Redacción El Pitazo
Corría el domingo 5 de abril
de 1992 cuando Alberto Fujimori disolvió el Congreso peruano, elegido con
él dos años antes, e intervino el Poder Judicial con la instalación
transitoria de un “gobierno de emergencia y reconstrucción nacional”. Ese día
el país vivió un autogolpe cívico-militar, respaldado por la mayoría
poblacional según las encuestas, que aún marca su presente y se recuerda en los
libros de historia como “El Fujimorazo”.
1. Elecciones dos años antes.
El país celebró comicios en
1990 que requirieron una segunda vuelta. De nueve aspirantes, llegaron a la
ronda definitiva solo dos: el reconocido escritor Mario Vargas
Llosa, por el Frente Democrático, que agrupaba tres partidos; y Alberto
Fujimori, del Cambio 90. Con efectos propagandísticos del discurso antisistema
que calaron hondo en los ciudadanos, este último ganó el Ejecutivo pero no obtuvo
la mayoría parlamentaria. Allí comenzaron los problemas.
En Venezuela, el duro
enfrentamiento de poderes inició con la victoria opositora en las elecciones
parlamentarias del 15 de diciembre de 2015.
2. Las primeras ofensas.
A un mes de asumir funciones,
en agosto de 1990, Fujimori apareció sorpresivamente en televisión atacando al
Parlamento: consideró “paquidérmico” su funcionamiento, calificó a sus miembros
como “holgazanes” y los acusó de cobrar jugosos sueldos cuando la población,
argumentó, no tenía dinero para comprarse un pan. El mensaje fue considerado
agresivo, pero amplificado por los medios de comunicación.
Ocurrió de igual forma en
contra del Poder Judicial y los partidos políticos, a quienes convirtió en sus
enemigos internos y los categorizó como “cúpulas partidarias. En noviembre de
1991, por ejemplo, insinuó en una reunión con empresarios que era necesario un
“emperador” que gobernara por 20 años el Perú.
El 5 de enero de 2016, el
presidente Maduro advirtió a la nueva directiva del parlamento venezolano,
encabezada por Henry Ramos Allup, que “la Asamblea Nacional se instale en
paz”. Ramos Allup sacó del Palacio Nacional Legislativo los cuadros
de Hugo Chávez y del Bolívar impuesta por el Gobierno, a lo que el
chavismo respondió con una marcha y acoso a los parlamentarios. El segundo
hombre más fuerte del oficialismo, Diosdado Cabello, no dudó ese mismo que
no había “porqué reconocer a la AN”.
3. Negaciones del Congreso
La oposición se negó a
concederle a Fujimori amplios poderes para legislar sin fiscalización.
En Venezuela, el TSJ dictaminó
que la AN estaba en desacato cuando en enero de 2016 fueron juramentados tres
diputados de Amazonas, quienes según el oficialismo ganaron sus curules con
trampa.
4. Constitución “a medias”
Fujimori se valió de una eventual
disolución de la Cámara de Diputados que estaba prevista en la
Constitución vigente (1979) para ejecutar la medida, al aplicarse una censura
de tres consejos de ministros sucesivos o “la negación de confianza” (artículos
227, 228 y 229).
Aquel día Fujimori violó
varios artículos de la Constitución, entre ellos el 46: “Nadie debe obediencia
a un gobierno usurpador, ni a quienes asumen funciones públicas en violación de
la Constitución y de las leyes”.
Aunque la Carta Magna
venezolana tiene un apartado similar referido al veto al vicepresidente, en el
país caribeño no se materializó esta fórmula. Pero el 29 de marzo, el TSJ
dictaminó, al interpretar un decreto relacionado a los convenios petroleros,
que el máximo tribunal asume funciones de la AN, mientras se encuentre en
desacato.
5. Persecución contra la
oposición
Se coparon las instituciones.
Se nombraron jueces y fiscales, se manejó de manera oculta a la prensa, se hizo
una alianza definitiva con los sectores empresariales y con la cúpula de las
Fuerzas Armadas, pero, sobre todo, se agudizaron los mecanismos tradicionales
de represión, censura y amedrentamiento a cargo del Servicio de
Inteligencia Nacional (SIN).
En el caso venezolano, desde
2013 el Gobierno incrementó su dominio sobre los medios masivos, controla la
distribución del papel y mantienen bajo amenazas a emisoras de radio y
televisión. Por su parte, en enero de este año el Sebin, la policía política,
detuvo al diputado lbert CaGiro. El 28 de marzo el TSJ limitó la inmunidad
parlamentaria de los diputados.
6. Máscara en el exterior
La presión internacional llevó
a que en enero de 1993 enterara en funciones el Congreso Constituyente
Democrático (CCD), encargado de guardar las apariencias en el exterior. El
gobierno se presentó ante el mundo con el argumento de elegir un nuevo congreso
constituyente en la mano. Así, por ejemplo, Fujimori acudió a la reunión
de la OEA en Bahamas en mayo de 1992: como una carta bajo la manga para
limpiarse la cara ante el mundo.
Esta semana, en la sesión
extraordinaria de la OEA se trató el caso venezolano. 20 países votaron a favor
de que la organización le haga seguimiento al caso venezolano. De acuerdo con
analistas, el secretario general del ente, Luis Almagro, estaría
entonces preparando el escenario para que en junio, en la asamblea de la OEA se
sancione a Venezuela con su suspensión, mas no expulsión.
30-03-17
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