Omar Barboza Gutiérrez 26 de marzo de 2017
El
fracaso del actual modelo que hoy gobierna a nuestro país nos ha conducido a
una crisis de tal tamaño, que nos obliga a todos a poner el mejor y más
desprendido esfuerzo para cumplir con la responsabilidad histórica que tenemos
los venezolanos de este tiempo.
Para
ello, debemos tener en cuenta que una lucha para triunfar no solo debe ser
justa, sino que su conducción, los métodos que se utilicen, y sus objetivos,
deben ser los apropiados, no solo para triunfar sino también para ofrecer
soluciones que efectivamente sean capaces de superar la crisis para que la
nación se desenvuelva en un ambiente de libertad y en medio de un desarrollo
económico, social y cultural, que haga realidad los derechos consagrados en
nuestra Constitución.
Las
circunstancias actuales nos obligan a repetir que la Unidad sincera de todos
los que queremos un cambio es una pre-condición esencial para lograr los
propósitos que nos motivan. La definición de una estrategia común que todos los
factores de la Unidad Democrática respetemos es vital, así como lo es la
organización del pueblo concientizado sobre la necesidad del cambio, para que
su presencia activa en la lucha garantice el triunfo.
Hemos
escogido la vía electoral para lograr nuestros objetivos, y la debemos
transitar conscientes de que es la mejor y la posible en el corto plazo, y que
es cónsona con nuestros valores democráticos, pero también hay razones de largo
plazo que son definitivas para escoger esta vía que además responde a nuestra
vocación pacífica, y es que para poder reconstruir a nuestro país, a nuestras
instituciones, y rescatar los valores perdidos, es necesario que todos los
venezolanos nos sintamos motivados y convencidos sobre nuestro deber de
participar en ese esfuerzo tan exigente de la reconstrucción nacional. Para
ello, nuestro triunfo debe tener un origen pacífico y un discurso incluyente
que haga posible la reconciliación nacional como plataforma de relanzamiento de
la Venezuela posible.
Para
que esa ruta comience a producir resultados, es necesario concentrar nuestros
esfuerzos en un objetivo común como lo es el que se convoquen las elecciones,
primero la de gobernadores y alcaldes, luego las de la Presidencia de la
República. Es decir, lograr de manera inmediata un Cronograma Electoral
definido formalmente, que debe ser el punto de encuentro que nos una a todos
los que queremos el cambio de gobierno y de modelo.
Sabemos
que el CNE, obedeciendo a las presiones del gobierno, está aplicando tácticas
dilatorias para no convocar las elecciones, y eso lo debemos denunciar porque
es verdad, para presionar la convocatoria a elecciones conforme a la
Constitución. La validación de los partidos políticos es una de esas acciones
dilatorias, pero en ningún caso podemos abandonar espacios democráticos de
lucha, en una democracia los partidos políticos son instrumentos del pueblo
para organizar su participación política, por eso, todos los partidos deben
hacer un esfuerzo por validarse por encima de los obstáculos, y una vez
validados convertirse en voz de los que no lo hicieron. Apoyemos a los partidos
que trabajan y se movilizan para seguir luchando.
Por
todo lo anterior, expreso mi preocupación por las candidaturas opositoras
adelantadas, porque independientemente de los méritos que tienen quienes las
representan, no debemos adelantarnos de manera inoportuna; primero se debe
lograr que haya elecciones, luego haremos las primarias donde se escogerán los
candidatos de la Unidad que todos apoyaremos. Iniciar las carreras
candidaturales a cualquier cargo antes de tiempo, implica dos riesgos graves:
en primer lugar, dificulta la Unidad tan necesaria en estos momentos; y en
segundo lugar, puede trasmitir la sensación de que Venezuela no es lo primero.
Finalmente,
en paralelo, debemos seguir trabajando en nuestra oferta central al pueblo
venezolano, el Gobierno de Unidad Nacional, el cual debe cumplir con el
compromiso de que con plena vigencia de la Constitución Nacional y en paz,
podamos poner en marcha un gobierno que logre impulsar el crecimiento económico
con equidad social.
Ratificar
las bases para la refundación del Estado democrático; apoyar con fuerza el
proceso de descentralización; organizar la lucha integral y frontal contra la
inseguridad ciudadana y el flagelo del narcotráfico; reactivar la economía
nacional teniendo como líneas centrales el apoyo a la producción nacional, y el
respeto a la propiedad privada; un programa integral de lucha contra la pobreza
y de apoyo a los más necesitados; así como también, la implementación de
políticas radicales y reformas institucionales para garantizar la mayor
eficiencia en contra de la corrupción que tanto daño le ha hecho a la
República.
Omar
Barboza Gutierrez
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