Thays Peñalver 23 de septiembre de 2018
Algunos
se molestan cuando refuto las tesis de que el régimen está débil, que su líder
ya está listo y que viene avanzando la transición que todos anhelamos en la
oposición. Las miradas llegan a ser incluso de odio, cuando trato de explicar
que no todo es tan simple como un #Maduroveteya, se cumple el deseo y
terminamos comiendo perdices. La cosa empeora cuando digo responsablemente y no
desde mi epigástrico, que la oposición no va a gobernar “por ahora”, entonces
esas miradas se vuelven asesinas y hasta podrían quitarme el habla. Sin
embargo, mi visión no es pesimista, sino más bien creo que todo está cambiando
a pasos acelerados y para el bien de los venezolanos. ¿Pero cuándo? Me
preguntan. No lo sé porque lo que va a suceder no necesariamente es lo que
soñamos. Más me preocupa el “cómo”.
A mi
juicio, vivimos bajo el yugo permanente de la tiranía de la simplicidad. Hoy
recuerdo que en el año 2002 El Universal tituló una entrevista que me hicieron
de la siguiente manera: “Si será posible un chavismo sin Chávez”, porque las
élites seguían tratando de simplificar lo que estaba ocurriendo, sin entender
que era Chávez el que estaba buscando el golpe de Estado, de la misma manera
que fue él quien propició la crisis sindical, como fue quien también impulsó la
crisis con PDVSA, pues esa era la única manera que este hombre conocía para
lograr conquistar el poder, de la manera mas rápida y así dar inicio a la
construcción de su “sistema” copiado al carbón del que impera en Cuba.
Quería
decir con esto que el adversario no sería en el futuro Chávez, sino el
“sistema” que estaba por crear con la ayuda de sus socios extranjeros. Porque
en Venezuela existe la tesis de que la dictadura es del hombre y no del sistema
que lo sostiene, y he allí la mayor de las tragedias, pues la fortaleza del
dictador depende exactamente de las bases que lo sustentan. Y las bases
inexorablemente comienzan desde abajo hacia arriba.
La
tiranía del simplismo por ejemplo explica que la manera de comunicar del
gobierno es “cínica” o que el “carnet de la patria es un mecanismo de
sumisión”. No hemos entendido y eso es un problema, que el régimen no habla con
usted ni el carnet es para Usted aunque se lo saque, toda su fuerza
comunicacional es hacia el sistema que ha creado, sus bases todas dependientes
y las redes de apoyo que han tejido a lo largo de casi veinte años. ¿Qué es
entonces el carnet de la patria? Nada menos que un mecanismo de adherencia a su
sistema. Un sistema que actúa como el comunista, que por cierto se está
cerrando. Es decir no todos reciben los bonos, no todos reciben la comida, sino
que el esfuerzo está diseñado para atender los requerimientos de sus bases,
vinculadas como bien lo explicó su máximo líder, al carnet del partido.
Entonces entienda que al poner un apellido al asunto todo cambia, las familias
“del partido” recibirán un bono de un sueldo mínimo, recibirán la comida
subvencionada en sus oficinas, recibirán los créditos etc. Las familias “del
partido” controlan la distribución, el control y el dinero, pues toda acción
del régimen esta diseñada para atenderlos a ellos y no al resto de los
venezolanos.
Quienes
pertenecen a ese sistema fueron en su mayoría, los que recibieron casas gratis,
la línea blanca y el saco de cemento, los motores y las embarcaciones, las
unidades de transporte, las seis millones de hectáreas, las cuarenta mil
embarcaciones pesqueras, los setenta mil tractores y los 480 mil créditos,
también el que recibe un sueldo vaya o no a trabajar, el que le dan una paga
adicional por pertenecer a la milicia o a los grupos de defensa, los que
controlan las rutas y los medios de abastecimiento.
Una
familia “del sistema” vive completamente distinto al resto de los venezolanos
en todos los niveles, son los que se mudan frente a su casa un buen día y Ud.
se queda con la boca abierta porque no le cuadra como llegó su vecino a vivir
ahí. Ahora bien, no debemos olvidar que es a este sistema al que va dirigido
todo el poderío comunicacional que lo culpa a Ud. y a todos los venezolanos que
se han negado a participar, como los únicos responsables de todos sus males,
porque es un sistema que ha sido alimentado con el odio y está alienado desde
hace dieciocho años. ¿Qué hoy esas bases están debilitadas por la crisis? Sin
lugar a dudas, pero existen, son poderosas y hay que tomarlas en cuenta a la
hora de entender a futuro la gobernabilidad.
