Reuters 01 de mayo de 2019
El
líder de la oposición venezolana Juan Guaidó estuvo acompañado el martes por
uniformados cuando hizo su más fuerte llamado al Ejército para que dé la
espalda al usurpador Nicolás Maduro, un día antes de protestas planeadas para
intentar sacar del poder al líder socialista.
En los
más de tres meses desde que Guaidó invocó la Constitución para proclamarse
presidente encargado argumentando elecciones fraudulentas, Maduro ha mantenido
el control de los militares y las fuerzas de seguridad.
Guaidó
dice que Maduro debe hacerse a un lado para que un gobierno de transición
organice nuevas elecciones. El usurpador se ha resistido a los pedidos para
convocar a una votación anticipada o dejar el poder.
A
continuación, algunos de los factores que podrían decidir quién prevalecerá:
LOS MILITARES
Venezuela
tiene una larga historia de rebeliones militares y golpes de Estado, entre
ellos el derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958 y el fallido
intento del predecesor de Maduro, Hugo Chávez, por asumir el poder mediante la
fuerza en un golpe militar en 1992. Luego de resultar electo, el propio Chávez
sobrevivió a un golpe una década después.
Ahora
Guaidó busca un alzamiento generalizado de las Fuerzas Armadas contra Maduro,
quien ha visto una contracción de un 50 por ciento en la economía durante su
mandato, sumada a la escasez de alimentos y medicinas que han llevado a más de
3 millones de venezolanos a abandonar el país desde que asumió el cargo en
2013.
Aunque
el joven líder opositor estuvo acompañado el martes por varias decenas de
soldados armados durante una manifestación en Caracas, no pareció que tuviera
gran apoyo entre los 200.000 miembros de las Fuerzas Armadas del país.
Posteriormente, 25 de los soldados que estuvieron junto a él buscaron refugio
en la embajada de Brasil.
Desde
que se declaró presidente encargado en enero, Guaidó ha buscado acercarse a los
militares en repetidas ocasiones, ofreciendo una amnistía procesal si se le
unen, pero sólo ha tenido un éxito marginal.
Varios
cientos de soldados han desertado y han salido del país hacia Brasil o Colombia
en las últimas semanas, pero no en cantidades lo suficientemente altas como
para amenazar el control de Maduro.
Un
riesgo es que una fractura al interior del Ejército lleve a un conflicto
prolongado entre diferentes facciones armadas.
TRANSICIÓN NEGOCIADA
La
oposición ha rechazado una oferta que hizo Maduro para sostener negociaciones
con Guaidó, mediadas por El Vaticano, México o Uruguay, afirmando que rondas de
diálogo previas permitieron al Gobierno estancar la situación sin ofrecer
concesiones reales.
Si
bien unos 50 países han declarado su apoyo a Guaidó, incluido Estados Unidos,
Maduro todavía tiene poderosos aliados, especialmente Rusia y China. Otros de
sus partidarios son Cuba, Irán y Turquía.
El
asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, pidió a Rusia que
retire su apoyo a Maduro, incluidas las asesorías militares. Si bien algunos
creen que Moscú podría negociar una salida segura desde Venezuela para el
presidente, hay pocas señales de que Putin esté dispuesto a renunciar al
gobierno que le otorga la mayor influencia geopolítica en el continente.
El
secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo el martes a CNN que
Maduro estaba preparado para irse de Venezuela por la mañana, pero que cambió
de planes después de que Rusia le dijo que debía quedarse.
Bolton
dijo el martes que importantes miembros del gobierno de Maduro habían acordado
con la oposición que el presidente debía salir, pero no hubo señales públicas
de divisiones al interior de la administración que puedan llevar a una
transición.
OPERACIONES MILITARES APOYADAS POR EEUU
Erik
Prince, fundador de la firma de seguridad privada Blackwater y partidario del
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha promovido un plan para desplegar
un ejército privado para ayudar a derrocar a Maduro, dijeron fuentes a Reuters.
La
propuesta de Prince se suma a las especulaciones de que Estados Unidos pueda
recurrir a acciones militares irregulares para derrocar a Maduro, como el tipo
de operaciones encubiertas respaldadas por el servicio de inteligencia que
Washington implementó varias veces durante el siglo XX en América Latina,
aunque es poco probable que invada a Venezuela.
Una
persona con conocimiento de las discusiones del gobierno de Trump dijo que la
Casa Blanca no apoyaría ese plan.
Aunque
algunos exoficiales de seguridad venezolanos que se oponen a Maduro están ahora
en Colombia y han afirmado que participaron el año pasado en un ataque con un
dron contra el presidente, hay pocas pruebas de que se estén preparando
operaciones de ese tipo en este momento.
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