Julio
César Arreaza B. 07 de junio de 2020
@JulioCArreaza
Cualquier elección con el usurpador
en el poder constituye una señal de normalización de un país que se encuentra
sumido en un caos provocado por la corporación criminal. La mesita es algo
vergonzoso que produce asco, sus representantes se dirigieron al TSJ usurpador
para que declare la omisión legislativa y proceda a designar un nuevo CNE con
miras a organizar unas elecciones parlamentarias. Resulta obligante para la
dirección política de la disidencia interpretar el sentir colectivo y denunciar
el despropósito llevado a cabo por unos pobres diablos tarifados al servicio de
la ignominia. Cómo se puede llegar a un nivel de indignidad al de esos
mercachifles de la política que sus nombres todos conocen. Cualquier sentencia
que dicte el referido adefesio judicial emitida por unas personas que usurpan
la condición de magistrados sería inexistente, nula e írrita.
La Unión Europea apoya a la legítima
Asamblea Nacional y descarta por inconstitucional la sentencia írrita que
reconoce a una directiva chimba con Parra de presidente y además deja
constancia de que el camino para resolver el desastre actual son unas
elecciones presidenciales con observación internacional.
La razón de la existencia de Guaidó
como presidente interino es el cese de la usurpación, la Constitución lo
dispone de esa manera al producirse una falta absoluta del presidente; asimismo
considera írritas las elecciones convocadas por una falsa constituyente en mayo
de 2018, que desembocaron en la usurpación.
Si no hay soberanía nacional no puede
haber soberanía popular. Lo primero es recuperar el control institucional del
territorio, hoy fragmentado y somalizado por bandas irregulares.
La legítima Asamblea Nacional en
lugar de interceptar la voluntad popular debe más bien interpretarla, para
representarla cabalmente. El clamor ciudadano demanda del Parlamento un mensaje
claro y contundente a la comunidad internacional, como sería autorizar el
empleo de misiones militares extranjeras en el país, previsto en el artículo
187.11 de la Constitución. Sólo una fuerza creíble se transformará en amenaza
persuasiva. Lo demás es caer en la irrelevancia de consentir por omisión
mayores degradaciones al ser humano. Sitiar al señor feudal usurpador es el
camino.
La corporación criminal realizó la
hazaña al revés de convertirnos en un ex país petrolero, ni la peor pesadilla
hace 21 años nos llevaría a imaginar que llegaríamos a ese nivel, la industria
petrolera está hondamente ligada al ser venezolano.
Los abogados de Maury Carrero
Mendoza, la catequista de 40 años detenida arbitrariamente hace más de 60 días,
no tienen acceso al expediente ni a la actuación del Ministerio Público. Se le
niega el debido proceso al no haber despacho en los tribunales. Solamente sus
abogados han logrado consignar un escrito solicitando la sustitutiva de
libertad. Lo de Maury constituye técnicamente una desaparición forzada. Su caso
se ha denunciado ante el grupo internacional de desapariciones forzadas. No se
ha informado el lugar donde se encuentra detenida.
El número de desapariciones forzadas
llega a la cifra record de 14.
Pocos dudan de que el régimen
forajido haya causado la desolación de todos los planos de la existencia y
pervertido el alma humana.
¡Liberen a Maury. No más prisioneros
políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!
Julio César Arreaza B.
@JulioCArreaza
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