Por Henrique Capriles
Es una estrategia más de las
que se han emprendido. Pero lo que desea el régimen es que nuestro pueblo no
entienda la magnitud de la crisis internacional en la que se han metido y
disimularla hasta donde les sea posible.
Una vez más insisto en que
es muy importante entender y ayudar a que nuestra gente comprenda la verdadera
magnitud de la crisis. Así que veamos con atención las condiciones políticas en
las cuales Nicolás Maduro decidió ir a las Naciones Unidas a burlarse de cada
venezolano con hambre, enfermo o asesinado por la violencia que reina en la
cotidianidad de nuestro pueblo.
Vayamos punto por punto.
1.
¿Por qué es tan singular la acción de la CPI
contra el gobierno de Nicolás Maduro?
Lo primero que se debe
subrayar es que esta solicitud en la Corte Penal Internacional es muy atípica.
Durante décadas, los gobiernos de los países de América Latina habían utilizado
una estrategia muy acomodaticia que se conoce como el “principio de no
intervención en los asuntos internos de las naciones vecinas”. Y bajo ese
principio muchas veces la política exterior escurrió el bulto de lo que se
estaba originando en Venezuela.
Incluso, desde que se fundó,
la Corte Penal Internacional nunca había abierto un proceso contra alguno de
sus países miembros, precisamente porque nunca una coalición de países miembros
lo había solicitado así.
Lo que pasa es que nunca
antes hubo en la región un gobierno tan desastroso, irresponsable y violento
como el de Nicolás Maduro y sus cómplices. Hemos pasado a la historia de la
diplomacia como el primer país denunciado por otros miembros de la Corte. Otra
vergüenza producto del paso de estos irresponsables por Miraflores.
2.
¿Qué interés pueden tener esos países en que
el modelo político en Venezuela cambie?
Además de denunciar las
violaciones a los Derechos Humanos que han sido señaladas en la solicitud, la
crisis económica venezolana es una de las razones de peso para que Argentina,
Canadá, Colombia, Chile Paraguay y Perú hayan manifestado su alarma.
Se supone que cada gobierno
debe velar y defender los intereses de su país. Y ya son varios los Estados que
han comunicado de manera oficial que el desastre económico que estamos viviendo
en Venezuela se ha convertido en una amenaza para la región.
Los países de la región se
han puesto en alerta por las crisis, la hiperinflación, la escasez de alimentos
y de medicinas, las persecuciones, la violencia y todas las razones que hay
detrás del éxodo de nuestros compatriotas.
Consideremos que muchos
llegan sin ahorros, sin trabajo, sin salud. También llevan a sus hijos y
precisarán de la salud y la educación pública. Aunque varios han tenido una
actitud de puertas abiertas, la llegada de un éxodo complica las políticas
públicas de los Estados.
Además del interés en velar por
los derechos, también hay razones políticas de peso.
3.
Entonces, ¿qué exigen esos seis países en la
solicitud a la CPI?
La carta firmada por los
seis jefes de Estado piden que investigue los abusos a los Derechos Humanos
cometidos por el gobierno de Nicolás Maduro desde 2014 hasta ahora. Además,
adelantan que ya varios investigadores y organizaciones han levantado data
sobre esos crímenes.
Ese documento que
introdujeron en la Corte Penal Internacional debe ser atendido por la Fiscal
Fatou Bensouda, en calidad de Jefa Procuradora. Es bueno saber que ya la Corte
Penal Internacional estaba investigando al gobierno de Maduro, por denuncias
sobre violaciones de los Derechos Humanos en Venezuela. Y las acusaciones se
basan en acciones de las fuerzas de seguridad, uso excesivo de la fuerza contra
el pueblo manifestante, detenciones arbitrarias, persecución a líderes
opositores y maltratos severos en los centros de reclusión.
4.
Si es así, ¿cómo es que Nicolás Maduro
aparece en la ONU, sin temerle a una acción política?
Las nuevas condiciones
internacionales han puesto en evidencia que el gobierno de Nicolás Maduro no
sólo es el culpable de la hiperinflación y de las crisis, sino que también es
responsable por cada hogar que ha terminado roto por el éxodo, por la política,
por el hambre, por la enfermedad y por la violencia.
¡Y aun así Nicolás Maduro se
atrevió a ir a las Naciones Unidas! Lo hizo engañando a su militancia,
manipulando la información y fingiendo que aquí no pasa nada.
Ahora atendamos un asunto
importante: muchos insistieron en burlarse, en decir que Nicolás Maduro sólo
hizo el ridículo en la ONU y surgió la guasa en las redes sociales.
Yo creo que es algo mucho
más grave.
Nicolás Maduro ha exhibido
ante todo el planeta su crueldad y el completo desinterés que tiene por darle
soluciones a la crisis. Sin embargo, no sólo se dio de frente con el repudio de
la democracia global, sino también contra las propias cifras de las Naciones
Unidas.
En sus análisis más
conservadores, la ONU dice que desde 2015 se han ido al menos un millón
seiscientos mil venezolanos, pero que sólo en 2018 se irán del país mas de un
millón ochocientos mil ciudadanos desesperados por las condiciones de vida a
las que nos ha metido este gobierno.
Y esa situación, sumada a
las cifras de hiperinflación, resultan imposibles de ocultar.
Por otro lado, ya el Consejo
de Derechos Humanos de la ONU aprobó la elaboración de un informe sobre los
Derechos Humanos en nuestro país. Hubo 23 países a favor de la solicitud y sólo
7 en contra. Sin embargo, 17 países decidieron abstenerse. Y los disparadores
que activaron esta investigación son los mismos: la escasez de alimentos,
medicamentos y suministros médicos, la malnutrición infantil y el brote de
enfermedades que habían sido erradicadas.
