionalidad a la inmensa legión de los venezolanos ansiosos de cambio, sin
lo cual no pasaremos de ser una mayoría numérica, pero políticamente
desagregada y desorganizada.
- La
creatividad y la inteligencia, por el otro lado, son esenciales. Para todos es
evidente que el gobierno quiere a la mesa de diálogo sólo para ganar tiempo y
“enfriar” la presión popular, pero nunca para tomarla en serio. Nuestro reto es
que esa mesa se asuma como algo serio. Ello pasa, a nuestro juicio, por cuatro
condiciones:
- Asumir
un compromiso de apoyo al diálogo como proceso de negociación política, con
etapas, pasos, tiempos, consolidación de hitos y logros, identificación de
alternativas, evaluación de resultados, y con el Vaticano como mediador
confiable. Es un proceso donde se pone en tensión las fortalezas, en la mesa y
fuera de ella, para alcanzar logros tempranos y resultados totales o parciales
razonables.
- Exigir
compromisos significativos y suficientes garantías de cumplimiento de logros,
que aseguren el respeto a los poderes electos y al voto popular, como primer
paso para propender a un cambio de gobierno en el menor tiempo posible, y
evitando así que se generen nuevas y mayores frustraciones en un pueblo cansado
de tanta burla e indolencia gubernamental.
- Atender
con especial énfasis el tema de la clara, precisa y oportuna información y
comunicación a los venezolanos y al mundo, asegurando la coherencia en el
discurso y, de ser posible, la unificación del mismo, con una eficaz gestión de
medios, convencionales y alternativos.
- Diseñar
y conformar una plataforma de conexión orgánica o de vasos comunicantes entre
la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), por una parte, como participante
directa en la mesa de diálogo, y los actores, organizaciones y movimientos
sociales, por la otra, que son los participantes indirectos en esa instancia.
Al
tiempo que se desarrollan estas actividades, directamente relacionadas con la
mesa de diálogo, es conveniente que las organizaciones políticas y sociales
consideren y adelanten un conjunto de acciones populares que conformen un
ambiente favorable para lograr los mejores resultados, como por ejemplo:
- Presentar
a los venezolanos una propuesta clara que invite a reconstruir el país, sobre
la base del compromiso de conformar un Gobierno de Unidad Nacional con todos
los sectores, amplio e incluyente, que haga énfasis primordial en la atención
inmediata a la grave situación social y económica de nuestros compatriotas, y
que incluya una propuesta de lineamientos principales del próximo gobierno.
- Promover
la declaratoria de amplios y diversos sectores y organizaciones no partidistas
a favor del cumplimiento de la Constitución, y exigir el respeto a su legítimo derecho
constitucional a protestar y realizar movilizaciones en respuesta a las
políticas equivocadas del gobierno.
- Convertir
la mesa de diálogo en herramienta política para la organización popular, para
impulsar la docencia social y la protesta ciudadana. Una forma de hacerlo es
debatiendo y discutiendo en asambleas ciudadanas los detalles del proceso,
recoger impresiones y recabar cuestionamientos y sugerencias.
- Impulsar
un movimiento amplio de defensa de la Constitución y la democracia, para
ampliar y maximizar las voluntades en favor del cambio político democrático.
Caracas,
noviembre de 2016
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