Por Ibis León
Que el embajador
venezolano, Samuel Moncada, arremetiera
contra las delegaciones diplomáticas en plena sesión
del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA)
puso en evidencia “la pérdida del control de ambiente y de liderazgo”, y que
“Venezuela ya no tiene capacidad de cohesión sobre sus aliados”, en
opinión del profesor de Teoría de las Relaciones Internacionales en
la Escuela de Estudios Políticos de la UCV, Carlos Luna.
El analista recuerda que el
Gobierno de Nicolás Maduro ya no tiene el carisma aglutinador que caracterizaba
a Hugo Chávez y tampoco la renta petrolera para sumar
aliados en el organismo regional lo que se evidenció en la postura de los 20
países que votaron a favor de discutir el caso venezolano. “Se
mostró una preocupación masiva y creciente de los países de la región”, señala.
Aunque el Presidente de la
República celebró
este 28 de marzo porque –a su juicio- no se aplicó la Carta Democrática
Interamericana, Luna explica que el artículo 20 del mecanismo
sí se empleó al generarse el debate sobre la ruptura del orden
democrático en el país suramericano.
“El debate aplica la Carta
democrática, en su artículo 20, porque refiere a la evaluación colectiva de un
país donde se ha roto el orden democrático y eso se llevó a cabo. Prácticamente
fue unánime la opinión de que en Venezuela hay una crisis y se hizo referencia
directa a la inexistencia de un calendario electoral y a
la liberación de los presos políticos aunque con diversos
matices”, apunta.
El internacionalista destaca
que los países miembros de la OEA propusieran que a la misión
de acompañantes del diálogo se incorpore una delegación de la OEA
para hacer una evaluación periódica de los avances en Venezuela.
“Fue muy reveladora la
intervención del embajador mexicano (Luis de Alba) quien se comprometió a
presentar una declaración en forma de resolución con las recomendaciones que
hacen los países para atender la crisis en Venezuela, pese a los intentos del
embajador Moncada de sabotear la sesión para que se rompiera el quórum y así
ganar tiempo para evitar la aplicación de medidas de presión”, manifestó.
¿Qué sigue a la sesión de la
OEA?
La internacionalista y
profesora universitaria, Giovanna De Michele, refiere que la resolución
1080 a
la que hace alusión la Carta Democrática y que compromete a todos los Estados
miembros de la OEA a “defender a toda costa la democracia en la región” permite
al secretario general, Luis Almagro, convocar una sesión
extraordinaria en los próximos días para volver a poner sobre la mesa la
suspensión de Venezuela.
“Según esta resolución, el
secretario general puede convocar una sesión extraordinaria para proponer la suspensión
de Venezuela sin necesidad de que se agoten todos los mecanismos diplomáticos y
eso podría ocurrir en corto plazo”, manifiesta.
Sin embargo, para que Venezuela
sea suspendida de la OEA se requieren 24 votos a favor de los 34 países, un
escenario que no descarta De Michele.
“Creo que progresivamente
Venezuela va perdiendo apoyo. En la sesión del año pasado, tuvo más apoyo del
que vimos ayer, se ha ido alejando de los Estados Americanos y sus acciones van
empeorando su situación en el organismo, como la publicación de
la sentencia del TSJ que allana la inmunidad parlamentaria y le
exhorta al Ejecutivo que revise su permanencia en la OEA, lo que es una
aberración porque el Poder Judicial no debe tener incidencia alguna en la
Política Exterior”, sentencia.
En la próxima sesión que se
espere tenga lugar en México, se conocerá la resolución que presentará el
embajador de este país con las recomendaciones hechas al Gobierno venezolano.
Sobre el discurso empleado por
el embajador Moncada, De Michele opina que fue antidiplomático. “La diplomacia
es el arte de tender puentes con la comunidad internacional, de negociar, y
Venezuela hace gala por comportase como un carrito chocón. Cree que puede
descalificar al adversario por la vía de los insultos en la OEA como hace con
la disidencia venezolana”.
Sin embargo, la Canciller
venezolana consideró que la diplomacia venezolana resultó victoriosa, este 29
de marzo. La ministra de Relaciones Exteriores ya había calificado como ilegal
esta sesión del consejo de la OEA porque Venezuela no dio su
consentimiento.
De Michele desestimó este
argumento. “Esa es una interpretación acomodaticia. El artículo 18 de la Carta
establece que la autorización del Estado (que está siendo cuestionado) se
requiere para llevar adelante visitas y otras gestiones diplomáticas en el
territorio nacional, pero no para convocar al Consejo Permanente”, aclara.
¿El retiro de la OEA
favorecería al Gobierno?
La internacionalista precisa
que si bien Venezuela tiene derecho a renunciar a ser miembro de la
Organización de Estados Americanos, esta petición se haría efectiva en un lapso
de dos años. Es decir, el Gobierno del presidente Maduro no estaría exento de
sanciones y estaría sujeto a los estatutos de la OEA hasta que se haga efectiva
la renuncia.
¿Se equivocó Almagro al
proponer la suspensión de Venezuela?
De Michele opina que sí
porque Almagro se “excedió” al poner un ultimátum al Gobierno de
Maduro. “Él no tiene competencia para ponerle ultimátum a ninguno de los
Estados miembro. Esto no tiene ningún efecto jurídico, esto le da
argumento al Estado venezolano para ir en contra de Almagro”.
Pero para Luna, Almagro lo que
intentó fue “generar una amenaza creíble al elevar el costo
político”. “En la aplicación de la Carta Democrática hay una
secuencialidad. No se puede pasar al artículo 21 (suspensión) sin haber agotado
los primeros esfuerzos diplomáticos. No creo que haya ambiente para la
suspensión de Venezuela”, concluye.
Foto: telesurtv.net
29-03-17
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