Papa Francisco 08 de abril de 2017
Evangelio
según San Juan 11,45-56
"En
aquel tiempo, muchos judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver que
Jesús, había resucitado a Lázaro, creyeron en él. Pero algunos de entre ellos
fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos
sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y decían: "¿Qué será
bueno hacer? Este hombre está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir
así, todos creerán en Él, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y
nuestra nación". Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote
aquel año, les dijo: "Ustedes no saben nada; no comprenden que conviene
que un solo hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca."
Sin embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote
aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la
nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que
estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día tomaron la decisión de
matarlo. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se
retiró a la ciudad de Efraín, en la región contigua al desierto y allí se quedó
con sus discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las
regiones circunvecinas llegaron a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse.
Buscaban a Jesús en el templo, y se decían unos a otros: "¿Qué pasará? ¿No
irá a venir a la fiesta?" Palabra del Señor.
Reflexión
del Papa Francisco:
Jesús
fue perseguido. Querían matarlo... En la Iglesia, en efecto, están los
perseguidos desde fuera y los perseguidos desde dentro. Los santos mismos han
sido perseguidos.
En
efecto, cuando leemos la vida de los santos nos encontramos ante muchas
incomprensiones y persecuciones. Porque, siendo profetas, decían cosas que
resultaban demasiado duras. De esta manera también muchos pensadores en la
Iglesia fueron perseguidos.
De
este modo, la historia nos testimonia que todas las personas que el Espíritu
Santo elige para decir la verdad al pueblo de Dios sufren persecuciones.
"Bienaventurados vosotros cuando os persigan por mi nombre".
He
aquí que Jesús es precisamente el modelo, el icono: ha sufrido mucho el Señor,
ha sido perseguido; y al actuar así ha asumido todas las persecuciones de su
pueblo.
Pero
aún hoy los cristianos son perseguidos. Y son perseguidos porque
a esta sociedad mundana, a esta sociedad tranquila que no quiere problemas,
dicen la verdad y anuncian a Jesucristo. De verdad hoy hay mucha persecución.
Incluso
hoy en algunas partes existe la pena de muerte, existe la prisión por tener el
Evangelio en casa, por enseñar el catecismo. Me decía un católico de estos
países que ellos no pueden rezar juntos: ¡está prohibido! Sólo se puede rezar a
solas y en secreto
. Si
quieren celebrar la Eucaristía organizan una fiesta de cumpleaños, aparentan
celebrar el cumpleaños y allí tienen la Eucaristía antes de la fiesta. Y si,
como ha sucedido, ven llegar a la policía, enseguida ocultan todo, continúan la
fiesta entre alegría y felicidad; luego, cuando los agentes se van, terminan la
Eucaristía.
En
efecto, esta historia de persecución, de incomprensión, continúa desde el
tiempo de los profetas hasta hoy. Este, por lo demás, es también el camino del
Señor, el camino de quienes siguen al Señor. Un camino que termina siempre como
para el Señor, con una resurrección, pero pasando por la cruz.
Así,
pues, no tengan miedo a las persecuciones, a las incomprensiones, incluso si
por causa de ellas siempre se pierden muchas cosas.
Para
los cristianos siempre habrá persecuciones, incomprensiones. Pero hay que
afrontarlas con la certeza de que Jesús es el Señor y éste es el desafío y la
cruz de nuestra fe. (Cf Papa Francisco, 4 de abril de 2014, Capilla de
Santa Marta)
Oración
de Sanación
Mi
Señor, sé que me quieres feliz, que me bendices y en todo momento me haces
llegar tu amor de distintas maneras, a través de manifestaciones y gestos en
los otros y en las acciones de mi vida misma.
No
hago más que dar gracias por todo lo que haces en mi vida y por todas las
oportunidades que me brindas para ser feliz y hacer feliz a los míos. Tú eres
el único que despierta en mí el deseo de triunfar
Te
suplico que me ayudes a actuar de manera coherente con la fe, aunque eso signifique
que sufra de rechazos y habladurías, pero manteniendo la calma y no devolviendo
mal por mal
Seguirte
no es sencillo, Tú mismo lo has advertido y hasta dices que seremos odiados por
tu nombre. Somos como ovejas en medio de lobos; pero Tú me consuelas y me
aseguras que el que persevere se salvará.
Creo
en tu Palabra que sana, en tu fidelidad y en tu protección, en tu promesa de
amor, por ello, confiado en tu Palabra, proclamaré siempre tu nombre y tus
obras a donde vayan mis pasos.
Ayúdame
con tu poder a vencer los miedos y estar libre de angustias. Guía corazón y mi
mente con tu Espíritu Santo, esa presencia poderosa que ilumina mi vida y me
ser decidido y valiente.
Mi
corazón ya no puede contener la alegría de tenerte, de adorarte, de proclamarte
y es que ha encontrado la auténtica morada en tu presencia
Te
amo Jesús, aunque camine por sendas oscuras, no vacilare ni temeré, porque tu
fuerza y tu poder están conmigo y me infundes confianza. Amén.
Propósito
para hoy
Rezaré
un misterio del Rosario por el arrepentimiento de las personas que ofenden a
Dios.
Frase
de reflexión
"Todos
somos pecadores. Pero pidamos al Señor no ser hipócritas. Los hipócritas no
saben lo que es el perdón, la alegría, el amor de Dios." (Papa Francisco)
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