Ludmila Vinogradoff 28 de
septiembre de 2018
@ludmilavino
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Tras
más de cincuenta días en prisión, el diputado Juan Requesens sufre
el retraso del
proceso judicial que ha iniciado el régimen de Nicolás Maduro en su contra.
Un proceso en el que está acusado de participar presuntamente en un magnicidio.
Ayer jueves era una fecha clave para el diputado opositor, pues
debía celebrarse una audiencia fijada por el Tribunal Numero 1 de Control de
Caracas que quedó en el aire por no concretarse.
Requesens,
caraqueño de 29 años, se ha declarado inocente de los siete delitos que le
imputa la Fiscalía del régimen. Su abogado defensor, Joel García, sostiene que
«a la Fiscalía le va a ser difícil demostrar esos delitos que le adjudican
al diputado», como por ejemplo su presunta vinculación en el asalto al
cuartel de Paramacay ocurrida en 2017, que el oficialismo califica de
«terrorismo».
El
diputado fue arrestado sin ninguna orden judicial en su domicilio el pasado 7
de agosto. Una docena de hombres tipo comando de la policía política
Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) irrumpió violentamente
en su domicilio y se lo llevaron a su sede, en el Helicoide.
La
Fiscalía lo acusa de estar presuntamente involucrado en el atentado que sufrió
el presidente Nicolás Maduro por la explosión de dos drones que no
causaron lesiones ni daños, durante un acto militar de la Guardia Nacional
Bolivariana celebrado en la céntrica avenida Bolívar el pasado 4 de agosto. La
persecución contra los insurgentes se ha saldado, de momento, con más de 50
detenciones.
Un día
después de su sorpresiva detención, el ministro de Comunicación, Jorge
Rodríguez, mostró a través de las redes sociales dos vídeos del diputado.
En una, en la que aparecía visiblemente drogado, confesaba haber ayudado a otra
persona involucrada en el atentado a pasar la frontera de Táchira, de donde él
es representante ante la Asamblea Nacional.
En el
segundo vídeo se observa a Requesens en ropa interior manchada de excrementos,
algo que motivó la burla del mismo Maduro. Al respecto el diputado le dijo a su
abogado, Joel García, que no recuerda haber «confesado» el
magnicidio o dejarse grabar con calzoncillos manchados ante una cámara.
El
régimen ha mantenido al diputado en completo aislamiento y no le ha permitido
ver a su familia. Solo 45 días después de su detención, sus padres han podido
verlo, denunciado que su estado de salud era precario y que
necesitaba atención médica, que el sistema penitenciario le ha negado.
El
abogado Joel García, lo pudo visitar por primera vez la semana pasada y no le
han permitido ver el expediente judicial para preparar su defensa. García
rechazó los siete delitos imputados por la Fiscalía contra Requesens así
como el exámen toxicológico de su sangre. «El test sanguíneo se hizo 14 días
después de grabarse los vídeos donde afirma que no tenía rastro de alcohol, ni
de marihuana, ni de cocaína», dijo al referirse a otras drogas que le habrían
suministrado en la cárcel.
Requesens
tuvo la primera audiencia de presentación el 13 de agosto, que concluyó entrada
la madrugada. El diputado es dirigente del partido Primero Justicia, formación
liderada por Henrique Capriles. Sus abogados y familiares divulgaron algunas
palabras de su discurso ante el Tribunal 1° de Control con competencia en
Terrorismo: «Desde que me metí en política sabía que esto podía pasar. Y
que mi vida y libertad podía dar. No bajaré la cara, no tengo por qué pedir
perdón. Siempre he buscado la salida de este Gobierno de manera constitucional,
no de manera violenta. No me doblegarán».
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