Por Saúl Jiménez Beiza
Por los años 84-85 se inició
en Venezuela, motorizado por la Sociedad Civil, todo un proceso de discusión en
torno a la necesidad de realizar una gran reforma del estado que permitiera,
entre otras cosas, que hubiera una mayor participación del ciudadano en la toma
de decisiones sobre su desarrollo, además de elecciones directas de
gobernadores y alcaldes para que hubiese una plena identidad entre electores y
elegidos.
Carlos Andrés Pérez relanza la Comisión
para la Reforma del Estado (COPRE).
De allí surgió la primera
elección de gobernadores y alcaldes por el voto directo y secreto, una
experiencia positiva, recordamos que en Carabobo fue electo Henrique Salas
Romer y de inmediato se inició una gran transformación en el estado con el
apoyo y las propuestas de la sociedad civil, gremios, colegios, sindicatos,
todos apostando al bien común, Carabobo cambió la cara y podemos decir que fue
el inicio de la revolución de la sociedad civil. Igual en los demás
estados hubo algo en común que fue el gran acercamiento y apoyo de la sociedad
civil.
En 1998 en las elecciones
presidenciales y aun teniendo como candidato a Salas Romer, hijo de la
descentralización, con experiencia como gobernador. Se eligió a Hugo Chávez
Frías militar de profesión, quien venía de un golpe militar y recién salía de
la cárcel por rebelión militar.
Llamaron a una Constituyente y
efectivamente fue electa la Asamblea Nacional Constituyente con mayoría del
sector oficial aprobando una nueva Constitución que llamó a elecciones
generales en el 2000 y de nuevo ganaron muchas gobernaciones candidatos
productos de la descentralización vinculados directamente con el estado y
alcaldías para los cuales aspiraban y que continuaron llevando a cabo programas
y proyectos en torno a acercar el poder de decisión en los ciudadanos. Luego
iniciaron desde Caracas un proceso de frenar la entrega de recursos que por
situado le correspondían a las alcaldías y gobernaciones para, de esa forma,
evitar que los electos lograran llevar a cabo programas de beneficio social
para la población y empezar a desacreditarlos ante la población como si fueran
incapaces. Además centralizaron el manejo de puertos, aeropuertos, autopistas y
otras actividades que generaban recursos a las regiones y que de nuevo se
empezaron a administrar desde la capital del País. Todo para imponer candidatos
desde el poder central y sumiso a ellos que les permitiera manejar las regiones
en un proceso de recentralización. Para completar el cuadro desde el año 2015
iniciaron un proceso de nombrar a gobernadores electos por el PSUV a otros
cargos en el gobierno nacional y nombran un gobernador encargado para que
complete el período.
De allí que debemos llamar a
la reflexión y volver a empezar el camino andado después del 1984
cuando empezamos a construir un país de ciudadanos donde nuestra fuerza fuera
el voto consciente y con elecciones a todos los niveles que nos permitiera evaluar
su comportamiento y poder premiar o castigar su comportamiento, esa fue una
grata e importante experiencia donde hubo un avance muy significativo desde la
conducta y accionar ciudadano y ahora nos toca de nuevo. Sin menospreciar ni
excluir la necesaria participación de todos los partidos políticos por muy
pequeños que sean y que se reconozca el derecho de las minorías políticas, pero
además exigirles cumplir con su deber de conducción. Se debe reconocer que el
núcleo central de toda democracia es la ciudadanía organizada para
que promueva acciones, las ejecute y además sirva de contraloría a la gestión
pública pudiendo denunciar las irregularidades que se puedan cometer para que
logremos una nación de ciudadanos comprometidos con su desarrollo.
sajidb47@yahoo.com.ar
31-03-17
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