Y todo esto le corresponde
llevarlo adelante a la actual Alta Comisionada, Michelle Bachelet, expresidenta
chilena, quien se ha comprometido con llevar adelante una investigación seria y
exhaustiva. Una muestra de cómo ha cambiado la región y la percepción
internacional de Venezuela.
5.
¿Cómo contribuye esto, entonces, a generar
una opción para que Nicolás Maduro y su modelo político salgan del poder?
Quien analice con seriedad
estas últimas dos décadas sabrá que hace cinco, diez, quince años, una
situación como ésta sería impensable.
La petrochequera del
gobierno compraba complicidades y ese populismo ocultaba la naturaleza de un
gobierno violento y represor.
Con el tiempo, tal como
también ha pasado en Venezuela, los pueblos del continente se han dado cuenta
del precio que estamos pagando los venezolanos mientras se valían de eso que
hablamos al comienzo: el principio de no intervención en los asuntos internos
de las naciones vecinas.
Una solicitud como la que
hay hoy en día en la Corte Penal Internacional o la investigación de la Alta
Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, tiene que mover a la reflexión
a los pueblos de Argentina, Brasil, Chile, Perú, Uruguay, Bolivia, Ecuador,
Nicaragua y tantos más que han vivido la cruda experiencia de regímenes
similares. Estamos siendo gobernados por unos desalmados, una élite conformada
por corruptos, tal como las que asesinaron, torturaron y arruinaron la vida de
sus pueblos, secuestrando sus libertades.
Y hay algo más: ya Nicolás
Maduro no tiene la petrochequera demagoga, porque incluso cercenaron a la
industria petrolera, con cuyas ganancias durante la época de Hugo Chávez
compraron tantos silencios.
Ahora sólo les queda
arrodillarse ante China y Rusia, mientras los países vecinos los consideran un
peligro para la región. Y eso en medio de una crisis interna en el partido de
gobierno que recorta su capacidad de maniobra populista.
6.
¿Cómo saber que con esto de la CPI y la ONU
no pasará lo que pasó con acciones como decisiones de la CIDH dictadas contra
Nicolás Maduro?
El gobierno se alimenta de
la frustración del pueblo que defiende las fuerzas democráticas. Por eso
debemos estar atentos con las expectativas políticas que despiertan las
acciones políticas contra el régimen.
Si no lo hacemos, será
imposible valorar la importancia de cada hecho, de cada avance.
Los tiempos de la diplomacia
y la política exterior son lentos. Así que no caigamos en inmediatismos y
ponderemos bien el escenario, sin ser pesimistas pero tampoco irresponsables.
Históricamente, las
investigaciones de la Corte Penal Internacional suelen durar años. Sin embargo,
hay que saber interpretar el hecho de que estas acciones se estén llevando
adelante en este momento. Sobre todo porque los gobiernos involucrados en esto
han pedido que sea atendido con urgencia.
Y eso podría traducirse en
celeridad.
No hay que olvidar que es
una situación inédita, porque en 16 años nunca se había propuesto abrir un
proceso contra un Estado miembro. Sin embargo, están facultados para investigar
y condenar por crímenes de lesa humanidad.
Y ya han atendido casos en
África, logrando algunas condenas. De modo que todo trabajo que se adelante ahí
tendrá sentido, siempre que desde la política nacional sepamos leer las
posibilidades y conectarlas con el trabajo que hagamos en la calle.
7.
¿Y entonces qué debe hacer la oposición?
Es lamentable que, una vez
más, surjan condiciones políticas ideales para presionar al régimen y la
oposición esté fragmentada. Ni siquiera en el sentido de 2014, sino en una
exhibición todavía mayor de mezquindades que van sin dirección ni propuestas claras.
Una agenda común nacional es
urgente. Ninguna fuerza política, ningún organismo multinacional y ningún ente
influyente invertirá su tiempo ni su capital político sin una estrategia que
plantee objetivos claros y estrategias democráticas. Creer lo contrario sería
demostrar una peligrosa ignorancia política, porque ni siquiera la más
descabellada de las acciones que han sido propuestas para la transición tendrán
apoyo ni éxito sin una táctica cohesionada que sepa aprovechar el capital
político y los distintos factores que deben involucrarse en un proceso
histórico que nos está quedando grande.
El régimen de Nicolás Maduro
se ha quedado sin más apoyo internacional que el de sus acreedores o el de
otros mandatarios acusados de violar los Derechos Humanos.
Hoy en día, el régimen no
tiene la más mínima posibilidad de salir bien parado políticamente de todo
esto. Pero si no accionamos, si no demostramos que estamos preparados para
tomar las riendas del país y ser gobierno, una vez más conseguirán salir bien
parados de la crisis política.
No sigamos alimentando con
nuestra frustración al monstruo que devora el futuro de nuestra gente y la
somete al hambre y a la enfermedad.
No podemos permitirlo:
finalmente el mundo está viendo hacia Venezuela y debemos estar a la altura de
las circunstancias. Podemos hacerlo con voluntad política y disposición al
acuerdo.
Yo siempre he estado
dispuesto a trabajar en esa dirección.
¡Mostremos al país y al
mundo una idea que provenga de nuestro consenso y les dé fuerza y esperanza verdadera!
Sigamos! Unidos los venezolanos y la comunidad internacional en la búsqueda de
una solución, no les quedará más remedio que negociar las condiciones de su
salida para iniciar una verdadera transición y recuperación de nuestra patria
Venezuela!
30-09-18
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