Luis Manuel Esculpi 07 de mayo de 2019
Indiscutiblemente
la Fuerza Armada Nacional ha experimentado transformaciones sustanciales en las
dos últimas décadas. Los cambios se han producido en todos los ámbitos de la
vida militar, desde la concepción doctrinaria, su formación y estructura,
pasando por los planes, su equipamiento, el apresto operacional, y de manera
significativa por el rol que la institución viene cumpliendo en la sociedad.
Durante
buena parte de estos años los altos mandos –o parte de ellos– han promovido una
altísima politización de ese estamento, abiertamente en contradicción con los
dos artículos de la Constitución Nacional (328 y 330) que prohíben a la
institución estar al servicio de alguna parcialidad política y participar en
actos de propaganda, militancia y proselitismo político.
La
presencia de personal cubano en el seno de la organización (tal como ha sido
denunciado por altos oficiales en situación de retiro) que tiene la misión de
…”garantizar la independencia y soberanía de la nación y asegurar la integridad
del espacio geográfico, mediante la defensa militar.”… Tal como reza el texto
de la Carta Magna, constituye un elemento extremadamente grave, en abierta
discordancia con el sentido y propósito definido en ese mandato
Existen
rasgos propios e inherentes a todos los ejércitos, como lo son las jerarquías,
la estructura piramidal, la disciplina, la obediencia y el espíritu de cuerpo
que por supuesto se conservan en las FAN, además de tradiciones propias y
características en la historia moderna de las Fuerza Armada en nuestro país,
como es la de evitar al máximo el enfrentamiento y la confrontación en su
propio seno.
Los
movimientos militares de los años 45, 48, incluso el del 58 que derrocó la
dictadura de Pérez Jiménez, fueron prácticamente incruentos, atendiendo a esa
especie de compromiso tácito, las asonadas durante el gobierno de Rómulo
Betancourt, comenzando con la de Castro León, no hubo mayor confrontación, con
la notable excepción de El Porteñazo que ha sido el de más confrontación bélica
entre los golpes de estado de nuestra historia contemporánea, con el mayor
número de muertos y heridos.
Para
el despliegue y poder de fuego de las asonadas del 4F y 27N las bajas de ambas
confrontaciones, fueron menores que las víctimas del hampa en cualquier fin de
semana en el área metropolitana de Caracas.
El
relato de estos hechos no pretende reducir la gravedad y significado de los
golpes militares, persigue simplemente afirmar la tesis antes expuesta, para
referirme a los errores, en que a mi juicio, incurren voceros de la fuerzas
democráticas y repiten comunicadores sociales al referirse a la Fuerza Armada
Nacional.
El
DRAE contiene casi veinte interpretaciones del verbo quebrar, la primera y más
importante, en nuestra opinión es: Romper, separar con violencia, por
lo que el quiebre constituye su acción y efecto. De tal manera que hablar del
“quiebre” de las FAN, se entiende, lógicamente, como el llamado a la
confrontación entre los integrantes del estamento armado.
Cuando
el General Vladimir Padrino, oficial de reconocida trayectoria en su profesión,
independientemente, de sus actuaciones políticas recientes y quien a pesar de
los vaivenes aún conserva un liderazgo en el mundo militar, cuando en una
alocución madrugadora afirma: “No podemos caernos en la tentación de caernos a
plomo entre nosotros mismos”…y apunta los códigos de las FAN son “muy
superiores” a los de la oposición, está respondiendo a un sentimiento
generalizado existente en la institución que trasciende a los más fervientes
defensores del proyecto oficialista, y enfrentado el erróneo llamado a la
ruptura en ese mundo.
Es
absolutamente distinto hablar del quiebre de la denominada “Coalición
Dominante”, integrada por los distintos factores que confluyen en el PSUV,
partidos políticos aliados, empresarios vinculados, sectores internacionales,
los cuerpos represivos y sectores de los altos mandos militares, que referirse
exclusivamente a la Fuerza Armada. Esa denominación popularizada por dos amigos
politólogos Jhon Magdaleno y Benigno Alarcón especialmente con Jhon, conversé
sobre la materia y coincidimos en la importancia de subrayar esa
diferenciación.
En
otro aparte de la mencionada declaración el Ministro de la Defensa, no se
ajusta a la verdad cuando señala: “la oposición no tiene ninguna oferta al
país. La oferta que hay cierta en el proyecto antipatriótico es acabar con las
FAN”. Respetuosamente le indicaría al general Padrino, que lea el Plan
País, elaborado con la amplia participación de académicos, profesionales y
técnicos entre los más competentes del país, en el diseño de ese proyecto se
contempla en etapas, las políticas públicas para salir del inmenso desastre y
la mayor crisis conocida en toda la historia de un país petrolero, ocasionada
por el modelo fracasado que él respalda.
En
cuanto a la Fuerza Armada Nacional le recomiendo el último documento aprobado
por la Asamblea Nacional, y el distribuido el pasado fin de semana, donde se
establecen conceptos fundamentales sobre el rol de la Fuerza Armada, ante una
eventual transición y en general en la inmensa tarea que significa la
reconstrucción del país
Independientemente
de mis críticas al denominado quiebre y a otros aspectos expresados por voceros
de la oposición sobre las FAN, es justo reconocer que en los documentos
citados, existen importantes señales rectificando algunos de los errores en los
cuales se ha incurrido en el pasado reciente.
Luis
Manuel Esculpi
@lmaesculpi
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