A esa
base del sistema le siguen sus “conductores”, unos cincuenta mil “gerentes con
sus camionetotas”, como fueron calificados por su máxima autoridad. No son
cuatro gatos, pues las líneas de poder del gobierno se han atomizado y
repartido a lo largo y ancho de toda Venezuela y buena parte del poder
económico, lo tienen ellos. Son quienes contratan y sub contratan, tienen el
control de las redes de ese dinero del que no se rinde cuentas a nadie, son
esos millones que llegan a no poca gente y a algunos empresarios aún en pie.
Porque el sistema está diseñado para permear de arriba hacía abajo. ¿Qué hoy
también están debilitados por la crisis? De nuevo lo afirmo, sin dudas, pero
ellos saben que todo cambio significara la eliminación de su estilo de vida y
como dije, no son cuatro gatos, son decenas de miles.
Si
imaginemos el sistema como una pirámide, pues ubíquese bien porque quienes
siguen en ésta son los militares, si esos que Ud. ha esperado que aparezcan
para salvarnos, bueno permítame que le diga que en esa institución ya no hay
oficiales en sus filas, que no conozcan algo diferente al modelo chavista.
Chávez sabía que eliminando el rango de subteniente y reformando el sistema de
grados, todos los tenientes graduados desde que inicio este régimen ya son
coroneles y en año 2019 formarán parte de la generación que ocupará el
generalato. Estos oficiales de la era chavista, no saben que es la democracia,
por ende no la añoran ni entienden ese llamado desesperado de la sociedad, por
el contrario ellos desconfían de un sistema que no sea ese, donde se han
desempeñado hasta el día de hoy y para mayor desgracia nuestra, buena parte de
sus cuadros han sido formados en Cuba, creen que ese país es su alma mater, no
saben que conviven con quienes en los años sesenta masacraron a oficiales como
ellos. Paradójico, ¿no? Estos oficiales también llevan dieciocho años alienados
en contra de la oposición. Sumado a esto, el sistema económico y de cargos
públicos creado para ellos es increíblemente poderoso. ¿Qué sus bases están
pasando trabajo y que desean un cambio? Sin lugar alguno a dudas, pero no es un
cambio, a mi juicio, que precisamente espere y le guste a la oposición.
En la
escala siguiente de la pirámide están los políticos medios del chavismo, ésta
burocracia ocupa más de cinco mil cargos, cuya vida depende de subordinarse al
sistema. Tienen todas las gobernaciones, todas las alcaldías y muy pronto
obtendrán buena parte del poder regional y municipal. ¿Qué están conscientes
del drama y afectados profundamente? Por supuesto que lo están, pero les ocurre
lo mismo que a los demás, en un país donde nadie puede vivir de su sueldo, para
ellos un cambio significa el final de su estilo de vida, esto sin contar que
son los mas alienados en contra de la oposición.
Arriba
de estos se encuentran los cuadros altos que usted conoce y en perpetua lucha
por el control del sistema. De acuerdo a lo escrito por sus asesores
extranjeros están: primero: Los comunistas que “no quieren moverse ni un ápice
de los viejos postulados ortodoxos”, comenzando por el líder y buena parte de
sus cuadros constituyentes y de gobierno. Segundo: Los socialistas moderados
(militares y viejos cuadros chavistas) que persiguen nuevas “amistades
peligrosas” para lograr una gobernabilidad económica, una suerte de neo
socialismo bolivariano, al que le quieren incluir algo de “democracia”;
Tercero: Los que quieren hacerse pasar por neoliberales, es decir aquellos que
pretenden “hacer un viraje neoliberal en versión suave”, y por último y Cuarto:
El chavismo originario, sin poder político actualmente, este grupo se
caracteriza por no querer estar con los anteriores y pretende evaluar el
pensamiento de Chávez para reivindicarlo y ver si de este modo logran encontrar
otro camino.
Estos
que algunos en la oposición señalan como “chavistas demócratas” y son vistos
como fórmula de cogobierno, son lamentablemente, quienes carecen de poder de
convocatoria dentro del sistema.
