Esperanza Márquez 24 de septiembre de 2018
Paulina Gamus está retirada de la
militancia partidista pero no de la vida política del país, la que sigue de
cerca y sobre la que fija posición a través de las redes sociales. Publica un
libro titulado Se agradece la risa, porque cree que la risa ayuda a la salud
mental
Paulina
Gamus fue militante de Acción Democrática. Alejada de la política sigue siendo
adeca. Fue concejal por Caracas, congresista, viceministra de Turismo y
ministra de Cultura entre las décadas de 1970 y 1990. Editado por Sergio Dahbar, acaba de bautizar
su nuevo libro Se agradece la risa, y de reeditar sus memorias Permítanme
contarles, publicadas en 2012 y agotadas desde hace dos años.
–La última entrevista que le hice fue en
el mes de abril de este año 2018. De allá a esta fecha, ¿qué ha cambiado en
Venezuela.
–El
deterioro de las condiciones de vida del país es casi diario. De manera que en
cuatro meses y medio, todo ha empeorado, especialmente después de las medidas
económicas anunciadas por Nicolás Maduro en el mes de agosto, de las cuales ya
muchas están en práctica desde el 1º de este mes de septiembre. La hiperinflación in crescendo empobrece cada
vez más a los venezolanos y son cada vez más quienes huyen de la miseria,
emigrando a otros países del sub continente.
–Usted fue una activista política
destacada y que ocupó varios cargos importantes en lo que se ha llamado la IV
República. ¿Cuáles considera que han sido los factores que nos han llevado a la debacle que estamos
viviendo?
–Las
políticas equivocadas de Hugo Chávez empeoradas por Nicolás Maduro, una suerte
de comunismo mezclado con capitalismo salvaje: se beneficia solo a los ricos.
Se ha creado una brecha enorme entre quienes tienen dólares y pueden vivir
cómodamente gracias al cambio favorable, y quienes solo disponen de bolívares y
van cayendo en situación de pobreza extrema. A esta desgraciada situación, se
une el saqueo que la corrupción del chavomadurismo le ha provocado al país.
–Viendo las redes sociales y escuchando a
los opinadores y hasta a la gente en general
muchos coinciden en decir que este gobierno está caído, que ya estamos
en el final. ¿Cuál es su opinión?
–No
soy tan optimista; cualquier otro
gobierno no hubiese resistido las protestas casi diarias por escasez de
medicinas e insumos médicos hospitalarios, de alimentos, falta de agua y de
servicio eléctrico. El transporte público se ha convertido en una tragedia
cotidiana para la mayoría de la población. Sin embargo, el Gobierno niega la situación e impide la
ayuda humanitaria. Definitivamente les importa muy poco lo que le sucede a la
población. Un Gobierno indiferente ante el sufrimiento de las mayorías, no
parece dispuesto a ceder.
–¿Por
qué la gente le tiene tanto miedo y hasta repudio a la palabra negociación? ¿Es
la negociación la única fórmula para llegar a una transición en paz? ¿Qué es
una negociación? ¿Qué se negociaría?
–Yo no generalizaría diciendo “la gente”. Solemos dejarnos influenciar por el radicalismo de ciertos dirigentes y opinadores muy activos en Twitter. Lamentablemente también la dirigencia opositora que estaba o sigue en la MUD, se ha replegado por esa razón. No creo que haya otra salida que no sea negociada, pero para eso es necesario que haya una oposición unida y con un discurso coherente, que presione al Gobierno para esa negociación. La presión internacional en este sentido también es fundamental.
–¿Entre
las partes negociadoras entrarían también miembros del gobierno? De ser así se
corre el riesgo que a la junta negociadora por parte de la oposición la
catalogaran de vende patria, traidores, vendidos, etc.
–Te respondo de nuevo, los verdaderos líderes no se dejan amedrentar por los opinadores de Twitter o Facebook. Si están convencidos de que su posición es la correcta deben mantenerla. Hay suficientes ejemplos de transiciones en las que el gobierno saliente mantuvo posiciones en el nuevo gobierno. Los venezolanos debemos aprender a distinguir entre justicia y venganza. Muchos quisiéramos que los actuales gobernantes pagaran y muy caro por la destrucción económica, social y moral del país. Llegará el momento de que paguen pero de acuerdo a la justicia.
–A los
que opinan que se sale de este régimen por la vía electoral los califican de
ingenuos, que los van a enterrar en urna blanca. ¿Considera usted la vía
electoral como la salida o ha pensado en una intervención extranjera aunque
fuera por razones humanitarias?
–Creo que la salida será electoral, pero como parte de una negociación, con un nuevo CNE y con veedores y testigos internacionales que garanticen la transparencia de ese proceso.
–Se
caracterizan los dictadores por ser muy permeables a la crítica humorística.
¿Qué significa que unos bomberos realicen una parodia representando al
Presidente de la República con un burro y que se hayan llevado detenidos, y con
cargos, a los autores del video?
–Significa que los dictadores no tienen sentido del humor y además lo prohíben y castigan. Lo que le hicieron a los bomberos de Mérida recuerda las sanciones a El Nacional en tiempos de la dictadura de Pérez Jiménez cuando publicaron en una crónica deportiva, la presencia de los “Tres cochinitos”: es decir la junta militar constituida por Delgado Chalbaud, Pérez Jiménez y Llovera Páez.
–¿Qué
valoración le da usted a la cena de Maduro y su esposa en el restaurante Salt
Bae del famoso chef turco Nusret Gökçe, donde comieron carne de cordero, había
habanos en una caja personalizada y el Presidente exhibe un costosísimo reloj
de oro estando Venezuela en la tragedia humanitaria más grande de su historia?
–Creo que Maduro y la primera combatiente jamás habrían expuesto esa bacanal turca en las redes. Fue el chef turco Nusret quien creyó que ganaba prestigio exhibiendo al dictador y a su esposa. Retiró los videos pero ya el mal estaba hecho y lo que pensó era una gracia se le convirtió en una gran morisqueta.
–¿Usted
va a participar en las elecciones municipales convocadas para diciembre de este
año?
–He decidido no volver a participar en farsas electorales.
–Se
agradece la risa es su último libro. ¿Qué nos
ofrece en ese trabajo que nos ayude a bajar el estrés que estamos padeciendo
los venezolanos en esta hora menguada de nuestra historia?
–Durante más de cuarenta años recopilé artículos de prensa, avisos económicos, obituarios y cartas que me parecían cursis o insólitos. Hace dos años decidí que era el momento de organizarlos y comentarlos para su publicación. Sergio Dahbar me acompañó en esa aventura y editó Se agradece la risa. Tuve dudas sobre la pertinencia de un libro de humor en tiempos tan trágicos de nuestra Venezuela, pero por otra parte estoy convencida de que la risa es una terapia y debemos proteger nuestra salud mental.
–¿Cree
que hay alguna otra cosa que pueda agregar a modo de reflexión y de orientación
tanto para el gobierno como para la oposición?
–No abrigo la menor esperanza de ser oída ni por el Gobierno ni por la oposición. A esta última solo le pido unidad, que dejen a un lado sus egos y se pongan de acuerdo en un programa mínimo de salvación nacional. Al gobierno que dejen de ser tan crueles e inhumanos; que Delcy y Jorge Rodríguez y otros cuantos resentidos que gobiernan, dejen de vengarse de 30 millones de compatriotas.
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