Semana 19 de septiembre de 2018
El Distrito adelanta un ambicioso plan de
ayuda para los 150 venezolanos que llegan a diario a la ciudad. ¿Hay recursos e
infraestructura para tanta gente?
Bogotá
es una de las ciudades con mayor migración de venezolanos. Llegan a la capital
para quedarse o de manera temporal mientras siguen su ruta a Ecuador, Perú o el
suroccidente del país. El último registro oficial arroja que 118.000
venezolanos han llegado desde 2016 a Bogotá, donde el 36 por ciento está en
condiciones irregulares. No obstante la Alcaldía reconoce que hay un
subregistro pues muchas personas entran sin sello en el pasaporte, sin papeles
o por la trocha. Según la Alcaldía esta forma de ingresar al país ha
incrementado de manera considerable de julio a septiembre.
Una de
las situaciones que hizo que la Alcaldía le pusiera el ojo al asunto fue
encontrar a 18 mujeres venezolanas que estaban siendo explotadas sexualmente en
el barrio Santa Fé. Al estar sin papeles Migración Colombia las devolvió a la
frontera con Cúcuta. Esto hizo repensar al Distrito la forma en que se trataban
a los migrantes venezolanos que en ese momento (2016) apenas comenzaban a
llegar a la capital.
La
batuta la tomó la Secretaría de Integración Social a cargo de Cristina Vélez.
Ella, junto a su equipo, empezó a trabajar con las demás secretarías para que
desde cada sector se hiciera algo que supliera las necesidades básicas de los
migrantes.
Ahora
hay 1.113 niños venezolanos en jardines y 3.808 en colegios públicos. El
Distrito solo les pide estar vacunados (si no lo están la Secretaría de Salud
los vacuna) y la dirección del domicilio, el cual puede ser formal o informal.
“Es simplemente para saber el estrato donde vive el niño” asegura la secretaria
de Integración Social, Cristina Vélez. En las localidades de Kennedy, Bosa y
Suba es donde más niños venezolanos hay matriculados en instituciones públicas.
La
Secretaría de Salud a agosto había atendido casi 70.000 venezolanos. 1.200
partos, 8.000 consultas, 1.900 hospitalizaciones, 47.513 procedimientos, 8.200
urgencia y 26.682 vacunaciones.
Por su
parte la Secretaría de la mujer ha atendido 443 mujeres. 186 por medio de
jornadas de sensibilización en derecho a trabajadoras sexuales, esto para que
sepan cómo pueden acceder a servicios de salud, derechos sexuales y
reproductivos. 31 han sido atendidas en temas de salud. 39 han tenido atención
y orientación psicosocial. 9 han recibido consultorías sociojurídica. 78 han
participado en las casas de igualdades de oportunidades. Y 63 han hecho uso de
la ‘línea púrpura’, una línea telefónica para prevenir el feminicidio, el daño
emocional y las afectaciones en salud de las mujeres.
Tras
haber cubierto las necesidades básicas de una gran parte de venezolanos que
llegan a la ciudad, Peñalosa radicó el pasado 12 de septiembre una circular
donde se blinda de cualquier problema jurídico que pueda llegar a tener por
ayudarlos sin regulación migratoria. Bajo un marco legal de carácter
internacional menciona los convenios de protección de derechos humanos y
atención al migrante en los que Colombia está suscrito, justificando de esa
manera la ayuda que se les ha brindado.
En
esta circular también se anuncian los nuevos proyectos que entrarán en
funcionamiento desde el primero de octubre y que liderará María Angélica
Trujillo, la nueva gerente para asuntos migratorios específicamente
relacionados con venezolanos. Es colombo-venezolana y ha estado involucrada -de
manera personal- con ayudas humanitarias relacionadas con la migración
venezolana. “Esto ha sido un reto a nivel personal y esta es la oportunidad de
hacerlo macro.” asegura Trujillo.
Esta abogada
cucuteña estará encargada principalmente de tres grandes proyectos. Un centro
de atención al migrante, un albergue para los venezolanos más vulnerables y un
supercade en la terminal de transporte de la ciudad. Todos empezaran a
funcionar en el mes de octubre.
Centro de atención al migrante
Será
una casa comunitaria para personas venezolanas donde se les brindará atención
legal sobre cómo tramitar su situación migratoria, atención psicosocial y ayuda
para buscar ofertas laborales. Este último punto se hará con la Secretaría de
Desarrollo Económico la cual ya ha adelantado una ruta de empleabilidad para
venezolanos.
También
quieren que sea un espacio de encuentro comunitario donde les den clases de
baile, yoga y diferentes cursos. En este momento están terminando el proceso de
selección del personal que trabajará ahí (psicólogos, abogados, preparadores
físicos, entre otros). La meta del Alcalde es tener cuatro de estos centros
para marzo del próximo año. El primero estará en Teusaquillo y se inaugurará en
octubre.
Albergue
Va a
ser un alojamiento transitorio de 50 cupos diarios para que los venezolanos
tengan alimento, dónde dormir, elementos de aseo y apoyo psicosocial por tres
días. La idea es darle apoyo a 1.500
personas al mes. También se les hará un acompañamiento sobre qué hacer cuando
salgan del albergue. En los próximos días se definirá si la infraestructura la
pone el Distrito o cuenta con el apoyo de la Cruz Roja.
Supercade
Aunque
ya estaba funcionando un lugar de atención exclusiva para venezolanos en la
terminal, ahora se van a destinar dos locales oficiales para ello. La idea es
brindarles atención humanitaria transitoria y orientarlos según su lugar de
destino. Se va a dar información que va desde el clima de la ciudad, hasta
costumbres, direcciones, recomendaciones de seguridad, necesidades en la ciudad
etc. También se planea tener un puesto de vacunación en el lugar.
La
gran pregunta es hasta dónde le aguantará las infraestructura y el bolsillo a
la capital.La secretaria de Integración Social explica que Bogotá lleva
recibiendo personas externas por décadas y está preparada para esto. En el caso
de los cupos en jardines y colegios asegura que la infraestructura y reglas de
juego que están usando son las mismas que han utilizado para atender personas
desplazadas por la violencia. “Hasta el momento las instituciones han
aguantado” afirma.
Cristina
Vélez también asegura que el presupuesto tampoco ha sido un problema “Bogotá
tiene recursos propios y financia la mayoría de estos programas. En el caso de
la educación no dependemos del PAE del gobierno nacional por lo tanto podemos
decidir a quien atender”. Es importante resaltar que solo la inversión en
jardines es de 7.000 millones de pesos anuales por niño venezolano.
Este
plan tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2019. Es decir que Peñalosa
tiene poco más de un año para demostrar que su apuesta es exitosa y obligar a
la siguiente Alcaldía a continuar con los proyectos.
Tomado
de: https://www.semana.com/nacion/articulo/venezolanos-en-bogota-como-es-el-plan-de-ayuda/570407
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