Por Andrés Cañizález
El año pasado, cuando
falleció Teodoro Petkoff, hice un ejercicio crítico de mi interacción con él.
En primer lugar le conocí siendo yo periodista, corresponsal de una agencia
internacional de noticias para más señas, y Petkoff era entonces ministro por
primera y única vez en su vida. Eran los años del segundo gobierno de Rafael
Caldera (1994-1999).
Durante aquellos años
Petkoff, sin duda, era una de las principales fuentes de
información en el marco de un gobierno en el que nada parecía estar
pasando. En no pocas ocasiones, cuando escribía citando a Petkoff lo terminaba
presentando o introduciendo, ante lectores de otros países, como el ex
guerrillero devenido en ministro con responsabilidad en un programa de ajuste
macroeconómico.
Si ya tenía casi completas
las cuatro líneas de cada párrafo, entonces sólo ponía el ex guerrillero y
ahora ministro.
Un pecado de
cualquier corresponsal está en ese incesante ejercicio de decir las
cosas en pocas palabras, en simplificar para que el lector que está en otro
país, en otras realidad, en una rápida lectura entienda de qué van las cosas.
Resumidamente, se aplana la realidad para que quepa en una nota que
no sabremos efectivamente cuál medio de comunicación de qué país irá a
publicar.
Lanzando estas botellas al
océano de la información estuve 12 años, entre 1990 y 2002, trabajando en
varias agencias informativas internacionales. Con Petkoff, con el pasar de los
años, hice las paces, le conocí a fondo y me abrió las páginas de Tal Cual, en
donde me desarrollé como analista y columnista. Pasé a escribir textos en los que
no tenía el corsé de las agencias internacionales de prensa.
Hago toda esta introducción,
para poner las cosas en la balanza. De nuevo hay que volver sobre el papel y
los pecados del corresponsal extranjero, especialmente cuando leo y
veo reportes periodísticos internacionales sobre lo que ocurre en estos días en
Venezuela.
Hay dos frases en
particular que no puedo quitarme de la cabeza, que leí en sendos despachos de
agencias muy profesionales, escritos desde Caracas.
La primera frase es la
más difícil de digerir: “el diputado Edgar Zambrano, a quien se le levantó
su inmunidad parlamentaria, fue detenido…”
Escribir tal frase desde
Venezuela resulta cuando menos desafortunada. Zambrano forma parte de la
Asamblea Nacional, electo con votos populares, y según lo que establece la
constitución vigente sólo ese cuerpo podría quitarle su inmunidad, cosa que
sabemos no ha ocurrido.
En realidad debería decirse
“El diputado Edgar Zambrano fue detenido, pese a que la Asamblea Nacional, de
la cual es vicepresidente, no le levantó su inmunidad parlamentaria”. Un texto
escrito de esta manera reflejaría, no me caben dudas, de forma más fiel que lo
que ha ocurrido sin abandonar el lenguaje aséptico que debe tener el reporte de
una agencia internacional de noticias.
La otra frase es una
suerte de cliché, que se viene repitiendo por más de tres lustros: “Venezuela
es un país terriblemente polarizado”.
Si un corresponsal
extranjero escribía o decía tal frase en 20043, en 2008 o en 2012, no le
faltaba razón. Venezuela estuvo dividida por la variable chavismo-antichavismo.
Pero tal lectura no se ajusta a lo que se vive hoy en Venezuela, en este
2019.
El corresponsal ante el
cliché
Lo que existe hoy en
Venezuela es una mayoría absoluta a favor de un cambio (sin que haya consenso
en el cómo y en el cuándo). Según diversos sondeos, un 85 por ciento está a
favor de que Nicolás Maduro abandone el poder.
Está el pueblo venezolano,
en todos los estratos sociales y en todos los rangos de edad a favor del
cambio, y al mismo tiempo está un régimen que hace todo lo posible por no dejar
el poder. Francamente no veo en dónde está la polarización terrible.
El cliché es uno de los
pecados principales del corresponsal extranjero. Obviamente hay que encontrar
frases cortas y de impacto, pero tales frases deben estar ajustada a lo que en
realidad está sucediendo. Decirles a lectores en otros países que hay una
terrible polarización en Venezuela es, al menos, una inexactitud.
14-05-19
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