Pero
como vimos, el proyecto esbozado por los asesores extranjeros simplificó
bastante el asunto en lo que se denominó: “la hora de la gran definición” que
terminó con los socialistas moderados y neoliberales detenidos y expatriados,
mientras que el chavismo originario ha sido prácticamente condenado al
ostracismo. Quedando los comunistas ortodoxos, junto a los perseguidos y
sancionados a nivel internacional, a cargo del poder total en Venezuela.
Por
eso la tiranía de la simplicidad es tan destructiva. Porque estos últimos están
perseguidos internacionalmente por los delitos ya por todos conocidos y en
breve serán acusados en la Corte Penal Internacional. Cuando me dicen que se
van como se fue Pinochet o Fujimori, lo que trato de exponer, es que quienes
nos gobiernan hoy ya saben que esos tuvieron el mismo final: ambos terminaron
en prisión. Saben perfectamente que perder su poder es prácticamente un
suicidio, en otras palabras, bastantes promesas hizo la oposición a Fujimori y
a Pinochet para que aceptara marcharse, pero la justicia les llegó igual y eso
créanme, lo sabe perfectamente el alto chavismo.
Dentro
de ese problema están también los cubanos. Y éstos aprendieron de su historia
que cuando cayó el comunismo, sus antiguos aliados se convirtieron en sus mas
acérrimos enemigos. No es que perdieron el mercado y el sustento, sino que
Vaclav Havel, los alemanes, o los checos, en fin las victimas del comunismo le
pasaron la factura mas brutal a los Castro, mucho más dura que cualquier
“gusanera imperialista”.
De
allí que la tiranía de la simplicidad sea tan ingenua y a la vez peligrosa. A
estas alturas del partido los intereses son gigantescos, llamar a esto
“gobierno corrupto” es no haber comprendido que la corrupción fue diseñada
intencionalmente para asegurarse, llegado este momento, los apoyos internos y
externos necesarios, así como para tener suficientes recursos para alimentar el
sistema. De allí que si nos damos cuenta de lo que pasa con Kirchner, Lula da
Silva, el presidente Sócrates de Portugal y pare usted de contar, los apoyos
extranjeros son más parecidos a las complicidades entre bandas, que a los de
las simpatías ideológicas. Por eso Chávez, hipotéticamente hablando, podía si
quería atreverse a aparecer en cadena nacional fusilando a los opositores y de
ellos, sus cómplices internacionales solo se hubiese escuchado: “el diálogo es
necesario”.
Considero
que en estas horas aciagas, lo que hay que entender es que todos estos
intereses de supervivencia son los que se vuelcan a apuntalar a cualquiera,
repito cualquiera que se escoja para gobernar al sistema, mientras respete y
nutra al sistema. Por eso cuando me decían que esto se había acabado porque
Chávez había fallecido, respondí que se había acabado la luna de miel del mundo
con la supuesta revolución y sus soportes, pero advertí que el sistema iba a
avanzar a la fuerza. Ahora, cuando me dicen que Maduro es el problema y que se
va, les digo que eso es increíble que suceda y que en todo caso quedará, quien
el sistema decida que quede.
¿Que
es factible salir de este atolladero? Por supuesto. Creo que si la oposición
hubiese entendido que su lucha era contra un sistema y no contra un hombre, que
era necesario articular con la precisión de un reloj y jugar la política en
todos los tableros, con suficiente elección (sabiendo los alcances reales y
posibles) mucha calle y una buena y clara orientación, estaríamos hoy en una
mejor posición. Insisto que los movimientos están sucediendo aceleradamente por
el mensaje que nos envía a diario la comunidad internacional y probablemente
sea factible un cambio en corto plazo y hasta beneficioso para los venezolanos.
Pero no olviden esto que hay que repetir hasta el cansancio, ese cambio
necesariamente no tiene que gustarnos.
Es
imperativo para los venezolanos entender que para salir lo mejor parados de
esto, lo primero que debemos asumir es que no se trata de presentar un nombre,
ni convocar a un chavismo que no tiene poder ya o presentar un programa
económico creíble. Se trata de desarmar una gigantesca estructura, de llegar a
acuerdos reales y un sin fin de propuestas complejas y para ello, necesitamos
primero que todo entender, que no nos enfrentamos a un hombre, por más fuerte
que éste nos parezca.
Thays
Peñalver
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