Por Mario Villegas, 15/09/2017
Exactamente seis años atrás, el 17
de septiembre de 2011, el entonces opositor partido Podemos anunciaba
públicamente su apoyo a la precandidatura de Henrique Capriles Radonski
con vistas a las primarias presidenciales que la Mesa de la Unidad Democrática
celebraría el 12 de febrero de 2012.
Entre los vítores de una nutrida y
entusiasta militancia, el diputado Ismael García, secretario general de esa
organización, alzaba la mano a un feliz Capriles, cuyo rostro resplandeciente
ponía en evidencia la importancia de aquel oportuno y significativo apoyo para
la tarea de obtener la candidatura opositora, lo cual logró por amplio margen,
y posteriormente enfrentar el empeño reeleccionista de Hugo Chávez Frías.
Con vistas a la campaña presidencial
de octubre de 2012, una maniobra político-judicial terminó arrebatándole la
tarjeta electoral a la genuina dirigencia de Podemos, en vista de lo cual
García juntó sus fuerzas a las del gobernador larense Henri Falcón, con quien
fundó en junio de ese año el partido Avanzada Progresista.
Tanto en esa campaña de Capriles
frente a Chávez, en la que el ya enfermo Presidente resultó victorioso, como
después frente a Nicolás Maduro, tras la muerte del reelegido mandatario, García
y Falcón jugaron papel estelar. De hecho, el gobernador de Lara ejerció la
jefatura de campaña de Capriles, quien perdió por muy estrecho margen.
En diciembre de ese mismo año,
García fue candidato de la oposición a la Alcaldía de Libertador, en Caracas,
con el justiciero Jorge Millán como jefe de campaña.
Tal era la identidad política
alcanzada entre Ismael y Primero Justicia, que al cabo de escasos días de su
fallida candidatura, ya él y otros dirigentes de AP habían decidido
incorporarse a las filas negriamarillas. El anuncio, sin embargo, no se hizo
oficial sino hasta el 14 de marzo de 2014, cuando Julio Borges y Tomás Guanipa
les dieron la bienvenida. Este último, secretario general de PJ, dispensó
emocionados elogios hacia García, a quien reconoció como un valioso referente
comprometido con la paz y el futuro de la patria.
A partir de entonces, el ex alcalde
de La Victoria se erigió en un destacado dirigente nacional de PJ, con cuyo
liderazgo en el estado Aragua logró limar viejas asperezas. Richard Mardo y él
terminaron abrochados en una acción política común que llevó a García a ser
reelegido diputado a la Asamblea Nacional en diciembre de 2015.
La luna de miel iba muy bien hasta
que Ismael decidió aspirar a la gobernación de Aragua, cuya candidatura acaba
de ganar en las primarias del 10 de septiembre con el apoyo de AD, AP, VP y el
MAS. Hasta hace cinco minutos, García era para los pejoteros un “tremendo
dirigente”, ahora lo descalifican públicamente y lo acusan de fraude.
Salvo el de PJ, todos los miembros
de la Comisión Electoral Nacional de Primarias de la MUD, lo mismo que de la
Comisión Electoral Regional y de los partidos políticos, afirman con actas
en la mano que García fue quien ganó. Hasta Luis Rosendo Hernández, quien
compitió en esas primaras como precandidato de Un Nuevo Tiempo, lo confirmó y
se sumó en acto público a la campaña de Ismael.
¿Cuál es el propósito de PJ al armar
un escándalo público sin fundamentos? ¿Por qué descalificar a quien hasta hace
nadita era su propio compañero de partido? ¿Han pensado en los efectos
políticos que este alboroto puede tener? ¿Están sus intereses parciales por
encima de la unidad y de la alternativa democrática? ¿Ver que otras fuerzas
políticas aliadas obtienen mejores resultados electorales y políticos los está
llevando a perder la brújula? ¿Cuánta responsabilidad propia tiene el liderazgo
de PJ en esos resultados, gracias tal vez a sus devaneos ultrarradicales de los
últimos tiempos?
La oposición como un todo apoyó en
su momento las dos candidaturas de Capriles a la presidencia y sus dos
candidaturas a la gobernación de Miranda. Como un todo, ha prestado respaldo a
la presidencia de Julio Borges en la Asamblea Nacional. Como un todo, ha
acogido democráticamente y dado soporte a lineamientos políticos muchas veces
propuestos por PJ en el marco de la MUD. ¿Es justo que en el caso de Aragua se
comporte en términos ajenos al reglamento electoral suscrito y respetado por
todas las fuerzas que componen la alianza opositora?
A decir por el modo en que han montado
semejante escándalo, los voceros negriamarillos no hacen ningún honor a la
palabra justicia que adorna el nombre de su organización. En el comentado caso
de Aragua, parece que le queda mejor la jota de jaleo, que según los
diccionarios significa jarana, bulla, alboroto, orgía. O lo que es lo mismo, la
acción y efecto de jalear, que entre otras cosas quiere decir fastidiar,
marear, molestar, soliviantar, hacer ruido, mofarse y burlarse.
@mario_villegas
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